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—Carmilla usara a Hector para su ejercito, no se de que manera lo hará...pero lo hará— Dijo Alucard mientras llegaban a un lugar helado y frío.

—Oye Alucard ¿si ganamos puedo quedarme con el castillo?— Dijo Sypha riendo.

Alucard también respondió con una risa —Claro ¿por que no?—

Probablemente en menos de 3 días estarían en la casa de Carmilla, y tenían ventajas, sabían que sus defensas estaban bajas.

Usarían el espejo para entrar al castillo, pero sinceramente....Alucard no quería adelantar nada de ese viaje, quería que durara mas, y esa razón tenia nombre y apellido.

—Alucard— Trevor llamo el nombre del híbrido, y este volteó a verle.

—¿si?— caminó hacia el.

—¿estas bien? te veo distraído...— dijo mirando a otro lado para no mostrarle mucho interés.

—Lo estoy Trevor, Gracias—

Pero ellos no eran los únicos que se dirigían al castillo, Isaac buscaba venganza para su amo, y algo mas... así que se desharía de Carmilla y buscaría la forma de recuperar a Hector, que para el, tenia el valor de una sabandija, aun así, también quería vengarse de el.

Pero a Hector no lo mataría, tenia otros planes.

—Alucard! Ya tengo los caballos!— dijo Sypha, habían abandonado ya el barco, y el lugar empezaba a ponerse frío, aunque ese no era un problema para Alucard.

—Perfecto, avanzaremos hasta que el sol se oscurezca y tomaremos un lugar para descansar despues ¿les parece?—

—si, si como sea— Soltó Trevor subiendo a la parte de enfrente de la carreta, y Alucard subió a su lado, para así dejar que Sypha descansara en la parte de atrás y durmiera un poco.

—A sido largo...— Dijo Alucard.

—Bueno el puto castillo de Carmilla esta hasta el otro lado del mundo, es normal que tardemos—

El mitad vampiro soltó una risa por eso, realmente tenía razón.

avanzaron en silencio un poco hasta que el sol se oculto y tuvieron que parar para encender una fogata bajo los arboles y comer algo, afortunadamente encontraron unos conejos y esa fue su cena.

—¿No creen que es emocionante?— solto Sypha —esta es la segunda vez que hacemos esto, me encanta—

—Estoy seguro de que a tu abuelo no le encanta tanto como a ti, Sypha— Soltó Trevor.

—eres un aguafiestas—

Alucard sonrió al escucharlos —Concuerdo con Sypha, es emocionante— dijo tranquilo mientras miraba el fuego.

Había una razón para Alucard por la cual este viaje era aun mas emocionante que el anterior, pero no estaba seguro de cual era, y si lo estaba, no lo quería admitir.

—Bueno yo dormiré en la carroza— Se levanto sypha —los veo chicos—

—Descansa— Soltó Alucard, ahora el y Trevor estaban solos.

Durante unos minutos, el silencio fue lo único presente, Alucard se sentía cansado y su mirada estaba perdida en el vacío.

—¿que harás cuando todo esto termine?— escucho las palabras de Trevor, lo que le hizo recuperar la atención en el presente.

—buscare paz...— dijo sin mas, cuando todo estuviera fuera de peligro y tranquilo, buscara la paz que se le negó —¿y tu?

—probablemente yo busque cerveza— soltó Trevor en un tono de voz mas a la ligera.

—Deberías controlar tu alcoholismo— El rubio se acerco mas a Trevor, casi chocando hombro con hombro.

Trevor se quedo callado unos momentos antes de atreverse a decir alguna palabra, al final solo suspiro y dejo que Alucard se quedara a su lado por el momento.


Isaac miraba de vez en cuando el espejo, en donde miraba a Hector ser maltratado constantemente, ya no le daba la satisfacción que le daba al principio, ahora le parecía hasta ¿miserable?.

Al principio le gustaba como lo maltrataban por la forma en la que traiciono a Dracula, pero ahora, había caído en cuenta que el también había sido traicionando, no solo por Carmilla si no también por el mismo Dracula, era como un pequeño cachorro fácil de manipular.

Habían jugado con el desde que era un pequeño, incluso su benevolencia Dracula, no le dijo toda la verdad en su momento.

Era cínicamente adorable...

O eso pensaba Isaac, en sus vagos pensamientos, pero últimamente, a estado viendo como una vampiresa de la cual desconoce el nombre, se a vuelto mas apegado a hector, eso lo hacía fruncir el ceño voluntariamente, y por alguna razón esto constantemente lo motivaba mas a hacer crecer su ejercito.


Alucard reposaba en el hombro de Trevor, probablemente durmiendo, aunque no lo necesitara, estar apegado a Trevor hizo que le entrara sueño....por alguna razón, y no pudo evitar caer dormido en su hombro.

El castaño por su parte, cuando decidió que el también debía dormir, tomo a Alucard con facilidad y lo acomodo para que este estuviera con la cabeza recostada sobre sus piernas (las de Trevor) y el se quedo dormido en el tronco, solo pegando la espalda.

No pudo evitar entrometer sus manos entre los finos cabellos rubios del mitad vampiro, y acariciar su cuero cabelludo, la forma en la que la piel pálida de Alucard podia llegar a sonrojarse le parecía tan atrayente y no podia pasar desapercibido.

Trevor suspiro para acomodar sus pensamientos por un momento —necesito alcohol...— y cuando menos se dio cuenta, ya estaba acariciando las mejillas del rubio, dando círculos con su pulgar al rededor de estas.

La mano de Alucard, aun cuando estaba dormido, se levanto involuntariamente y detuvo la mano de Trevor para que este dejara de acariciarle, Trevor se sintió abrumado y avergonzado por un momento, se quedo quieto pero trago saliva cuando sintió los dedos de Alucard entrelazarse tiernamente con los suyos, una imagen tierna y dispareja, pues las manos de Alucard eran blancas, suaves, bellas, frías y delicadas , mientras que las de Trevor eran morenas, toscas, calientes y con algunos cayos que había dejado como consecuencia del látigo.

Alucard siguió durmiendo sin preocupación alguna, aun con la mano de Trevor estrechada contra la suya, y después de unos momentos Trevor decidió que también era hora de que el durmiera, dejo su mano entrelazada con la de Alucard y se dispuso a dormir.

El ataúd (Alucard x Trevor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora