Capítulo 2 Propuesta

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Un día, tras acabar Rin la jornada en la escuela, se encontró esperándola fuera sentado sobre una valla a Shippo. Un demonio jovencito y pelirrojo con la preciosa cola de zorrillo que delataba su condición de demonio.

- ¡Rin! – gritó alegremente Shippo – Hoy tengo la tarde libre. ¿Te apetece que vayamos a jugar? Además he aprendido muchos hechizos nuevos en estos días. ¿Quieres que te los enseñe?

- ¡Claro! – contestó ella – espera que se lo digo a Kagome

En ese momento salió la nombrada, y al oír su nombre se giró hacía Rin.

- Señorita Kagome, ¿le importaría decir le a la anciana Kaede que voy a ir a jugar con Shippo?

- ¡Hola Shippo! – contestó la joven – Claro, sin problemas Rin. Pasáoslo bien, y no os metáis en líos.

Así que los dos jóvenes se fueron a la plaza del pueblo para ver los nuevos trucos que había aprendido en estos días.

Al llegar, se apoyaron en la fuente que se encontraba justo en el centro de la plaza, mientras aún se contaban todas las novedades. Cuando, de repente, unos niños de la escuela se pusieron a incordiarlos.

- ¡Eehh niña rara! – gritaba uno de ellos, mientras los demás reían de tras de él

- ¡Me han dicho que te gustan los demonios! – gritaba otro

- ¡Seguro que por eso es huérfana! Mató a sus padres del disgusto – siguió otro riéndose

- ¡Nadie te va a querer como te sigas juntando con raritos! – dijo otro mientras lanzaba una bola de barro

En ese momento, Shippo empujo a Rin, con la mala suerte que ésta acabo dentro de la fuente, y él se llevó el golpe de la bola de barro.

- ¡Eeeehhh niña rara! ¿ya has besado al monstruo ese? – dijo el primero, refiriéndose a Shippo – ¿Le sabe la boca a muerto?

En ese instante, Shippo se levantó muy enfadado del suelo, y cuando se fue a lanzar a pegar a los chicos, la mano de Rin le detuvo.

- No merece la pena Shippo, son sólo unos niños malcriados – le dijo Rin con una sonrisa en sus labios - ¿Por qué no vamos a jugar al bosque?

Éste hizo un gesto con la cabeza como signo de aprobación, y ayudó a su amiga a salir de la fuente. Para luego dirigirse juntos hacía el bosque, ignorando los comentarios crueles que les decían los niños.

Una vez en el bosque, a los pequeños amigos se les había olvidado por completo lo sucedido, tan sólo sus ropas eran las únicas que habían sido perjudicadas aparentemente. Y allí se pasaron la tarde parloteando, mientras Shippo le demostraba todo lo que había avanzado en su entrenamiento. Ahora era capaz de transformarse en otra persona sin que su cola lo delatase. También había aprendido a convertirse invisible, aunque aún le quedaba mucho por practicar, porque de repente aparecía una mano de la nada y cosas del estilo. Pero así pasaron los dos toooda la tarde, haciendo bromas y jugando al escondite por el bosque. Y siempre terminaban su día sentados junto a una roca desde donde se podía ver todo el poblado, hablando sobre el futuro y añoranzas mientras veían caer el sol en el horizonte.

- En el próximo torneo de demonios quiero quedar entre los 10 primero – decía Shippo – me encantaría convertirme en un demonio tan fuerte como Inuyasha

- Seguro que lo conseguirás – le contestó Rin con una sonrisa que le ocupaba de lado a lado de la cara, una de esas sonrisas tan características de ella – pero mi Señor Sesshomaru también es muy fuerte. Es el Señor de las Tierras del Oeste.

Como en un sueño (Sesshomaru X Rin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora