Capítulo 2

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Cuando dieron las diez de la mañana Beth tuvo que subir los vidrios de su carro porque empezaron a caer gotas de agua del cielo, las cuales, en un principio eran pocas y después se transformaron en una increíble lluvia por lo que Beth ya no pudo disfrutar del aroma que le ofrecían los verdes paisajes escocés

Para no pasar por el aburrimiento y mientras los limpiaparabrisas limpiaban el agua que caía del cielo, Beth puso en la radio un disco de música para que tuviera una distracción durante el trayecto

La lluvia empezó a calmarse y Beth vislumbró un pequeño restaurante por lo que se estacionó en frente de dicho restaurante y apenas salió se apresuró por entrar para evitar mojarse demasiado

El restaurante era de madera al igual que las sillas y mesas rectangulares y todo estaba en absoluto silencio cuando Beth entro, vio que había solo dos personas, un hombre y una mujer y Beth se acercó rápidamente al mostrador

-buenos días señorita. ¿En qué podemos ayudarla?- le preguntó el hombre a Beth

-buenos días me gustaría unos huevos revueltos con tocino, pan con mantequilla y un poco de café por favor- le dijo Beth al hombre mientras este anotaba el pedido de la joven

-muy bien serían 45 libras señorita- le dijo el hombre y entonces Beth sacó su cartera y le pago la cantidad exacta -su pedido estará en breve. Si quiere puede esperar sentada

Beth asintió y posteriormente tomó asiento en una de las mesas y en la mesa donde estaba sentada tenía una buena vista hacia la carretera y los altos pinos así como también los pocos autos que pasaban seguramente hacia algunas ciudades o pueblos

Pero mientras esperaba a que le trajeran su orden, Beth se dio cuenta que en la mesa donde estaba, había unos periódicos sobre la mesa y empezó a darles un vistazo

Uno de los periódicos era el Daily Mail o el The Times, los cuales hablaban de temas tanto de Inglaterra como de otros lugares de Reino Unido, pero cuando encontró el Daily Récord, un periódico proveniente de Glasgow, lo empezó a hojear y en uno de los apartados tenía una nota que hacía referencia a Beldoof, pero en vez de hablar de las desapariciones que ella iría a investigar, daban una reseña histórica y a la vez turística

La nota hablaba que Beldoof empezó a ser poblado durante el reinado de María I Estuardo y que básicamente se trataba de un pueblo algo grande rodeado de bellos paisajes y los únicos puntos de interés que tenía era la antigua iglesia presbiteriana, la gran Plaza Circular, donde se desarrollaba la vida cotidiana del pueblo y por último, en las profundidades del bosque se encontraban unas antiguas ruinas que se creen datan del periodo de las Eras Glaciales y que fueron usadas por los prehistóricos para sobrevivir al duro clima y dentro de esas ruinas había pinturas rupestres

Leer aquello le hizo recordar cuando vivía en Beldoof y empezó a recordar cuando sus padres iban todos los domingos a la iglesia presbiteriana y como después del servicio dominical sus padres, ella y su hermano desayunaban en uno de los pocos restaurantes del lugar

Recordó también la gran Plaza Circular, la cual, si bien es cierto que no era tan grande, tenía una forma perfectamente circular, el suelo era de piedra y en dicha plaza estaban los pocos restaurantes, la iglesia presbiteriana y algunos mercados de frutas y verduras que se ponían todos los días

Los recuerdos de Beth desaparecieron al instan cuando la mesera, una mujer ya madura, le trajo su orden y se lo puso sobre la mesa, y, al instante que la mujer se retiró de allí, Beth empezó a comer

Beth no tardó mucho en comer y después de comer fue al baño y al salir fue con el hombre que la atendió cuando llegó para preguntarle si tenía un mapa de Escocia con las ciudades y carreteras

-así es y cuestan diez libras

-deme uno por favor- le dijo Beth y mientras el hombre sacaba el mapa ella sacaba el dinero y después de pagar el hombre le entregó el mapa

-disculpe mi intromisión pero a dónde se dirige- le preguntó el hombre a Beth

-a Beldoof- le respondió Beth al instante

-buen lugar para ir de viaje señorita- le respondió el hombre -yo viajé allí hace tiempo y le puedo decir que es un increíble lugar. Lástima que está sufriendo mucho

-¿de qué habla?- le preguntó Beth un poco extrañada

-que no ha escuchado las noticias- le dijo el hombre -Beldoof está sufriendo misteriosas desapariciones que nunca había sufrido en su historia

-no sabía nada de eso la verdad señor- le mintió Beth ya que no quería contarle cosas personales a un completo desconocido

-Beldoof siempre se ha caracterizado por ser un lugar tranquilo pero desde que ocurrieron ciertas desapariciones han provocado mucho miedo en sus pobladores

-con lo que me acaba de decir me ha dado más ganas de visitar Beldoof- le contestó Beth en forma de broma y aún mintiéndole al hombre

-mire señorita, yo no le voy a prohibir que vaya a Beldoof pero si quiere ir tendrá que ir bajo su propio riesgo- le contestó el hombre a Beth

Cuando Beth salió de aquel restaurante la lluvia ya se había calmado aunque no paraba de caer pequeñas gotas pero la joven ya no se tuvo que preocupar por mojarse así que ingresó a su auto y cuando ingresó a su auto saco el mapa empezó a buscar a Beldoof lo cual encontró y fue así cuando se dio cuenta que tendría que pasar antes por otro pueblo escocés de nombre Slyhill

Luego de revisar aquel mapa, Beth lo doblo y lo puso sobre los asientos de atrás, prendió el auto y reanudó su marcha

Aullidos en la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora