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Llegué temprano a mis clases de inglés.  Mi nuevo edificio estaba justo frente al anterior. Si me apresuraba, no me lo encontraría.

Pero al mismo tiempo estaba asustada de entrar en mi salón y encontrarme personas como él, que me hicieran daño como él lo hizo....

-Aula 105...

Estaba asustada; asustada de que? Abre la maldita puerta Azul y no seas tan cobarde, sabes muy bien que él no esta ahí

Abrí la puerta y vi a una mujer escribiendo su nombre en la pizarra. Una mujer. Respiré.

Me senté en el único escritorio donde ambas sillas estaban libres. No quería sentarme con cualquier extraño. Me fijé más y me di cuenta que Paula estaba ahí. Oh que hermoso.

-El lugar que escogieron será suyo el resto del semestre. Buenos días, soy la Sra. G- obviamente no diré su nombre-

Todo el mundo se quejó por no poder cambiar de lugar menos yo. Era lo que quería, soledad.

Intenté poner atención pero no pude.

Intenté escribir, pero no pude. Intenté mirar, intenté pensar claramente pero mi mente se había convertido en un torrente de pensamientos enfermos.

Pensando que hacía una semana en el edificio que podía ver por la ventana, casi...

Me dolía mucho pensar que me habían usado. No sentía nada por él, pero le tenía cierta confianza. Me hizo sentir que era lo suficientemente buena para algo. Si no hubiese tenido suficiente suerte quien sabe lo que me habría hecho. ¿Y qué? A nadie le habría importado. Podría morirme y no cambiaría nada. Yo no significaba nada, para nadie.

-Miren a quién tenemos aquí: Azul la asaltatumbas.

-Miren a quién tenemos aquí- le contesté a Paula- una zorra necesitada de atención. Lástima que aún cuando ruegas todos te ignoran.

-Jódete Azul, no sabes nada sobre mí

-¿Bromeas? sé mucho, eres una acosadora enferma que está obsesionada conmigo.

-No estoy obsesionada conmigo, eres una zorra que se mete con hombres 20 años mayores.

-Y tú eres una zorra que acosa chicas y lo siento cielo pero las prefiero más bonitas que tú.

Claro, hombres 20 años mayores. Pero yo no quería que pasara, yo solo quería salir corriendo. ¿Por qué a mí?

Supéralo Azul, no puedes cambiar lo que paso. Pero si puedes intentar olvidarlo.

Fingir que nunca pasó.

Unos días después nos aburríamos como ostras en clase de matemática.

-Perras, hágamos algo- le dije a mis amigas-

-¿Qué cosa? algo bueno, este hombre me mata de la flojera.

-Mmm, juguemos retos. Yo tengo una botella.

Prefería que solo fueran retos, les temía menos que a las preguntas. Turno de Sofía. Pobre, era muy tímida. Le susurré su reto en el oído y aunque no quería la convencí.

-Pero yo no quiero llamarlo- decía con su mini vocecita-

-Lo haré yo.

Estaba tan aburrida de mi vida...


Azul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora