Comenzó a acercarse más y más, Dios jamás había podido resistirme a esa verdosa y profunda mirada.
—Claro que no caí bajo…— susurre —Y lo sabes— si no era así porque se estaba literalmente muriéndose de celos. Me corrí hacia un lado para escaparme de su aprisionamiento, pero fue inútil.
—No me digas que ese imbécil te soporta tus caprichos— levanto su ceja
—No solo los soporta…— ahora yo acorte la distancia entre nosotros, -Rayos que ganas de besar esos rojos labios- pensé perdida en ellos —Los cumple. — está bien tal vez no era del todo cierto, o no era para nada cierto, pero Francisco no tiene por qué saberlo. Ya que no le diría ‘En realidad estoy sola, porque Serrano ni la hora me quiere dar’
Tire fuerte de mi brazo logrando que me soltara y así regresar al salón de clases sin siquiera detenerme por el libro que había olvidado.— ¿Pu-Puedo entrar?— tartamudee
—Llega tarde una vez más Sabatini— me informo
—Lo siento— me disculpe y entre para caminar hacia mi lugar.
Dios mío, mi corazón estaba a punto de descolocarse, ante la velocidad con la que palpitaba, -Vendrás a rogarme que vuelva con vos Francisco.*
—Hola Guapo— susurro al momento de pasar a mi lado, así que supuse que me lo decía a mí. ¿Qué no se cansaba de que la rechazara? Negué con la cabeza y no detuve mi paso al igual que ella.
Camine hasta mi lugar, deje caer mi mochila a un lado y me senté, para esperar a que el tipo ese que se hace llamar ‘maestro’ termine su tasa de café y le den ganas de entrar a dar clase.Volteé hacia la derecha, estaba Agustin con su novia o no me interesa que sea, y poco a poco el salón se iba llenando, hoy seguramente Oriana estaría sola. Lo que da como resultado Sabatini molestándome a mí.
—Buenos días clase— ¿Qué no se sabía otra frase? Todos comenzaron a sentarse en sus respectivos asientos, excepto ella que aún no regresaba. –¿Quién te pregunto? A nadie le interesa si está o no- mi voz interna me reclamo. Tenía razón. —Hoy veremos el último capítulo de…— ¿más capítulos?
— ¿Pu-Puedo entrar?— tartamudeo ¿nerviosa?
—Llega tarde una vez más Sabatini— le recordó, aunque seguramente lo hacía intencionalmente solo para atraer la atención. Tan típico de ella. Ese vestido rosado un poco arriba de las rodillas no podía quedarse sin lucir. Patético ¿no?
—Lo siento— se disculpó y entro caminando hacia su lugar de siempre.
Tomo su bolso negro y saco su celular, comenzó a teclear rápidamente, seguramente un mensaje. Lo dejo sobre el banco y miraba hacia Agus quien volteo hacia abajo y saco su celular, leyó y rio. Regrese mi mirada a Oriana quien ahora estaba concentrada en su libreta dibujando. Mordía su labio inferior mientras que la pluma en su mano no se detenía, acomodaba su cabello de vez en cuando y levantaba su mirada hacia el maestro, quien no paraba de hablar.
Un golpe en mi espalda me hizo reaccionar, me había quedado tildado viéndola.
—No me digas que eres otro de los que andan tras ese vestido rosa…
—Quieres callarte Cristian — le dije de mala gana.
—Pues tan siquiera disimula— hablábamos en susurros —O Francisco vendrá a reclamar lo suyo— por una extraña razón sentí que la sangre me hervía. Gire hacia él.
—En primera ella no me interesa, si me interesara no me importa ‘disimular’ y el imbécil de Francisco puede venir a reclamar lo que quiera, tenlo por seguro que no se la acaba— no podía hablar más sinceramente.
— ¿Algo que quiera compartir con el resto de la clase Sr. Serrano?— todos voltearon a verme
—En realidad no— conteste serio acomodándome nuevamente
—Pues parece que tiene muchas ganas de charlar— ¿Charlar? —Hágame favor de cambiarse a ese lugar— señalo el asiento disponible delante de nadie más y nadie menos que Oriana.Con pesadez me puse de pie, ¿Que no podía a ver elegido otro de los cinco asientos vacíos esparcidos en toda el aula?
Pase delante del maestro, no sin perder la oportunidad de acecinarlo con la mirada, note como se encorvaba un poco. –Que estúpido- reí en mi interior.
Pero que difícil era descifrar su mirada, -¿Qué demonios piensa?- me era imposible interpretarlo, su cabeza recargada sobre su brazo derecho. Sus ojos fijamente conectados con los míos. Era la única que no bajaba la mirada al sentir la mía. Incluso Aldi, con años de conocerme se enojaba cuando la miraba así. ‘¡Basta! Me dan ganas de salir corriendo’ decía con desespero, era una gran arma. Pero ella parecía divertirle.
Miraba con atención todos mis movimientos, deje caer mi mochila nuevamente y me senté en mi nuevo lugar. Primer error: Recargarme.
—Bienvenido chico malo— dijo con una leve risita y tomo uno de los mechones de mi nuca, procurando acariciar mi piel.
Cruce mis brazos y me hice hacia adelante recargándome en el banco, para evitar que Oriana tuviera contacto alguno conmigo. Estaba a punto de quedarme dormido cuando una pequeña bola de papel cayó en la esquina de mi banco.
Lo tome y lo abrí ‘Dicen que le darás una golpiza al profesor Hoffman’ la letra rosada me indicaba de quien provenía. Segundo error: Responderle ‘En realidad se la merece pero no lo hare’ sin si quiera disimular lo lance hacia atrás.
Tercer error: Reírme. ‘Si, también dicen que le tienes miedo’ ¿Tenerle miedo? Lentes gigantes, pantalones cafés, sweater anaranjado, corbata de moño. Un nerd completo.—Basta, ustedes dos ¡Fuera!— demonios.
- Hello ! gracias por los comentarios aunque me algunas me querian linchar jajaja , tal vez suba otro capitulo mas tarde :D , les queria decir que cuando vean esto en la nove " * " significa cambios de punto de vista.
Tw dedicado: @OrianSerraniti2