Suspiró.
Millones de sensaciones corrían por su cuerpo, alertándola de que faltaba poco para el final. Era raro pero, al margen de que esa era la mejor parte, no quería llegar; duraba muy poco aquel viaje a las estrellas y ella deseaba permanecer en ese mar de dicha el mayor tiempo posible.
Sus dedos bailaban y rasgaban la superficie suave con las uñas cortas en las que culminaban sus falanges, tan perfectas y atrevidas en —los— ojos ajenos y capaces de elevar a cualquier ser humano con un toque de ida y vuelta.
Sus labios suspiraban. Sólo un poco mas.
Era una danza tan hermosa, tan delicada como atrevida. Le encantaba su compañero y sus movimientos tan fluidos y constantes, la seducía con cada segundo que pasaba. El vaivén de sus cuerpos era delicioso, y el calor jugaba a su favor, porque a pesar de estar en pleno invierno, ambos encontraron la actividad perfecta para mantenerse calientes; con sus manos entrelazadas, sus cuerpos juntos, y la suave música que hacían llenando el aire.
Una sensación extraña se instaló en ambos, y algo estalló. Entonces millones de estrellas bailaron a su alrededor, a través de aquellas ondas sonoras que proporcionaban sus labios. Una última nota musical escapó de sus bocas, las cuales posteriormente se unirían en movimientos salvajes y fuerte, a la vez que una bruma de placer los envolvía por unos segundos.
Aquel baile, suave y fuerte a la vez, había finalizado, dejando a ambos ojiazules en un viaje intenso que no olvidarían. Una travesía que agotaría sus fuerzas para luego dejarlos sobre aquella cama, abrazados, con el sudor resaltando sus cuerpos e iluminándolos como una mismísima perla.
Porque, ¿qué mejor que abrazar a tu pareja luego de haber tocado las estrellas?
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The Guardian and The Queen (Relatos Jelsa)
De TodoHay historias que suenan mejor cuando las cuentas con brevedad; sin dispersarte, simplemente centrándote en lo principal. Aunque esto varía según la persona que escriba. En mi caso, escribo brevemente porque es lo que se me ocurre en el momento, pe...