Un Amor Inesperado

II

Sarah ocupó el puesto de su padre pero el dinero no era suficiente, las cuentas iban en aumento y su madre no tenía las mismas fuerzas de antes.

La única manera de salir adelante era buscar un trabajo en la ciudad y así mantener a su madre.

-Cuídate hija, no confíes en nadie, la ciudad no es como aquí y hay muchas personas que solo buscan hacer daño. Fueron las últimas palabras que le dijo su madre.

Cuando Sarah llegó a la ciudad, se quedó impresionada recorriendo con la mirada los rascacielos, además de todos los letreros luminosos que anunciaban comida, ropa, películas, etc.

Al llegar a la estación, bajo los escalones del camión y se sorprendió al reconocer el rostro de su vecino Charles, que los visitaba seguido desde el próximo rancho, tenía 52 años, una gran barriga, barba descuidada y la cabeza calva.

Charles se acercó apresuradamente.

- Sarah, ¿Qué ha pasado?- parecía algo preocupado. Ella le explicó lo de su padre y la necesidad de buscar un trabajo para mantener a su familia.

- Yo te puedo ayudar, conozco a la persona indicada y el trabajo perfecto para ti- dijo con voz misteriosa.

Sarah confió en su vecino, pues siempre estuvo al pendiente de sus papás, pero Charles siempre la había visto de una manera obscena, cuando estaba con ella y sus padres, permanecía al margen, cuidando que no notaran sus malas intenciones. La metió contra su voluntad en la prostitución y para mantenerla callada y cumpliera lo que ordenaba, la amenazó con matar a lo único que le quedaba, su madre.