𝓟𝐫𝐨𝐥𝐨𝐠𝐨

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𝐓𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐫𝐞𝐜𝐡𝐨𝐬 𝐫𝐞𝐬𝐞𝐫𝐯𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐚 𝐉𝐤 𝐑𝐨𝐰𝐥𝐢𝐧𝐠, 𝐉𝐨𝐡𝐧 𝐓𝐢𝐟𝐟𝐚𝐧𝐲 & 𝐉𝐚𝐜𝐤 𝐓𝐡𝐨𝐫𝐧𝐞.

No se tomaran en cuenta los sucesos ocurridos en "El Legado Maldito".


•Fractus defunctio animus•

Albus Severus Potter.

Segundo hijo de Harry James Potter y Ginevra Molly Weasley.

El único Slytherin de ambas familias en siglos.

Albus siempre tuvo miedo de estar en Slytherin. Su padre siempre le dijo que no había porque tener miedo de ser seleccionado en aquella casa, ya que él portaba el nombre de un gran hombre que solía pertenecer a ella.

Para Harry era sencillo decirlo, él era 𝐄𝐥 𝐒𝐚𝐥𝐯𝐚𝐝𝐨𝐫 del mundo mágico.

Muchos esperaban grandes proezas de Albus, ser bueno en encantamientos o siquiera ser bueno en Quidditch.

Pero nunca ganó puntos para que Slytherin ganara la copa de las casas, al contrario, hacia qué ellos perdieran. El chico era pésimo en casi todas sus materias y en cualquier actividad que tuviera que ver con la magia; con suerte pasaba sus clases y todo era gracias a su mejor amigo Scorpius Malfoy.

Scorpius no era alguien ambicioso como la mayoría, de hecho, era demasiado bueno para ser un Slytherin, o siquiera ser un Malfoy. Todo el mundo conocía la rivalidad que hubo entre Harry Potter y Draco Malfoy, así que fue una gran sorpresa que desde su llegada a Hogwarts  el hijo del enemigo de su padre fuese su único amigo.

No era como si Albus no tuviera amigos, claro que los tenía. El problema era que sus amigos eran nada más y nada menos que sus mismos familiares.

Sus primos para ser específicos.

Él tenía la fortuna de ser primo de los hijos de Ron Weasley y Hermione Granger, los mejores amigos de su padre. Realmente no era una molestia o siquiera algo malo que ellos fueran sus amigos, pero se suponía que Albus, siendo el segundo hijo del niño que vivió, sería igual de popular y magnífico que su padre, y sus primos, solo siendo sus acompañantes o fieles compañeros de travesuras y secretos.

La verdad es que fue al revés.

Sus primos eran Rose Weasley y Hugo Weasley.

Hugo nunca fue el centro de atención, pero su hermana Rose, siempre fue mejor que Albus en todo.

En segundo año Rose fue elegida para ser parte del equipo de Quidditch, cuando bien sé sabia que sus padres nunca destacaron en el deporte. Albus debió ser la estrella de la familia. Se suponía que su padre siendo el primer buscador más joven en siglos, y su madre siendo la ex jugadora de las Harpías de Holyhead, él debió haber adquirido los dones del buen jugador de la familia, lo cuál nunca fue así. Albus era un poco egoísta y envidioso pero, ¿qué tenia de malo? el pobre chico estaba básicamente rodeado de super estrellas y todos esperaban que él fuera igual pero resultó ser una decepción para todos, menos para su mejor amigo al parecer.

Bien recuerda cómo se forjó su amistad. Ambos fueron seleccionados en Slytherin y de alguna forma u otra iban a terminar llevándose bien. Se suponía que Scorpius debía odiar a Albus pero fue todo lo contrario. Al todos darse cuenta de que Albus no era más que una decepción para su familia fue la burla de la escuela. Pero no la única. Scorpius también era muy marginado por cierto rumor sobre él siendo el hijo de Lord Voldemort, lo cual era lo más estúpido que él haya escuchado. Ni siquiera al estudiante más tonto se le ocurriría que Voldemort tuviera tiempo para esas tonterías. Pero al final eso los terminó uniendo. Los dos perdedores de la escuela.

Conforme pasaba el tiempo, la relación con su familia iba cambiando. No solo porque ya no veía a sus padres, sino porque se sentía incomprendido.

Trató de explicarle a los demás como se sentía y todos pensaron que era porque el joven Malfoy lo molestaba. Cuando era todo lo contrario. Scorpius era su familia, dentro y fuera de Hogwarts, Rose ya no se le acercaba, ni siquiera lo saludaba cuando se cruzaban en los pasillos, se convirtió en su propia pesadilla una vez que lo vio con su uniforme de Slytherin. Ella se aseguró de hacerle pensar a sus padres que era muy buen amiga de Albus y que Scorpius era una mala influencia para él.

Estaba harto de que siempre le dijeran que era malo y que era bueno para él, si el decía negro los demás le decían blanco, no podía opinar nada sin que lo miraran mal por el mero hecho de no tener algún talento notable o por no ser de Gryffindor como sus padres.

Los únicos en su familia que parecían comprenderlo eran su hermano Sirius, quien lo escuchaba pero estaba demasiado enfocado en sus asuntos; y su padre, el cual siempre le daba una que otra charla sobre como el se sentía igual cuando vivía con los Dursleys, pero aprendió a perdonarlos y blah, blah. Nada de lo que le dijeran le ayudaba.

Cada día que pasaba Albus se volvía una persona más rencorosa y frustrada.

Eso lo volvía loco.

Era como si estuviera maldito.

Tal vez eso era.

Su mera existencia era una maldición.

Él era la maldición de los Potter.

Trailer del libro:

𝑻𝒉𝒆 𝑺𝒑𝒆𝒍𝒍 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝑻𝒓𝒂𝒊𝒕𝒐𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora