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Narra Valen:

—Nunca me imaginé estar en su lugar...— el silencio que teníamos se interrumpió por la voz de Ramiro que estaba mirando un punto fijo en el piso y después alzó la vista para mirarme.— en el lugar de Fiamma.

—¿Cómo?— le pregunté. Si estaba dispuesto a hablar del tema lo iba a escuchar pero no la quería presionar.

—Es que... Ella no tiene amigas, nunca me puse a pensar en eso. Todo este tiempo vivió rodeada de hombres. Yo, mi papá, Juanma... Nunca tuvo una influencia femenina porque mi mamá no existió para nosotros— me miró y yo no sabía que decir más que asentar con la cabeza dándole la razón.— nunca la vi tan apagada, no se esta rara.

—¿Rara como?— yo la veia y para mi era normal que se sienta mal por la muerte del padre, yo creo que cualquiera estaria asi en su situacion.

—Ya no baila, no me habla. Es raro.

—Pero seguro es por ahora nada más. Después te va a hablar... Sos el hermano.— y lo único que le queda, pensé. El negó con la cabeza.

—Mi papa siempre me decia que yo la tenia que cuidar y protegerla porque eramos lo único que teníamos. Cuando eramos chiquitos mi papa casi nunca estaba, siempre nos cuidaba el vecino o alguien que no conociamos pero entre ella y yo siempre hubo buena relacion te lo juro...— dijo el susurrando y jugando con el borde de la taza de te.

— Yo no soy medico ni psicologo pero yo creo que es una reaccion natural. Capaz que con el tiempo va a volver a hablarte, no creo que se quede muda para siempre.— eso es algo de lo que estaba seguro, de que ella iba a volver a hablar pero la pregunta es ¿cuando?— escribir al parecer la relaja más que hablar. Empezar por comunicarte con ella así y cuando esté lista te va a hablar.

—No me refiero a que no me hable me refiero a su actitud. Ella... no era así.— me miró sin saber que decir.

—¿Era diferente?— asentó.

—Si. Siempre fue reservada con casi todos pero conmigo no, siempre que quería hablar me buscaba. Osea como te digo, nosotros siempre fuimos dos porque casi nunca veiamos a nuestro papa asique yo la cuidaba a ella y ella me cuidaba mi, siempre fue asi... Nos teníamos a nosotros. Éramos como mejores amigos. Posta, nunca tuvimos esa relación odiosa de hermanos, nos molestabamos pero si nos peleabamos siempre nos arreglamos al segundo... Es como si no pudiéramos enojarnos con nosotros y ahora no se... Está distante.

—¿Pasará lo mismo con todos los mellizos?— le pregunté y el al fin soltó una risa que me hizo sentir mejor a mi y estoy seguro que a él también.

—No se, no creo. Siempre fuimos unidos. Vos nos hubieras visto cuando éramos chiquitos...— sonrió mordiendose el labio como si estuviera recordando.— no nos podías despegar, éramos culo y calzon. Si nos separaban cuando estábamos juntos Fiamma hacía un berrinche de la puta madre... Se largaba a llorar al piso y todo.

—¿Ah sí?— sonreí al ver el entusiasmo de el por contarme—¿Pero no sé peleaban?

—No por mucho tiempo— negó arrugando la nariz—siempre nos pedíamos perdón con caramelos.

—¿Porque con caramelos?— le pregunté.

—A mi papá nunca le gustó que comieramos caramelos "porque nos hacía más la los dientes, era dañino" bla bla bla... Y nuestro abuelo sentía pena por nosotros asique se iba a comprar al kiosko de la esquina y nos contrabandeaba los palitos de la selva. Fiamma siempre amaba que mi abuelo haga eso, el nos miraba una banda, y cuando murió manteníamos esa costumbre.

«Alexitimia» •Wos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora