𝑻𝒉𝒆 𝑺𝒑𝒆𝒍𝒍 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝑻𝒓𝒂𝒊𝒕𝒐𝒓

𝓒𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝓓𝐨𝐬

" 𝓗𝐚𝐫𝐭𝐰𝐢𝐧 "

A la mañana siguiente Albus había despertado con un peculiar dolor de cabeza. Pesadamente abrió lo ojos y sé percató que todos sus compañeros se habían levantado e ido al gran comedor para desayunar.

Le tomó unos segundos poder desprenderse de las sabanas para ponerse su uniforme y empezar su día.

Al terminar de cambiarse descubrió una diminuta caja a un lado de sus zapatos. Por un momento dudó en abrirla, ya que creyó que sería una broma por parte de sus compañeros (como era de esperarse), pero la caja era demasiado formal para ser una simple broma.

El chico se inclinó para tomar aquella caja y con delicadeza desprendió el lazo color verde que llevaba a su alrededor. El contenido era muy simple, si sus ojos no lo engañaban lo que había dentro era la caja de una insignificante rana de chocolate ¿quién le daría algo así? o más bien ¿quién al menos pensaría en obsequiarle algo?

Decidió ignorar aquel detalle y se dirigirse al Gran Comedor. Albus estaba a punto de salir de la habitación cuando una voz dentro de él le decía que tomara aquel  obsequio. Así que volvió a ver detenidamente aquella caja y, un tanto dudoso, la puso en su bolsillo.

꧁꧁Fractus defunctio animus꧂꧂

El Gran Comedor estaba repleto de adolescentes hambrientos, todos estaban muy ocupados desayunando, y leyendo las cartas de sus respectivas familias, pero esa paz que parecía rodear el ambiente fue interrumpida cuando Albus entró.

Oh, sí.

Cada vez que él entraba a algún lugar, por más repleto o vacío que estuviera lo miraban como si él hubiera matado a su gato. Lo cual solo pasó una vez en clase de transformaciones pero eso fue culpa del gato por atravesarse.

Lentamente se dirigió a la mesa de su casa y se sentó al lado de Scorpius manteniendo su cabeza gacha para que la gente lo empezara a ignorar. Eso hacia cada vez que alguien lo miraba fijamente, la gente gozaba de hacer sentir inferior a alguien que se supone que tiene poder.

Empezó a divagar en como seria hacer que todos se rindieran a sus pies. En como se sentiría poder provocarles miedo a todos, en como sería sus lamentos suplicando perdón mientras lo ven a él subir a la cima. Más famoso que su queridísima prima Rose, mejor que su hermano Sirius y más famoso que su padre. Tal vez por fin todos ellos lo mirarían con ojos de admiración sabiendo que él es superior a lo que todos ellos pudieron ser.

Quería restregarles a todos en sus caras como es que él-

—Come, te ves muy pálido— dijo una voz familiar que lo sacó de su trance.

Scorpius estaba a su lado mirándolo cuidadosamente, pero no como los demás. Él no lo miraba como si hubiera matado a su lechuza o algo, él lo miraba preocupado y con cariño. Algo que no sentía con nadie más desde hace tiempo.

—Tuve una mala noche, una pesadilla tal vez.

—¿Otra aparte de la que ya habías tenido? Vaya, tal vez deberías ir a la enfermería a ver si no tienes una infección o la fiebre de las vacas locas.—dijo éste en tono de burla.

—No lo sé... tal vez estoy demasiado enfermo para ir a pociones y para hacer la tarea de Historia de la Magia... debería irme si no me quiero desmayar en medio de toda esta gente, podría causar un gran escándalo, El hijo de Harry Potter desmayándose... que encantador.

—Vamos Al, sé más positivo, esta semana va a ser buena, tengo un presentimiento, creo que Rose por fin me notará como se debe.

—Ajá y yo soy más listo que mi tía Hermione.—dijo éste secamente.