Capítulo 3

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Giro a la derecha en la 890 con Brodway haciéndole caso a la ubicación marcada en mi móvil. Según lo puesto, solo me quedan catorce minutos a pie para llegar y esperemos que así sea, son las ocho y media y ya es completamente de noche, lo que menos gracia me haría ahora sería perderme la verdad. 

Sigo todo recto hasta dar con mi supuesto apartamento, levanto la cabeza y veo la compañía. American Ballet Theatre leo en la parte en la pantalla del móvil. Pongo los ojos en blanco y no me pude llamar estúpida más veces por no haberme fijado en el nombre de la maldita ubicación. Cualquier persona en su sano juicio lo haría. 

Nueva York, la 890 con Brodway, a las ocho y cuarenta sin saber que hacer, sería el buen argumento de un chiste. Me siento en las escaleras de la compañía viendo los coches pasar sin tener ni idea de a donde dirigirme, donde dormir o qué hacer. 

La compañía está cerrando y están saliendo los bailarines principales porque son los que más entrenan así que por ende, los que más tarde salen de ese maravilloso edificio. No puedo evitar fijarme en cada rincón de lo que desde la calle se puede ver de la compañía, es completamente preciosa. Giro la cabeza y vuelvo a fijar mi mirada en los enormes edificios, las descomunales pantallas, los taxis amarillos y la gente apresurada. 

- ¿Cuántas veces tendré que ver tu cara por el día de hoy? - Escucho una voz detrás de mi y giro la cabeza. Ojos azules, rubio, cínico y con un cigarro en boca, es inconfundible. 

- ¿Me has seguido? - Pregunto confundida. 

- ¿Yo a ti? - Su sonrisa se ensancha y echa el humo de la nicotina que acaba de meter a su cuerpo. - ¿Es un chiste o me lo estás intentando decir en serio? No me hagas reír por favor. 

- No es ninguna broma. - Me levanto y me cruzo de brazos. 

- Si el juego va de preguntas, explicame que haces sola, casi a las nueve de la noche en un ciudad como Nueva York. - Giro la cabeza y cierro los ojos. - ¿No me vas a contestar? 

- ¿Lo vas a hacer tú? Porque en esta conversación yo pregunté primero. 

- Ya... Pero, ¿sabes la pequeña diferencia entre tú y yo? - Sonríe y le da otra calada a su cigarro. - Que tú estás perdida en el medio de esta ciudad, y yo no, no creo que tu postura sea la mejor para hacer que yo conteste a nada. 

Lo peor de todo es que tiene razón, pero no pienso dársela, dudo que vaya a volver a verle el pelo, esta ciudad es demasiado grande, así que no pienso contestarle a nada. No mientras no me haga falta. Están empezando a caer gotas y yo aprieto un poco más mis brazos ya de por sí cruzados, él mira hacia arriba y señala la lluvia que está empezando a caer de manera cada vez más rápida. 

- Bueno y con esto, me retiro. - Tira el cigarro, lo pisa y se pone la capucha de su sudadera gris. - Un placer hablar contigo, no te mojes ni pases mucho tiempo aquí, las tormentas en Nueva York se suelen poner muy feas. 

Guiña un ojo y da media vuelta, no puedo dejar que se vaya, es mi única opción de no quedarme tirada toda la noche en esta inmensa ciudad, de no mojarme y tener un techo en el que no pasar frío. Técnicamente, antes dije que no le daría respuestas siempre y cuando no hiciera falta que se las diera, y ahora mismo, sin ninguna duda, puedo usar ese comodín de sobra. 

- Ey. - No para de andar y no sé si es porque no me ha escuchado o porque no ha querido escucharme. Doy dos pasos mientras en sigue su rumbo. - ¡Ey para, espera! 

Deja de dar pasos y se gira a mirarme, lo miro a los ojos y ya ha empezado a llover tan fuerte que su pelo rubio se ha vuelto un poco mas oscuro y se le está empezando a pegar a la cara. Yo también estoy empapada y a puesto a que mi mochila está encharcada. 

