ADICTO ... 2 ✔

CAPÍTULO 95: "DELIRANTE ANSIEDAD"

Desde el día en que Bai Luoyin desapareció, el quinto día pasó gradualmente sin noticias de él. Para una semilla de oro que fue difícil de encontrar en cien años como Bai Luoyin, los militares enviaron cientos de soldados para buscarlo a toda costa. Algunas plataformas de medios también comenzaron a transmitir un aviso de personas desaparecida y anunciaron públicamente una recompensa de 500,000 yuanes para las personas que proporcionaron información.

Incluso con tan gran ímpetu, las respuestas que se necesitaban urgentemente nunca llegaron.

Desafortunadamente, quién le pidió a Luoyin que se quedara en un lugar desolado en donde ni siquiera los pájaros cagaban y menos, se podía encontrar ni un solo televisor en toda la aldea, sin mencionar los teléfonos o las computadoras.  Allí todo era primitivo y todos gritaban para pasarse mensajes unos a otros. A menos que alguien pueda gritar lo suficientemente fuerte desde Beijing hasta el Tíbet, ni siquiera piense en tomar esa recompensa de 500,000 yuanes.

Muchas personas de todas partes participaron en la búsqueda de Bai Luoyin. Solo una persona no participó y, ese fue Gu Hai.

En palabras de Gu Yang, este tipo debe haber estado tan molesto que se ha vuelto loco.

Además del primer día que Gu Hai salió a buscar a Bai Luoyin cuando desapareció, el tiempo restante lo dedicó a ocuparse de la empresa. Prácticamente se quedó en el departamento de producción todos los días. Desde que se completó el proyecto liderado por Bai Luoyin, la compañía se había comprometido a fabricar luces inteligentes y luces de aviación. El almacén ya estaba repleto de materiales de iluminación comprados que no estaban destinados a ser vendidos. Gu Hai incluso había obligado a los empleados a trabajar horas extras para continuar la producción.

"Gu Zong, un nuevo lote de luces de aviación se ha recibido en el almacén", informó el gerente del departamento de producción a Gu Hai.

Ante esas palabras, Gu Hai asintió y le entregó otra orden.

"Continuar produciendo en base a esta cantidad".

El gerente se sorprendió, "Gu Zong, ¿qué aeropuerto ordenó tantas mercancías?"

"Lo ordené yo".

"¿Eh? ..."

Justo cuando el gerente quería preguntar más, Gu Hai ya se había dado vuelta y se había ido.

Después de eso, el gerente del almacén fue a buscar a Tong Zhe con una expresión ansiosa.

"Vicepresidente, no hay más espacio en el almacén. Los vehículos de transporte no podrán ingresar si continuamos llenándonos de más insumos."

Tong Zhe miró al gerente con aire contemplativo, se dio la vuelta y fue a la oficina de Gu Hai sin decir una palabra.

Cuando se abrió la puerta, Gu Hai se enfrentaba a un plano como si estuviera calculando algo con una expresión particularmente seria. Al ver eso, Tong Zhe se sentó en el sofá y lo esperó en silencio. No fue hasta que Gu Hai terminó sus cálculos y tocó la mesa con su bolígrafo que notó la existencia de Tong Zhe.

"¿Cuándo entraste?"

Mirando los ojos inyectados en sangre de Gu Hai, Tong Zhe dijo a la ligera: "No hace mucho".

Gu Hai asintió mientras le pasaba el plano a Tong Zhe.

"Siga la cantidad y las especificaciones de este plano, estas luces deben fabricarse mañana antes del atardecer".

Después de permanecer en silencio, Tong Zhe finalmente habló.

Sin molestarse en levantar la cabeza, Gu Hai simplemente dijo: "¿No hay muchos espacios vacíos en la propia empresa? Si no cabe en el almacén, colócalos en las salas de conferencias, gerencia, oficinas de empleados, o en los pasillos. Mientras el lugar pueda garantizar la seguridad de estas luces, puede colocarlas en cualquier lugar que desee."