Capitulo VIII

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Todo se volvio negro. No podía ver nada. Sentí como las espinas rasguñaban una y otra vez sin piedad alguna, haciendo que sintiera un intenso ardor por todo mi cuerpo. Despues de unos minutos empezé a sentir como mi cuerpo se debilitaba poco a poco conforme mi sangre abandonaba mi cuerpo. Despues de pasados unos minutos me desmayé.

Crei que mi fin había llegado. Pero no tuve tanta suerte.

De pronto me encontré en un lugar muy extraño. Parecia ser un área infinita. Era algo parecido a estar atrapado en el espacio. Estaba completamente rodeada de un espacio negro sin una sola luz, pero que a pesar de ello, me podía ver claramente.

Escuché aquella risa a la cual, en cierto modo, me estaba acostumbrando a escuchar, pero que aun así, hacía que mi cuerpo empezara a temblar y que me recorriera un escalofrío por la espalda.

Y volvio a hablarme, su voz resonaba como un eco extendiendose por ese extraño espacio infinito.

Arianne... el juego acaba de comenzar . No te dejaré morir.- por primera vez tuve la osadía de responder.

Yo no te sirvo de nada. Te puedes conseguir a otra persona. Muestraté y mátame cobarde.- mis palabras fueron reproducidas de manera tan seca e insegura que solo hice que soltara una carcajada.

Niña estúpida. No me sería tan fácil encontrar a alguien tan tonta e incrédula como tú. Solo quiero algo de ti. Despues te mataré si asì lo deseas. -la voz termino de hablar y el lugar se lleno de una aire frío.

No supe que paso despues. Simplemente desperté, ya se me estaba haciendo costumbre el despertar desorientada sin saber cuanto tiempo había pasado. Asi que solo me paré y miré a mi alrededor...nada, otra vez todo obscuro. Ya no me causaba miedo ni nerviosismo el estar a obscuras con susurros y una que otra risa de compañia. Eso sin contar las constantes miradas tras de mí. Pero, esta vez sucedió algo nuevo.

Estaba caminando a obscuras tanteando lo que parecía ser una pared áspera y llena de agujeros para evitar chocar contra algo. Las voces se apagaron las miradas dejaron de sentirse a mis espaldas y una luz extremadamente brillante apareció frente a mí. Cerré los ojos y seguí avanzando. Al abrirlos me encontré en un patio bastante descuidado con una sola banca corroida por el óxido y un jardín lleno de rosales secos y yerbas por todos lados. Nadie había estado allí en mucho tiempo eso era obvio.  Seguí caminando hasta que vi una pequeña fuente la cual al igual que las rosas estaba seca. Me senté allí y me di cuenta de lo cansada que estaba a pesar de haberme despertado hace poco. Mire hacia arriba y me sorprendí al ver que lo que había creído una lámpara era el sol el cual estaba en lo alto iluminando el jardín. Di un suspiro. Había salido de aquella horrible casa. Bajé la vista al suelo y vi que dentro de la fuente una de las baldosas estaba suelta. Me metí al pequeño espacio en la fuente y levante la baldosa, abajo de esta había un pedazo de papel viejo en el cual estaba escrito con letras rojas " No abras esta caja es peligroso lo que dentro esconde. La curiosidad acarrea malas consecuencias.Una cosa sin nombre ni forma,  y con un solo deseo...". Allí terminaba la nota. Me recorrió un escalofrío por la espalda y me dispuse a dejar la nota en su lugar cuando me di cuenta de que había una llave y una cajita en el lugar donde estaba la nota, asi que dejé la nota a un lado y agarré la cajita y la llave. Dude unos momentos si debía abrirla o no. Y la curiosidad por cada segundo que pasaba me incitaba más a abrir la caja y llegue al punto en el cual olvide la nota y sin pensarmelo una vez más abrí la caja.

Something in the darkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora