Capítulo 9

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Beth se encontraba esta vez volando pero en vez de estar sobre el pueblo o sobre las nubes blancas del cielo se encontraba en un lugar lleno de estrellas blancas y rojas y se dio cuenta que estaba sobre el planeta tierra

Aquello imagen le fascinó pero lo que más le fascinó fue la luz que desprendían dichas estrellas pero también estaba sorprendida por estar volando en medio del espacio

-te gusta verdad- le cuestionó una voz femenina de un tono suave y cuando Beth la escucho y se dio la vuelta vio que se trataba de una hermosa mujer piel clara y pelo largo de color café claro y vestía una toga de un blanco brillante

-quién es usted- le preguntó Beth quien parecía no tenerle miedo a la figura femenina que estaba en frente suyo ya que hasta su imagen irradiaba una armonía que Beth nunca había sentido

-lamentablemente no puedo decirte mi nombre pero confío que muy pronto sabrás quién soy- le dijo aquella mujer a Beth y después, la mujer le acarició la mejilla a Beth

-en donde estoy- le preguntó Beth a la mujer mientras está seguía contemplado aquel lugar lleno de luz y tranquilidad

-estás en un lugar que ni siquiera los humanos pueden ver a pesar de que esta en los cielos- le dijo aquella mujer -su nombre es casi imposible para los humanos debido a que ellos no hablan el Lenguaje de los Antiguos. Pero los mensajeros y profetas le han puesto el nombre de Bóveda de las Estrellas

De repente aquella mujer agarro a Beth de la mano y se dirigieron a otro lugar de aquel extraño lugar y cuando llegaron, Beth se percató que sobre ellas estaba el planeta tierra con un tamaño menor pero distinguible

-tu planeta es el centro de todo esto- le dijo la mujer -tu planeta ha sido la frontera que divide la bóveda de las estrellas y los llamados Territorios de la oscuridad

Aquella imagen sorprendió a Beth y quedo maravillada por aquella imagen pero entonces la forma de hablar de la mujer cambio a uno que denotaba tristeza pero específicamente preocupación

-muy pronto tu planeta será testigo de una guerra entre mis hijos. Se trata de una guerra de híbridos contra híbridos y tú tendrás importancia a pesar de no pertenecer a mis hijos- le decía aquella mujer -ni siquiera yo sé quién ganará en esta terrible guerra

-¿de qué habla? ¿De qué guerra se refiere?- preguntó Beth bastante confundida

-lo sabrás muy pronto Beth y cuando lo sepas sabrás también la verdad- le dijo aquella mujer en un tono tranquila

De repente la mujer puso su mano derecha en los ojos de la mujer y apareció una brillante luz blanca que rápidamente nubló la breve oscuridad que reinó la vista de Beth

Fue en ese instante que Beth abrió los ojos y se despertó acostada sobre su cama y se dio cuenta que ya había amanecido por lo que se levanto de la cama y se dirigió al baño para mojarse un poco la cara, pero cuando el agua toco apenas el rostro de la mujer, esta, sintió una penetrante sensación fría y comprendió que el agua estaba fría

Luego de cambiarse de ropa, Beth salió de su habitación y posteriormente salió del hostal para dirigirse al bosque que rodeaba dicho pueblo, ella no sabía porque de pronto tenía ganas de ir allí cuando ella había decidido que no pondría un pie en dichos parajes ya que aún la invadía el recuerdo de la noche que su hermano desapareció

Pero Beth, como si no tuviese control de ella, se dirigió hacia el bosque y cuando llego un olor de humedad invadió su olfato y aquello hizo que se tranquilizara pero entonces alcanzó a vislumbras unas pequeñas piedras por lo que dirigió hacia aquel punto

Pero Beth se llevaría una sorpresa cuando vio que dichas piedras eran en realidad lápidas y comprendió que estaba en el antiguo cementerio del pueblo

Dicho cementerio era un pequeño terreno con lápidas casi amontonadas que hasta se decía que debajo de esas tumbas había otras tumbas de personas que murieron en el transcurso de los años

Beth tenía pocos recuerdos de dicho lugar ya que sus padres le prohibieron a ella y a su hermano acercarse a ese lugar y ahora que estaba allí decidió darle un vistazo a las tumbas que allí estaban y vio que la gente que estaba enterrada allí había muerto a partir de la década del 2000 y uno que otro de finales de los años 90

Beth se dio cuenta también del enorme pino que estaba en dicho lugar y por azares del destino decidió darle un vistazo por lo que se acercó tratando de cuidar sus pasos para no lastimarse en aquel pequeño pero angosto cementerio y cuando llego se dio cuenta de una sorpresa desagradable

El tronco estaba decorado con cráneos al parecer de personas que se alzaban el todo el tronco ya que Beth dedujo que dichos cráneos terminaban hasta la punta del tronco, pero Beth no tuvo tiempo de admirar aquella tétrica imagen ya que empezó a sentir un fuerte dolor de cabeza que se fue intensificándose para que finalmente Beth se desmayara y perdiera el conocimiento

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Beth se despertó al instante que sintió un fuerte olor penetrante y vio que en vez de encontrarse en el cementerio se encontraba en una pequeña y cálida cabaña así como también se dio cuenta de la presencia de la mujer que anteriormente la siguió

-en donde estoy- le preguntó Beth a la mujer pero esta, en vez de responderle a la joven, le entregó un pequeño vaso de madera

-toma esto. Es menta, te ayudará después de lo que pasó- le dijo la mujer y Beth la agarro aún dudosa y finalmente bebió un poco -mi nombre es Clarise Bradbury y creo que tú y yo hablamos con la misma persona

-yo a usted la conozco y puede que se refiera a Izar porque con su hija casi nunca he hablado- le dijo Beth y entonces la mujer empezó a reírse

-no me refiere a ellos. Me refiero a alguien mucho más poderoso y creo que te diré sobre ella- le dijo Clarise -dime pequeña. ¿Te suena el nombre de Betsam?

Aullidos en la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora