Me di la media vuelta pero lo vi y recordé lo bien que la habíamos pasado el viernes, sábado y el domingo. Así es había salido todo el fin de semana con él.
El sábado nuevamente me invito a cenar y esta vez se vengó diciendo que no me conocía lo suficiente para besarme y el domingo habíamos estado en su casa. Así que nos la pasamos con sus hermanos.—No Agus, no puedo seguir jugando con el— me di rápido la media vuelta hacia mi amigo y de inmediato lleve mi mano a mi boca —Mierda — casi grito reclamándole por no avisarme que Jenny estaba ahí.
—Perdón, pensé que ya no dirías nada. — dijo con los ojos abiertos a tope.
—Y-Yo lo… lo siento— balbuceo la colorada nerviosa —No era mi intención escuchar— cubrí mis ojos con desespero y una vez más me gire para caminar hacia mi casillero ignorando los llamados de esta.— ¿Mala mañana? — me encantaba sentir su aliento en mi oído.
—Pésima— confesé largando un suspiro.
— ¿Te ha molestado alguien? — pregunto serio.
—No— reí —Un problema con Agus nada mas— saque el último libro que necesitaría para las clases de hoy.
— ¿Segura?
—Completamente.
—Bien— el timbre nos indicó que era hora de entrar a clase. Física, nos tocaba juntos.
—Hey ¿A dónde vas?
—A mi lugar— conteste obvia y negó con la cabeza, la ladeo hacia la izquierda indicándome que lo siguiera.
— ¿De verdad? — pregunte con los ojos abiertos a tope, quería que me sentara con él.
—De verdad— afirmo y sin pensarlo dos veces lo seguí.—Muévete— le ordeno a un sujeto que la verdad ni sabía que estuviera en el salón.
—Pero ahí hay dos lugares— señalo intimidado los dos sitios de adelante.
—Muévete— repitió y estaba por decirle a Julian que nos sentáramos en los de adelante cuando el sujeto tímidamente se puso de pie. Dejando libre el lugar.
—Que malo sos Julian— le dije riendo.
—Siéntate— me dijo cediéndome el asiento de atrás.La clase comenzó, era primera hora y yo ya quería salir corriendo. Bueno todos queríamos salir corriendo. El profesor explicaba el procedimiento para la resolución de unos problemas y no dejaba de escribir. El marcador azul rechinaba al ser presionado contra el blanco pizarrón.
Julian con fastidio hecho la cabeza hacia atrás, por lo que no dude ni por un segundo divertirme con sus castaños mechones.
—Me encanta tu cabello— confesé en un susurro inconscientemente, volteo a verme y sonrió.
Levanto su cabeza volteando nuevamente hacia el pizarrón, dejando al descubierto un poco de piel de la parte baja de la nuca. Con la punta de mis dedos hacia pequeñas caricias provocando que se estremeciera.
—Basta— susurro.
— ¿No te gusta?
—Sí, pero…— volvió a estremecerse.
— ¿Se encuentra bien Sr. Serrano?— todos voltearon hacia Julian quien solo asintió con la cabeza. Todos regresaron su mirada al frente excepto Agus y Jenny, quienes seguían observándonos, los aniquile con la mirada a ambos. Estaba realmente enojada. Agustin seguramente ya le habrá contado sobre la apuesta. Lo cual se convertía en un enorme problema.
Deje de molestar a Julian para comenzar a anotar todo lo que estaba en el pizarrón aun que era difícil saber por dónde empezar, estaba lleno.
Dos fuertes golpes en la puerta hicieron que todos sincronizadamente voltearan a la puerta con la esperanza de que fuera alguien que le quitara tiempo al profesor y así lograr perder clases.La puerta se abrió dejando ver la cara de mi ex novio.
—Me permite a los jugadores del equipo... — dijo con esa hermosa voz.
—Y a las porristas— agrego Lola con su voz de silbato.
—Ve, tú eres porrista— me dijo Julian señalando con la barbilla hacia la puerta.
—Ve, tú eres jugador— le dije igual y rio.
—Ya no más— mentía.
—Yo tampoco entonces— sonreí —Ya no tengo a quien animar.
Negó con la cabeza risueño y se puso de pie así que yo también lo hice.
—Este miércoles hay juego, así que vengan con el uniforme— nos indicó Lola.
— ¿Y para esto nos haces salir de clases?— escuche la voz de Julian — ¿Que no pudiste esperar una hora y hacerlo en el receso? — volteamos y logre ver que se lo decía a Francisco tenía razón era una pérdida de tiempo.
—Por favor— dijo Francisco al igual en tono agresivo —Si de verdad te interesara la escuela no estarías atrasado— Julian ya debería haber salido.
—Cállate idiota, a menos que quieras que te parta la cara— dijo a punto de lanzársele encima pero entre los otros jugadores lo detuvieron.
Me di la media vuelta rápido para ir hacia Julian.
— Oriana no he terminado— me reclamo Lola pero solo hice un ademan para que se callara y seguido escuche un 'Yo le digo después' de Jenny.
—Julian— me abrí paso entre los otros —Vámonos—le dije no quería que se metiera en problemas, ya que estaba segura de que Fran no cerraría la boca —No vale la pena— paso su brazo por mis hombros.
—…Eso no es lo que decías antes— ¿Qué rayos quería? ¿Que de verdad le rompieran la cara? Solo se lo había ganado.
—Ahora si imbécil— todo fue tan rápido que en menos de tres segundos Francisco había sido embestido por Julian en pleno pasillo, en la puerta del salón.
— ¡Julian! — grite con frustración, no debía hacerlo, no aquí o se metería en problemas. Pero ni siquiera entre los cinco podían detenerlos.Ahora estábamos los ocho sentados en las bancas esperando a que el director nos atendiera.
— ¿Ahora qué paso? — pregunto el director dando un gran suspiro dirigiéndose a Julian. Pero todos comenzaron a hablar al mismo tiempo, Julian comenzó a discutir con Francisco una vez más, ambos se pusieron de pie dispuestos a convertir la oficina del director en un cuadrilátero de peleas. Nuevamente todos intervinieron ya que ni el mismo director lograba poner orden.
— ¡Basta!— grito haciendo que todos se sobresaltaran incluyéndome — ¡El próximo que diga una palabra altisonante se irá suspendido y vendrá a detención por dos meses! — todos guardaron silencio y volteo a verme sorprendido.
—No me explico que hace usted liada con estos incivilizados. — Dijo negando con la cabeza.—Ella no está ‘liada’ con nadie — me defendió Julian —Lo que pasa es que, este... —pensó antes de seguir hablando.
— ¿Este qué? A ver ¿qué? — una vez más Francisco se puso de pie retándolo — ¿No que muy malo? Dale decilo y así te largas— comenzó a tronar los dedos, una vez más Julian se le abalanzo. La mirada de Julian se encontró con la mía y el puño derecho de Francisco se estrelló contra su mandíbula. Cerré los ojos y me volteé, estaba molesta ¿Que no podía ignorarlo para acabar con el problema ya?
— ¡Basta ya!— grito una vez más — ¿Qué les pasa? ¡Si no se controlan ambos se irán expulsados! ¡No permitiré estas ‘peleas’ en mi colegio!— estaba rojo del enojo — ¡Ustedes fuera!— todos salieron, Julian se puso de pie, dejando a Francisco tirado y se sentó de nuevo a mi lado, el rabioso director volteo a vernos. Un poco más y estoy segura que le saldría humo por las orejas y fuego por la boca.