Eran jóvenes, muy jóvenes.
Y tanto por parte de ella como por la de él la ilusión les acabó corrompiendo los corazones.
Crearon un sentimiento ficticio, realmente falso. Pero a la vez, y anteponiendose a las contradicciones, también era real.
Como el unicornio, o la sombra de él, que ella vio esa noche.
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Daniela
RomanceVoy a destrozar tu muro de Berlín, a robarte el corazón y a correr para que me sigas.