Nueve

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Febrero 2016

— Necesito ir al baño un segundo... - murmura KiBum, levantándose de su asiento en el avión.

Ambos están rumbo a Paris, a celebrar su luna de miel allí. Cortesía de los padres del rubio como regalo de bodas.

Y por supuesto, hay tanta emoción en sus corazones que las horas de espera se están haciendo interminables.

— ¿Te sientes mal? - le pregunta JongHyun, tomando la mano pálida.

— No - niega KiBum, sonriéndole - Sólo quiero hacer pis ¿necesita más información Señor Kim?


JongHyun ríe, y termina soltando la mano de su esposo, que desaparece de inmediato en el pequeño baño que tiene la zona de primera clase.

En realidad, no se pueden quejar. Todo es bastante cómodo y milagrosamente son los únicos en el lugar.

La comida fue agradable también. Aunque hay algo curioso, que a JongHyun le causa intriga.

¿Por qué las aeromosas le han dado preservativos?

Es extraño ¿eh?

Aunque bastante funcional, pero sigue siendo extraño.

— Volví - anuncia KiBum, sentándose de nuevo al lado de su ahora esposo - ¿Me extrañaste?

— Claro que sí - dice JongHyun, inclinándose para darle un beso - Te extraño cada segundo que no estamos juntos, corazón.

— ¿En serio? - KiBum pregunta, hay un tinte juguetón en su voz que JongHyun conoce muy bien.

— Sí, cariño - responde él, tomando las manos pálidas que estaban empezando a toquetearlo - Pero deja de provocarme que estamos en un avión.

KiBum suelta su risa estruendosa, y deja de tocar con sus dedos las piernas de JongHyun.

Francamente, sí tiene pensamientos sucios en este momento, y desde hace un buen rato que está dándole vueltas a las posibilidades, sobre todo cuando su esposo se ve demasiado sexy con esa chaqueta de cuero.

Le hace recordar los primeros años de universidad, cuando JongHyun logró comprar una de esas chaquetas de segunda mano en una feria de pulgas.

Ni siquiera hizo falta que fuera lujosa, porque cuando se la colocó se vio hermoso, con esa sonrisa preciosa que se la regalaba en días especiales.

Ahora, ya no son chiquillos, pero tienen tanta vitalidad que los años parecen no haber pasado para nada.

JongHyun seguía siendo hermoso.

Y es difícil mantenerse quieto a su alredor.

La tentación es grande.

— ¿Dejarás de comerme con los ojos, Bummie? - pregunta JongHyun, entrelazando sus dedos con el rubio. No es que se sienta incómodo con sus miradas, pero sigue siendo riesgoso.

— ¿Por qué debería dejar de hacerlo? - comenta KiBum, acercándose hasta que sus narices se tocan - Eres mi esposo ¿o no?

— Lo soy - responde JongHyun, dándole un beso en la frente - Y éste esposo tuyo te recomienda que esperes hasta llegar al hotel. Tendremos muchísimo tiempo para los dos cuando estemos allí.

KiBum hace un puchero, pero finalmente cede ante lo que JongHyun dice. Se recuesta en su hombro, entre suspiros, porque en el fondo sabe que esa inmensa habitación de hotel está siendo preparada para ellos.

Y no sólo eso, tendrán todo el tiempo del mundo para recorrer las calles, los bosques, los parques... todito, todito de arriba a abajo.

De la misma manera hará con JongHyun, va a recorrerlo de arriba a abajo sin ningún impedimento.

— Creo que ya estoy ansioso por llegar.

— Creo que ya estoy ansioso por llegar

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ᴄᴏʀᴀᴢᴏɴᴇs ᴅᴇ ᴄᴏʟᴏʀᴇs |  JongKey FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora