CAPÍTULO 3

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Menuda casa. No tengo palabras para describir este sitio. Es una mansión, pero como las que aparecen en pelis o series. Es flipante. Enorme. Parece un palacio. ¡Dios yo quiero una así! No sé de dónde ha sacado Jules las entradas para esta fiesta, pero espero que no sea la última vez que venga aquí. Esto es la leche.

La música está a tope. Seguro que pasa los decibelios permitidos, pero estamos alejados de la ciudad no creo que se escuche mucho ¡Dios mío quiero entrar ya!

No soy la única con la boca abierta. Ivy está igual que yo, pegada al cristal del taxi viendo a la gente subir los escalones para entrar en la mansión. Es preciosa. Esta hecha con piedra blanca, tiene por lo menos cuatro pisos de altura y estatuas en las paredes. Hay un montón de ventanales enormes que deben pertenecer a las habitaciones.

-¡Dios mío!- digo cuando consigo pronunciar alguna palabra.

-Exacto- dice Ivy con la misma cara que yo.

- Es impresionante ¿no?- dice Jules mientras se ríe al vernos.

-¿Cómo has conseguido que entremos aquí? Además somos menores, y toda la gente que entra parece mayor de edad- pregunto asombrada y empiezo a preocuparme porque somos menores. La verdad que para ser mi primera fiesta no tiene mala pinta.

-Pues gracias a un amigo, que conoce al dueño, nos consiguió las entradas. De todas formas, aquí tengo unos carnets falsos por si os lo piden. Aunque no creo, por como vais vestidas parece que tenéis por lo menos diecinueve años – nos entrega el carnet falso a cada una. No sé de dónde ha podido sacar esto, pero ahora mismo me da igual solo quiero entrar a esa casa y bailar.

Nos bajamos del coche, nos colocamos la ropa y el pelo y nos acercamos a las escaleras de la puerta principal cogidos del brazo. Nunca me imaginé esto.

Cuando subimos todos los escalones, ante la puerta se haya un guardia de seguridad, pero no nos dice nada por lo que entramos en la fiesta sin ningún problema. Si la casa por fuera es una impresionante por dentro no conozco palabras para describirlo. Es enorme y tiene un techo altísimo. Si la música fuera se oía alta aquí te deja sorda. Es tecno. Nunca había escuchado música de esa. Yo soy más de pop o música clásica. Pero no me desagrada. De repente me doy cuenta de que nos hemos acercado a una especie de barra que han montado para servir las bebidas y ya tengo una copa delante.

-¿Qué es?- le pregunto a Ivy que tiene la misma bebida.

-Es un Bloody Mary, pruébalo- me dice mientras veo como ella y Jules se lo beben. Yo he bebido alguna vez alcohol, pero nunca me he emborrachado. No le doy muchas vueltas y bebo un trago mientras siento como la bebida alcohólica baja por mi garganta. Quema un poco, pero es soportable. Me la termino en tres tragos.

-Esto sienta bien ¿verdad?- me dice Jules y cuando asiento los tres nos reímos.

Estamos un rato en la barra bebiendo alguna otra copa que van pidiendo. Cuando sentimos que tenemos mucha adrenalina en el cuerpo nos levantamos y nos vamos a la pista de baile que se haya en el centro de la sala.

-¿Qué te parece?- Me pregunta Jules al oído para que le pueda escuchar.

-Me encanta muchas gracias por invitarnos- le digo mientras le abrazo.

Bailamos un rato los tres hasta que Jules ve a una chica y se va con ella a bailar. Nosotras seguimos a lo nuestro. Bailamos con algunos chicos que no había visto en mi vida, pero aun así me da igual. Me siento libre y con ganas de hacer lo que quiera.

Después de estar un rato bailando,  me empiezan a doler los pies por lo que me vuelvo a la barra, aunque Ivy se queda bailando con un tío.

-¿Qué te pongo preciosa?- me pregunta el camarero. Yo me apoyo un poco sobre la barra para contestarle al oído.

No es de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora