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El resto del día Emma se la paso en su cama recostada, no se quizo levantar, sentía que sus piernas la iban a abandonar en cualquier momento, además estaba decepcionada por no haber podido terminar el tratamiento inicial, llevaba muchos días encerrada y se sentía demasiado ansiosa, quizás por eso había intentado aguantar el proceso, pero para su pesar ahora estaba peor que antes.

El doctor Villa no regreso a valorarla hasta que su cuerpo volvió al punto de partida, es decir, hasta que no tuvo más fiebre, vomito y recuperará su peso. Él sabia que estaba llevando las cosas más allá de lo debido profesionalmente, pero no quería, ni iba a volver a ver a su paciente colapsar de esa manera, la enfermera, una mujer de mediana edad, era la encargada de revisar a Emma cada día y llevarle los reportes al doctor y aunque Emma pregunto varias veces por él, no obtuvo más que una mísera respuesta.

—Sus investigaciones y vida personal le están quitando cierto tiempo, aunque no deja de estar pendiente de usted, pero no te preocupes Lady Emma, haz de cuenta que soy un apéndice del doctor.

La enfermera aunque se veía con experiencia se notaba algo dudosa y nerviosa cuando la revisaba, aunque no era para menos, ellas estaban solo para limpiarlas, darles medicina y atenderlas en cualquier momento, la mayoría ni siquiera estaban capacitadas para revisar a un paciente, eso solo lo podían hacer las de mayor experiencia y bajo estricta supervisión médica.

Con que vida personal

Emma rio por lo bajo, aunque quisiera cubrir el sol con un dedo no podría, él también tenía una vida fuera del hospital, no solo era ella, también estaban los demás pacientes, no pensó que le afectaría tanto no ser tomada como algo primordial, tantos años siendo mimada y consentida por todos traería sus consecuencias, ahora estaba en un punto donde todos eran igual de importantes, al fin y al cabo debía entender esas situaciones, eso también era parte de crecer.

—Han pasado varios días Milady ¿No le gustaría escribirle a su hermano o a Lady Isabelle?

—No estoy de ánimo para hacerlo, además si les escribo tendré que adulterar la verdad de lo que ha sucedido con el tratamiento y no quiero, después lo haré. — respondió mirando más allá de la pequeña ventana.

—Tiene razón...

No había que ser adivina para entender a su señorita, el cambio le había sentado pésimo en cuanto a la salud, además también estaba el hecho que llevaba varios días sin salir de la pequeña habitación y aunque ellas hicieran cualquier cosa para animarla, su rostro se veía cada vez más triste, si, estaba alimentándose como el doctor le había ordenado, también estaba durmiendo mucho mejor y ya no se sentía mal, pero el aislamiento le estaba pasando factura y si a eso le sumaba que su médico se rehusaba a atenderla como se supone que debía, el resultado no sería nada alentador.

—Milady ire por agua fresca ¿Está bien si se queda sola?

—El día está soleado — susurro melancólica —Me haría bien tomar agua, ve tranquila.

Era una simple doncella, pero la había visto crecer, al menos desde que entró a trabajar a la mansión, la conocía y sabía que algo no estaba bien.

—Menos mal lo encuentro doctor — Con sus puños apretados y respiración fuerte bloqueo el paso del doctor en el pasillo

—¿Sucedió algo con Lady Emma? — pregunto con premura

—La señorita está bien, por ahora — el doctor levanto la ceja y miro a la doncella esperando escuchar lo que ella tenía que decirle.

—Lady Emma no es una niña débil, la conozco desde que entré a la mansión, ella... Siempre a sido una niña muy solitaria, su mundo solo giraba alrededor de su padre y demás sirvientes de la casa, y a pesar de ser una niña muy malcriada siempre coloco los sentimientos de los demás por encima de los de ella, cuando murió la duquesa no fue capaz de decirle a su hermano que se quedará junto a ella, él quizás lo hubiera hecho si se lo hubiera pedido o al menos trataría de pasar más con ella, pero al saber que su adorado hermano estaba surgiendo en los negocios, simplemente guardo sus necesidad de pasar más tiempo con él. Cuando la señorita supo que estaba pasando algo con su cuerpo oculto todo de su padre, Lord Browning un amigo de su hermano, a escondidas le ayudaba en todo para que el duque no se enterara, quizás lo hizo pensando que solo era un mal pasajero y por eso también lo oculto del hermano de la señorita, Lady Emma siempre se mostró fuerte delante de su enfermo padre e inclusive de Lord Browning, pero yo la escuchaba en las noches llorar a causa del malestar que sentía, no podía hacer nada para ayudarla salvó buscar la medicina que aliviaba un poco a la señorita, todo lo hacía para que su padre no se enterara y se pusiera peor, cuando el hermano enviaba misivas sabía que ella ocultaba todo tras esa sonrisa nostálgica luego de escribir la carta, por eso le digo que ella no es débil, lo que pasa es que siempre coloca las necesidades de los demás sobre las cosas de ella y ahora que está sola en este hospital siente que no tiene nada por qué luchar.

Una Cura Para El Amor (Serie Noble Desamor II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora