CHICA AGRIDULCE (KTH) 2

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🌻Día importante🌻

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Salí y afuera se encontraba un auto.

¿Que estas tramando Kim Taehyung?

Me subí a el auto para después este ser conducido por la chica con el nombre So.

No pasaron ni cinco minutos y ya habíamos llegado a un tipo bosque.

- ¿Donde estamos? -Fue lo primero que salió de mi boca al llegar.-

- Es una sorpresa, Taehyung me indicó que le pusiera este venda -saco un tipo palacete de su bolsa- Así que póngaselo.

- Pero...

- Son instrucciones que me dio el Señor Kim.

"Señor Kim", parece como si se tratara de un señor de más de 40 años.

No me quedo de otra que ponérmelo, me quede así por unos cuantos minutos, no se escuchaba nada, absolutamente nada.

De pronto escuché como la puerta de mi lado se habría lentamente, ¿Estaba nerviosa? Si y mucho, lo único que quería en esos momentos era escuchar la hermosa y grave voz de mi esposo.

Sentí como alguien me tocó el hombro provocando que me espantara.

- Baja -Me ordenó la chica a lo cual rápidamente hice caso.-

Cuando mis pies se encontraron completamente en el piso no pasaron ni dos segundos así pues el auto se encendió provocando que me espantara y diera un brinco.

Chocando con un cuerpo duro, no me importo y lo abracé escondiendo mi cabeza en su cuello.

Al abrazar a aquel hombre, porque era obvio que era un hombre, me di cuenta de que no era cualquier hombre.

Ese aroma, ese aroma yo lo conocía y lo conocía perfectamente.

Kim Taehyung.

Ese aroma que hacía que mi interior se derretía con la solo olerlo, ese aroma tan...,Tan de él que me encanta.

Una risita de escucho la cual provenía de Tae.

- Veo que te sigues espantando muy fácil -Volvió a reír-

Me solté de el para luego sentir como acomodaba bien el pañuelo de mis ojos.

- Por cierto, Estas hermosa nena -Susurro en mi odio con voz ronca provocando que mi piel se erizara.-

Tomo mi mano y comenzó a guiarme hacia algún lugar.

-Entrelace mi brazo con el suyo sin separar nuestras manos- ¿A donde vamos?.

- A un lugar especial.

No pasaron ni cinco minutos y ya sentía mis pies hundirse en la arena. No pude evitarlo y sonreí. El sabía perfectamente que uno de mis lugares favoritos era la playa y más escuchar el sonido de las olas romperse.

- ¿A donde me llevas? -Dije intentando ver un poco.-

Me fue imposible ver pues Tae me estaba tapando lo ojos, pues no le bastó con la venda.

- Solo espera.

- Pero... -Hice puchero.-

- Pero nada, aguante. Solo veinte pasos y llegamos.