Capítulo 1

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Agua y pájaros, era lo primero que escuche cuando desperté, abrí los ojos poco a poco, por suerte estaba debajo de los árboles y la luz del sol no me podía alcanzar. Tras abrirlos mire hacía mi alrededor, estaba en un bosque y donde alcanzaba la vista podía ver un río, me levante aunque tuve dificultades para ello ya que mis piernas estaban dormidas, me tambalee y caí de rodillas. Costo pero con el tiempo se despertaron y pude levantarme, mire hacía mi alrededor de nuevo ya pudiendo ver mucho más estando de pie, comprobé que era un bosque muy denso y parecía no tener fin, los arboles eran robustos y muy altos, casi de unos veinte metros de altura, las hojas de estos casi ocultaban el cielo, creando una gran sombra en todo el bosque, podía oír los pájaros cantar y el rio hacia la distancia, el cual decidí acercarme a este, tenía la boca seca y quería calmar la sed con el agua.

Cuando llegue al rio empiezo a beber, el agua era totalmente cristalina, sin muchos problemas podía ver todo lo que habitaba en el rio, había grandes peces, peces que jamás había visto, algunos eran amarillos y bastante gordos, como una sandía. Pero no podía estar todo el día mirándolos, tenía que tratar de descubrir donde estaba y como acabe en mitad de la nada, así que me levante y seguí el rio, mi abuelo siempre me decía que si me pierdo en el bosque debería buscar un rio y seguirlo, tarde o temprano buscaría alguien.

La caminata se hacía eterna, pero me detuve al encontrarme con lo que iba a ser mi base temporal, una cabaña casi destrozada, me sorprendió mucho encontrarla en ese estado, solo tenía una puerta de madera el cual solo quedaba la mitad de esta, dentro de esta poco quedaba de lo que fue una vez años atrás, la vegetación la consumió por completo, solo tenía dos paredes y un cacho del techo. Todo el suelo era escombros y vegetación, no era gran cosa pero de momento decidí establecerme aquí, al menos por un rato, me quedaba unas dos o tres horas antes de que el sol se ocultara, tenía que tener una hoguera, pero así defenderme del frio y alejar a los depredadores, rebusque por los restos de la cabaña, no había casi nada, a excepción de un mango de lo que creo que era un hacha... si... mi única herramienta era un palo. Camine por los alrededores de la "cabaña" en búsqueda de leña para hacer la hoguera, quería al menos tener unos cuantos palos para hacer aunque sea uno pequeño, no encontré mucho, un par de ramas que pude arrancar de algunos árboles pequeños, no era lo suficiente como para hacer un fuego que durara toda una noche. Regrese y las deje en el suelo, pensé en usar también el mango del hacha, pero si lo hacía me quedaría sin nada para poder defenderme, así que me puse a tratar de destrozar lo que quedaba de la puerta, me tomo una media hora ya que la madera estaba en muy mal estado, tenía lo suficiente como para estar una noche entera. Rebusque en mis vaqueros y tome mi mechero, menos mal que lo tenía a mano, no soy fumador, pero siempre salgo con uno, suena tonto tener uno si no es para encender un cigarro, pero lo llevo en caso de estar a oscuras y no gastar batería del móvil, cosa que agarre, este estaba seco, no encendía, cosa que me todo mucho las pelotas, pero en fin, al menos tenía el mechero.

El fuego ardía bien, tenía leña suficiente como para aguantar unas cuantas horas, no hacia sí tendría para toda la noche, pero por el momento me podía sentir bien. Mientras miraba el fuego miraba con atención al mango del hacha, me di cuenta que por la parte de la empuñadura, hacia un símbolo grabado en este, era una llama ardiente junto a un par de alas, no sabía que significaba, me mantuvo distraído un rato, si tuviera mi cuaderno de dibujo a mano lo dibujaría, era bastante chulo.

Decidí recostarme un poco y tratar de dormir un poco, mañana tendría que buscar algo para comer, añadí más leña a la hoguera para que durara un par de horas más.

La llave de los grifosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora