CINCO

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CAPITULO 5.

Después de hablar con Sofía y se disculpara mil veces, mandó los documentos y la reunión fue un éxito.
Ahora tengo que arreglarme para la fiesta de inauguración del hotel.
Me puse un vestido rojo hasta la rodilla, zapato altos de aguja y mi cabello suelto liso que llega hasta los hombros.
Salgo y me dirijo al local donde se inicia la actividad.
Hay muchas personas de alta sociedad y a ninguno conozco. Execto a Jeremy que al instante camina hacia mí.

—Hola hija —lo mire mal.

—Yo no soy tu hija, adiós... —me dolió más a mí esas palabras, estoy herida.
Salí en busca de una copa, me hacía falta. Pero él estaba al lado mío no se iba ir así de fácil.

—¿Que haces? —Le digo borde.

—Acompañando a mi ahijada —eso me chocó, mi padre siempre decía que cuando ellos no estuvieran confiarían con los ojos cerrados en Jeremy, que él sería como un padre.

—Sabes algo, eres todo menos eso —ya las lágrimas van a salir, me tomo otra copa de una sola sentada.

—No deberías tomar así.

—¡Shhhh! —lo callo—¿sabes cuantas noche pase sin dormir o esperándote para que me fueras a buscar? —él esta callado—te necesité, eras lo más cercano a un padre para mí —me seco las lágrimas—y te fuiste y me dejaste con el parásito de Pedro ¿sabes el infierno que pasé? —intenta abrazarme pero me alejo—díez años, me dejaste sola, sólo tenía trece años era una niña...

—Lo sé, pero todo tiene una explicación... —No me mira

—¿Ah sí? negocios...—hago comillas con los dedos—claro.

—No, tu tío me alejó, cambió de abogado, yo era el abogado de tu familia y me di cuenta que estaba robando dinero que te pertenecía y cuando lo enfrente puso una denuncia y me alejaron de ti —se secó una lágrima—eres como mi hija, también para mí esposa y mi hija Joey, ella te quería como a una hermana, ni sabes cuánto lloró cuando se enteró que no te vería jamás.

No tenía palabras y allí me abrazó, recibí su abrazo.

—Perdón hija, yo te amo —eso me llenó el alma, sentir su contacto, aunque estaba herida, ahora lo tenía conmigo—perdóname.

—Yo lo siento, mi tío no fue el mejor, me hizo la vida un infierno, yo no...

—Tranquila, olvida eso y sigue, no dejes que el pasado interfiera en tu futuro.

—El me robó la mitad o más de la mitad que me dejó mi padre.

—Así es...

—Por casualidad... ¿no tienes los documentos de aquel entonces? —me miró pensando.

—Si, están archivados ¿por que?

—Me da la impresión que las acciones y los bienes que tiene con la empresa Tessier—Lavigne eran de mi padre.

—Así es, pero el mostró un documento donde tú le diste esas acciones a él.

—¿Qué? ¿Cómo así? Yo no le he dado nada —ahora si me va a escuchar.

—Hija el tenía tu firma en el documento y tú huella...

—Te he dicho que es un parásito —el asiente—estoy felíz de encontrarte, no me dejes otra vez.

—No hija, eso no pasará —me abraza otra vez.

La fiesta estuvo aburrida, sólo me gustaron las copas gratis.

Camino a mi habitación pensando que  es sardonica la vida, me fui para Detroit para no encontrarme con mi pasado y es allí donde me encuentro con todo, pero ya nada es igual.

He vueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora