No es de verdad

CAPÍTULO 4

Domingo 10:47

-¡Venga chicas arriba!- oigo la voz de la madre de Ivy despertarme. Por un momento toda la habitación me da vueltas y cuando me siento en la cama empiezo a recordar:

La fiesta en la mansión a la que nos llevó Jules las copas que me sentaron bien, pero que ahora me empiezo a arrepentir de haber tomado. Bailar con Ivy y con mucha más gente. El chico de la barra, como se llamaba... a si Andrew. También recuerdo a Diego y a Luke en la fiesta, pero poco más. Espero empezar a recordar pronto.

Miro la hora y me pongo de pie de un salto. He dormido con la ropa de fiesta por lo que despierto a Ivy tirándole un cojín a la cara y le pido una toalla para poder ducharme. Mis padres no tardarán en llegar y no me pueden ver así.

Me doy una ducha rápida y me visto con mi jersey azul y mis vaqueros. Me cepillo un poco el pelo y me lavo los dientes. Me quito el maquillaje de ayer y me hecho crema. Bueno no se nota que me he ido de fiesta. Ya no hay olor que me delate, solo unas grandes ojeras debajo de mis ojos marrones. En ese momento entra Ivy y me hace sentarme en la tapa del váter, me hecha corrector lo que elimina casi al completo mis ojeras. Perfecto.

-Muchísimas gracias, tía- le digo a Ivy mientras me hecha del baño para que ella se pueda duchar. Entro a la cocina donde Luisa, la madre de Ivy, nos está preparando el desayuno.

-Muchas gracias, Luisa, pero no tengo hambre, tengo el estómago cerrado- le digo poniéndome la mano en la tripa.

-Bueno pues más tortitas para el resto- dice mientras se acerca y me da un abrazo. La verdad es que Luisa es como mi otra madre, la madre que te hace tortitas por la mañana, la que te deja ir de fiesta y va a por ti a la hora que sea, no sé , nos llevamos muy bien.

-Hola mamá, ¡tortitas!- grita Ivy cuando entra en la cocina. Ya se ha duchado y quitado el maquillaje.

-Bueno mis padres no tardaran en venir, tengo que estudiar- comento mientras Ivy devora las tortitas.

-Tía eso del conservatorio te tiene hasta arriba de deberes- dice Ivy con un cacho de tortita en la boca.

-Ya bueno tengo que estudiar que tengo examen el miércoles y concierto el finde que viene- en cuanto digo lo del concierto me arrepiento ya que no me gusta nada que vayan a verme tocar.

-¡Qué tienes concierto y no nos lo habías dicho!- he aquí mi error. Mis amigos saben que me gusta tocar instrumentos, para ser exactos toco más de uno, pero también saben que me da mucha vergüenza tocar en público por lo que no suelo invitar a mucha gente a mis conciertos.

-Si, pero no vas a venir- le digo, aunque ya es tarde para decirle que no. En ese momento llaman a la puerta y Luisa se levanta a abrir la puerta. Son mis padres. Miro a Ivy que me está mirando de forma extraña. Algo trama y creo que no es bueno.

-Hola Pedro- saluda Ivy a mi padre.-¿Sabes cómo puedo conseguir una entrada para ir a ver el concierto de Ana?

-Claro tu dime cuantas entradas quieres y yo me encargo de conseguirlas- dice mi padre contento de que la gente quiera ir a ver a su hija.

Yo recojo mis cosas y me despido de mi amiga y de su madre antes de salir por la puerta de su casa con mi padre.