✩Capitulo XV✩

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El tiempo avanzaba demasiado rapido, ya pasaba un año desde que Melanie se fue y no volví a saber de ella.

Último grado de bachillerato, un año que exigía lo mejor de cada uno.

Puede que me preocupara por los proyectos, la tesina y por las cosas que tocaba realizar ese año pero sabía que iba a lograr cumplir cada una de ellas.

Las problemáticas empezaron a surgir, la falta de ingresos en mi hogar me llevaron a tocar en el transporte público para poder contribuir en casa.

Los días en los que no estudiaba tenía que empacar las cosas en una maleta tomar mi instrumento, caminar hasta la estación, recargar mi pasaporte y entrar a los buses.

La primera vez que lo hice no sabía que decir, así que simplemente empecé a tocar.

La gente se impresionó de mi talento y me dieron una buena suma de dinero.

Lo que más me gustaba de hacer eso era ver a la gente sonriendo por las melodías que les interpretaba.

Esa noche escribí en mi libreta una frase:

"No hay porqué amargarse, tu eres el único que decide si hacer de tus días buenos o malos, pase lo que pase siempre debes sonreír."

"

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