- ¿Vas a hablar o puedo seguir con mi camino? - Sonríe y se le achinan los ojos. - No es por ser antipático pero es que por si no lo has notado, llueve. 

- No tengo donde dormir. - Digo sin rodeos. La cara le cambia y ahí es cuando me he dado cuenta de que lo he dicho demasiado directo. 

- Si esa es tu manera de ligar, déjame decirte que es muy poco sutil. Cambia de táctica. 

- No es una manera de nada, simplemente me dieron mal la ubicación, creía que era la del apartamento que compartiría y era la de la compañía. - Envuelvo los puños de mi sudadera rosa tapando mis manos porque por la lluvia, ha empezado a hacer frío. 

- Anda ven. - Da un toque con su cabeza para que lo siga. Y eso hago, se echa a andar y yo adelanto un poco para ponerme a su altura. - ¿No es peligroso subirse en vehículos de extraños? 

- Creo que en este momento mi prioridad es buscar donde dormir aunque eso implique subirme con un extraño. - Sonrío de lado y coloco mi mochila bien puesta sobre mi hombro. 

Seguimos andando hasta llegar a un callejón que al parecer, usan como aparcamiento. Me dirijo hacia un coche negro y él se queda quieto. 

- Ahí no es. - Niega con la cabeza señalando el auto. - Es ahí. - Mira hacia una moto negra y roja y a mi se me cambia la cara. 

- Pero... Pero nunca he montado en una de esas. 

- Siempre hay una primera vez para todo. - Pasa por mi lado y coge la mochila de mi hombro, la coloca en la trasera de la moto y cierra el baúl. Se monta en ella y la arranca más rápido de lo que yo podría conseguir nunca. - Yo que tu me montaría, si no he entendido mal, no tienes a donde ir así que no tienes para escoger. 

Me da el casco y decido montarme, tampoco tengo muchas opciones, me siento y me sujeto en la parte de atrás. Veo como él sonríe y arranca, salimos del callejón y se mete por una infinidad de calles, noto la velocidad y el miedo que tenía antes de montarme se ha evaporado. Se para en un semáforo y se echa hacia atrás. 

- Si pones las manos aquí, - Me las coge y las pone al rededor de su estómago. - , créeme que irás mucho más cómoda. 

- No veo la necesidad de ponerlas ahí, estoy bien como estoy. - Las vuelvo a poner detrás y veo que a él se le achinan los ojos a modo de sonrisa ya que tiene la pantalla abierta, la cierra y el semáforo se pone en verde, acelerado en un período de dos segundos y casi no me doy ni cuenta. El impulso me echa un poco hacia atrás y yo sonrío de oreja a oreja. 

Tardamos menos de lo que esperaba en llegar a una casa enorme y él se baja de la moto, se quita el casco y yo repito su acción. 

- Bueno, tu noche de alegría ha llegado a su fin. - Sonríe y yo sacudo la cabeza. - Esa es la casa asignada que Kevin Mckenzie da a los alumnos de otras ciudades, así que ahí es donde vivirás. - No digo ni palabra, ¿cómo mierda sabe todo eso? - Si pasas las pruebas claro...

- Espera, ¿cómo sabes todo eso? Y, ¿desde cuándo es una casa? ¿No era un apartamento el asignado? - Me encuentro de todo menos con las ideas claras en mi cabeza. 

- Hasta mañana. - Sacude la cabeza y sonríe, se vuelve a poner el casco y guarda el que me dió a mi en el baúl intercambiándolo por mi mochila. 

- ¿No me vas a contestar? - Cojo mi mochila y cruzo los brazos delante de su moto. Se sube a ella y la enciende. 

- ¿Tu contestaste a las que yo te hice?


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Hasta aquí :) 

En el anterior capítulo dije que iba a intentar actualizar más seguido, y bueno, por lo menos no he tardado meses en subir el capítulo como pasó con el capítulo dos jajsjajsjja

Nah, fuera bromas, perdón por aquello, seguiré llevando este ritmo de capítulos o eso intentaré :) 

Los quiero 

XOXO 

forever_imagin 

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⏰ Última actualización: Jun 10, 2020 ⏰

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