La alumna bostezaba mientras recorría aquel pasillo, había sido un día muy aburrido y tenía mucho sueño. Echaba de menos los entrenamientos pero debido a los ataques recientes producidos a la academia, tenían que esperar a que reparasen e incluso mejorasen las instalaciones del lugar.
—¿De quien son esas voces que escucho?—su poder le permitía percibir sonidos lejanos.
Usando sus audífonos, fue poco a poco rastreando el lugar hasta dar con una habitación que estaba cerrada. Y ahora si podía reconocer las voces, eran de Deku y Mineta. Giró alternativamente la cabeza para asegurarse de no ser vista por nadie.
—¿Qué opinas de Tsuyu?, esos pechos son enormes, ¿cómo podrá saltar tan alto con ese peso?—pregunto en aquel tono tan suyo.
—¡Ese maldito pervertido!—la joven apretaba los puños tratando de no entrar y golpear a este.
—Y Kyoka...¿no crees que las tímidas luego son las más pervertidas?—aquel comentario le hizo ponerse roja, pero de vergüenza. Ahora si, tenía que golpearle.
—Creo que Kyoka es callada porque le da corte hablar mucho con los demás—dijo Deku.
—Que aburrido es hablar contigo de chicas...me voy—escucho unos pasos aproximarse a la puerta.
Deku suspiro y se puso a ojear un libro mientras este salía por la puerta cuando escucho un enorme grito. Vio a Mineta en el suelo agarrando su cabeza.
—¡Mis ojos!—gritaba mientras rodaba de un lado para otro.
—La próxima vez te dejare ciego—reconocía aquella voz.
Lo peor es que si había escuchado todo y se lo contaba a las demás, pronto iba a morir.
—¡Ahora largo de aquí!—grito enojada.
Este se levanto una vez recuperado y salió por patas a toda prisa. Kyouka desvió la mirada hasta el joven que sintió un escalofrío. Comenzó a caminar lentamente, cada paso era más rápido que el anterior hasta posicionarse a escasos centímetros de él.
—Kyoka...
—Gracias—este se quedo paralizado.
—¿Gra-gracias?, ¿por qué?.
—Por decir cosas buenas de mi...en un tono que no es pervertido—contesto mientras jugueteaba con sus audífonos.
Él esbozó una sonrisa.
—No ha sido nada, es lo que pienso realmente—ella se sonrojo sin saber muy bien el porque, solo había sido un comentario—eres muy buena amiga.
Kyoka golpeó con fuerza al joven tirándolo al suelo por lo roja que estaba, no quería que la viera. Cuando se levanto y se acerco hasta ella, resbalo y tropezó. La joven al escuchar el grito alzo su cabeza ya que estaba sin mirar por el rubor, se asusto y no pudo evitar que Deku cayera sobre ella.
—¿Qué es esta sensación?—se preguntaba ella.
Al abrir los ojos vio que estaba besando al peliverde. Se levanto lo más rápido que pudo, ahora si su cara estaba muy roja al igual que la de Deku quien se tocaba los labios.
—Lo-lo siento...yo...esto...yo...—balbuceaba.
—¡Ten cuidado por donde vas idiota!—salió corriendo como antes lo había hecho Mineta.
La joven no paro de correr hasta llegar a casa, por el camino todos se apartaban porque pasaba como un torbellino. Al llegar se lanzó a la cama completamente avergonzada y sin saludar a sus padres.
—De-de-de-de-de-de-Deku me ha besado—pensaba mientras sus ojos tenían forma de espiral.
Llevo su dedo a los labios, aún podía sentir aquel pequeño calor presente en ellos y un pequeño hormigueo recorrer su cuerpo.
Aquel había sido su primer beso y aunque no había sido con su pareja, el haber besado a Deku no estaba tan mal.
—Un momento, ¿en qué estoy pensando?—se agarró la cabeza y rodó por la cama nerviosa.
Aquella noche no pudo dormir absolutamente nada de nada. Cuando regresó a la escuela al día siguiente tenía ojeras de no haber podido pegar ojo. Justamente le toco sentarse al lado de Deku que desviaba su mirada cada vez que sus ojos se cruzaban.
—¿Qué voy a hacer?, me va a matar—el joven se imaginaba su muerte de diferentes maneras en su mente.
Fue entonces cuando sintió algo en su mano, era uno de los audífonos de la joven que le acariciaba sus dedos de forma cariñosa. Al alzar la mirada, ella solo miraba al profesor escribir en la pizarra con una mano sosteniendo su barbilla. Pero lo que notó especialmente, fue un rubor y una pequeña sonrisa.
Y en un momento, acercó su pupitre un poco para estar más juntos.
—Ahora o nunca—pensó Kyoka.
Llevo su mano y la apoyo sobre la de Deku que la tenía en el muslo. Se miraron y ahora si, esbozaron una sonrisa conplice junto a un rubor de enamorados. Aquel gesto despertó los sentimientos que nunca pensaban que tenían el uno por el otro.
Uraraka se giro un momento porque andaba distraída cuando vio aquello.
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—Ya soy un hombre—pensaba Deku mientras imitaba a All Might.
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