En este mundo, hay tres cosas que odio:
1ª-Las promesas, porque siempre se rompen
2ª-La distancia, porque me separó de quien yo más quería
3ª-El tiempo, porque me hizo crecer y darme cuenta de que los corazones rotos duelen más que las raspaduras en las rodillas
Dos años. Diría que han sido los mejores de mi vida, pero no es así. Me separé de todos mis seres queridos, incluso de mi hermana. Les he echado de menos tanto que duele, pero aquí, en Ámsterdam, he conocido a un buen puñado de gente maja.
Pero es hora de volver. Volver porque ya han pasado dos años. Las aprobé todas, y ahora me tomaré un año libre. Un año de descanso para recompensar los 18 de esfuerzo continuo. Y, tras dos años, les volveré a ver. A mi familia, que por fin volverá a ser la original. Con mi verdadero padre
Como ya sabéis, mi padre me abandonó a los dos meses de nacer. Pero, al año de llegar a Ámsterdam, pasó esto:
**FLASHBACK**
Le di mi agenda a Erik para que contestase a la nota que me puso el profesor de matemáticas. Lo de siempre, me había echado de clase. Contemplé cómo escribía. Su letra... su letra era la de la carta.
-Tú...- dije, parándole la mano
-¿Qué pasa?
-Eres tú, ¿verdad?
-¿Perdona?
-Tú, tú eres mi padre. Es la misma letra
-No sé de qué estás...
-Oh, claro que lo sabes. Te estoy hablando de esta carta
Saqué la carta de mi cartera y se la puse sobre la mesa. La abrió, y pude observar cómo se le agitaba la respiración. Antes de decir nada, tragó saliva
-Yo...- balbuceó
-Lo sabía. Sabía que eras tú.
**FIN DEL FLASHBACK**
Así es como descubrí que Erik es mi padre. Y que en realidad me apellido Frank. Lo que me lleva a lo siguiente: Tengo otro hermano. Se llama Sean, y tiene 5 años. Es adoptado. Tiene el pelo castaño, y es moreno de piel. Es adorable.
Erik y Sean vienen conmigo a España. Pero no vienen de visita. Vienen a quedarse. Estamos en pleno mes de junio, y ya empieza a hacer calor. Lo mejor es que mi madre se ha mudado a Mairena, a un chalet no muy lejos del de Jesús y Dani.
Dani. Cuando recuerdo los momentos que pasé junto a él no puedo evitar que una gran sonrisa se estampe en mi cara.
Jesús. Cuando pienso en él, no puedo evitar que se me salten las lágrimas. No me he quitado su pulsera en ningún momento. No pude despedirme como yo quise de él. No pude darle un último abrazo. No pude respirar su aroma una última vez. No pudimos darnos nuestro último beso. él fue, y es, el mayor flechazo que hesentido nunca antes.
Al fin conoceré a JuanCarlos, el hermano de Dani y Jesús. Y volveré a ver a Teresa, a Marina, a Sonia y a Ariana. Las he echado tanto de menos... Ellas estaban ahí para apoyarme en todo momento. Sobre todo Marina. Desde nuestro incidente, nos volvimos inseparables.
Pero no puedo pensar en eso y deprimirme. No. Ahora no. Porque ahora, estoy en el avión de vuelta a Sevilla, viendo con Sean la película Turbo por vez número 2.583.650.067. Está súper engachado a esa película. Aunque no tardará en quedarse dormido.