3 | Estrellas

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     Suspiró.

     Millones de sensaciones corrían por su cuerpo, alertándola de que faltaba poco para el final. Era raro pero, al margen de que esa era la mejor parte, no quería llegar; duraba muy poco aquel viaje a las estrellas y ella deseaba permanecer en ese mar de dicha el mayor tiempo posible.

     Sus dedos bailaban y rasgaban la superficie suave con las uñas cortas en las que culminaban sus falanges, tan perfectas y atrevidas en —los— ojos ajenos y capaces de elevar a cualquier ser humano con un toque de ida y vuelta.

     Sus labios suspiraban. Sólo un poco mas.

     Era una danza tan hermosa, tan delicada como atrevida. Le encantaba su compañero y sus movimientos tan fluidos y constantes, la seducía con cada segundo que pasaba. El vaivén de sus cuerpos era delicioso, y el calor jugaba a su favor, porque a pesar de estar en pleno invierno, ambos encontraron la actividad perfecta para mantenerse calientes; con sus manos entrelazadas, sus cuerpos juntos, y la suave música que hacían llenando el aire.

     Una sensación extraña se instaló en ambos, y algo estalló. Entonces millones de estrellas bailaron a su alrededor, a través de aquellas ondas sonoras que proporcionaban sus labios. Una última nota musical escapó de sus bocas, las cuales posteriormente se unirían en movimientos salvajes y fuerte, a la vez que una bruma de placer los envolvía por unos segundos.

     Aquel baile, suave y fuerte a la vez, había finalizado, dejando a ambos ojiazules en un viaje intenso que no olvidarían. Una travesía que agotaría sus fuerzas para luego dejarlos sobre aquella cama, abrazados, con el sudor resaltando sus cuerpos e iluminándolos como una mismísima perla.

     Porque, ¿qué mejor que abrazar a tu pareja luego de haber tocado las estrellas?

The Guardian and The Queen (Relatos Jelsa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora