Trece

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Esperé a Aria fuera de su casa. Habíamos quedado para enseñarle la ciudad a ese tal Kevin. Miré mi teléfono y la puerta se abrió. Vi a Aria salir y me quedé mirando como de bien le quedaban esos pantalones ajustados.

— Jodido infierno nena – dije mirándola de arriba abajo. – ¿Quieres matarme? – me acerqué a ella y la cogí de la cintura, acercándola a mí – ¿Por qué eres tan sexy?

Ella rio poniendo sus manos sobre mi pecho – Yo no soy sexy.

— Si lo eres – Junté mis labios con los suyos. Cuando nuestras lenguas se encontraron el móvil de Aria sonó.

Ella se separó de mí y leyó el mensaje – Vamos, está abajo.

Cogí su mano mientras bajábamos. Cuando salimos a la calle, un chico moreno se giró y le sonrió a Aria, pero su sonrisa se borró cuando me vio. – Hola – dijo Aria – Kevin, él es Jared.

Kevin me tendió su mano para que la estrechara y lo hice entrecerrando mis ojos. Había visto a este chico antes.

— Tú... – dije apretando mí mandíbula. – Maldito hijo de puta. –Me abalancé sobre él.– ¿¡Así que la teníais controlada verdad!? – lo cogí de su camisa.

— ¿¡Jared que estás haciendo!? ¡Suéltalo! – escuché a Aria.

— Creo que te estás confundiendo de persona – dijo Kevin.

— Oh no, claro que no. Recuerdo tu estúpida cara – levanté mi puño para darle en su cara.

Aria tiró de mi camiseta – ¡Jared para!

Sacudí a Kevin y lo empujé contra la pared sintiendo cómo la rabia se apoderaba de mí. – ¿Se veía bien en su sexy pijama?

— Jared por favor. – Aria volvió a tirar de mi camiseta.

El labio de Kevin empezó a sangrar – No sé de qué estás hablando

— ¡Maldita sea claro que lo sabes! ¿Qué te crees? ¿Que no te vi con ellos? – grité. – Pensabas que no me daría cuenta ¿verdad? Te has equivocado. –

Empecé a pegarle mientras Kevin intentaba inútilmente defenderse.

— ¡Jared! – Aria me cogió del brazo cuando tiré a Kevin al suelo. – ¿Qué estás haciendo? – me empujó. Vi a Aria arrodillarse al lado de Kevin para ayudarle a levantarse.

— ¡Nena, él es de los Skin! – desesperé viendo como mi novia lo ayudaba.

— ¿Pero te has vuelto loco? – me miró

— Maldita sea Aria, ellos te tienen vigilada. ¿Por qué te crees que estaba buscando por todos los rincones de tu casa? Pensaba que había cámaras, pero ya todo me cuadra era... – me interrumpió.

— ¡Él llegó ese día de Francia, Jared! Deja tus paranoias a un lado y lárgate – Ella se dio la vuelta mientras lo ayudaba a entrar en el portal.

Me quedé mirando la puerta cerrada. Lo había visto ayer, estaba seguro. Miré mis puños, no podía dejar a Aria sola con él, pero sabía que mi chica era una cabezota y no iba a entrar en razón.

Entré en casa y me senté en la cama intentando recordar todo lo sucedido anoche. Había examinado los rostros de cada uno de ellos, y si no estaba loco, Kevin estaba allí, en la fila de detrás, junto a los coches. Apoyé los codos en mis rodillas y metí mi rostro entre mis manos. Estaba cansado. Pronto pondríamos en marcha el plan para derrotar a los Skin y no sabía si todo eso iba a salir bien.

La puerta se abrió y miré a Aria – Tenemos que hablar – cerró la puerta detrás de ella. – ¿¡Pero en qué estabas pensando!? – Alzó la voz – ¿Es que estás mal de la cabeza? ¿Por qué lo hiciste?

1. Cree en míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora