El tiempo se detuvo por unos segundos, esperando la respuesta a una pregunta, que cambiaría un mundo.
—No... Alex... Yo... ¡Eres mi amigo! —Exclamó con fastidio.—¡Pero, dijiste que me querías! —Replicó Alex, con sus ojos brillosos como el cristal. El rechazo duele, y mucho más viniendo de la persona a la cual se atrevió a amar.
—Te quiero, pero, ¡no de esa forma! —Samuel no se desprendía del impacto, sabía que su amigo le tenía afecto, pero no así; incluso soltó una temerosa risa, creyendo que Alex le estaba jugando una broma.
Pero al mirarlo a los ojos, estos comenzaron a desbordar.
—¿Al? Apurémonos, los muchachos nos esperan. —Dijo en un intento vago de escapar del tema.
—Ve tú — su voz se comenzó a quebrar, — yo no iré. —Declaró Alex, mientras volteaba para regresar por donde habían venido.
Samuel se quedó viendo como su amigo se alejaba, desapareciendo lentamente en el extremo del puente, sin que se le ocurriera algo que decir en ese momento.
La noche transcurrió, tan fría como se esperaba.
Samuel fue a aquella fiesta en la cual, asistiría con Alex, para celebrar la ahora, segunda estrella, del restaurante en la que ambos trabajan.
No les dijo a los demás, exactamente, el por qué Alex no había asistido; a ellos no le interesaba, él era uno más del montón, solo era mejor amigo de Samuel.Luego de varios tragos, decidió dejar su amigo al descubierto. —Alex se enamoró de mí. —Anunció posando el vaso de vodka sobre la mesa, llamando la atención de sus compañeros.
—¡¿Como?! — Entonaron todos al unísono, ahogándose con sus bebidas.—¿Puedes creerlo? —comentó uno, dando paso a las carcajadas de los demás.
—Sabía que era raro, pero no esperaba ese nivel. —Comentó alguien más.—Samuel, no me digas que intentó besarte. —Aclamaron entre risas.
Samuel, ebrio por el alcohol y las risas de sus camaradas, comenzó a redactar como fue aquel momento en el puente, modificando partes del relato, para que ellos solo rieran más y más.
No se percató, que un compañero, al verlo en ese estado, lo grabó para reírse de él en un futuro. Aunque esa noche, la recordarían para siempre.En la mañana siguiente, Alex despertó.
Su cama era un desastre. Sus ojos dolían, aún estaban hinchados, había llorado toda la noche.
Mientras se dirigía al baño para lavar su rostro, no dejaba de pensar, en tener que encontrarse con Samuel, esa misma noche en el trabajo.¿Acaso debía actuar como si lo de anoche, no hubiese ocurrido? ¿Todo será incomodo ahora?
Mientras se cuestionaba, veía una foto de Samuel en su teléfono, recordando cuando lo conoció en el restaurante.
Era una persona con la facilidad para meterse en problemas, muchos terminaban en discusiones o peleas; era Alex quien atendía sus heridas, aunque Samuel se negara. Eran las únicas veces en las que él lo agradecía, con su voz tan suave y tan honesta, que incluso, ambos se incomodaban. agradecer no era algo que Samuel estuviese acostumbrado a hacer.Alex volvió a su cuarto para cambiarse.
Su mente se inundaba de las palabras dichas esa noche—¡Ah! —Gritó mientras se arrojaba a la cama —¿Porque lo hice? ¿Porque no pude quedarme callado? —Se repudiaba a sí mismo, escondiendo su rostro entre sus manos.
Pero, él sabía la razón: jamás había visto a Samuel tan feliz, no dejaba de sonreír y se veía tan apuesto esa noche... su corazón explotaba.Ruborizado, observó el techo por un buen rato sin pensar en nada, solo recordaba como su cuerpo se estremeció en aquel momento y, aunque duró poco, quería gozarlo.
Su celular interrumpió sus pensamientos. Por alguna razón había comenzado a vibrar
—" ¿Alguien te etiquetó en una publicación de Instagram?" —murmuró con intriga.
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No de esa forma.
RomanceLa vida de Samuel da un giro inesperado, cuando su mejor amigo confiesa estar totalmente enamorado de el. Sam no quiere perderlo, pero tampoco puede corresponder lo que siente, aun asi se enfrentara a quienes traten de denigrar a su amigo y compañ...