Prólogo: El niño y la bruja.

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Un niño corría a través de un campo de girasoles multicolor en medio de la noche, a su caza una bruja lo perseguía. El niño estaba cansado, y la bruja lo estaba alcanzado, pero dada la agilidad del niño para ir en zigzag, no le daba oportunidad al enemigo para cazarlo, es por eso por lo que la bruja apuntó con la palma de su mano y reunió una misteriosa energía en el medio de esta.

«Lanzas de mercurio (Sólido)». Recitó mentalmente.

De la mano de la bruja salió una flecha de mercurio disparada. El niño pudo percibirla y la evadió por los pelos, pero la punta de la flecha todavía pudo rasgar su camisa. Y la bruja volvió a disparar, pero el niño la evadió perfectamente en esta ocasión. Como veía que no resultaba, la bruja dejó de correr y notó que el bosque negro estaba a solo pocos metros. Sabía que, si el niño se metía en él, con lo escurridizo que se había mostrado, sería prácticamente imposible atraparlo antes de que la encontrasen a ella. Así que le apuntó con ambas palmas y recitó en su mente.

«Lluvia de mercurio (Sólido)». Conjuró mentalmente esta vez. 

El niño sintió la amenaza, intentó esquivar, pero cuando sus ojos se enfocaron en el ataque del enemigo supo que no podría evadirlos. Aun así, no se rindió y comenzó a esquivar uno tras otro, hasta que una bala de mercurio lo impactó en el hombro derecho, la camisa se rasgó y la fuerza del impacto lo lanzó al interior del bosque.

La bruja se apresuró para recoger al niño, sabía que lo había conseguido. Incluso si la pillaban ahora, su objetivo estaba cumplido.

Vio al niño, no sintió lástima por él. Con toda la sangre que había derramado ya no se salvaría, y como lo dictaba su trabajo, procedió al siguiente acto. Se colocó en postura de loto.

«Emerger: Alma real». 

El alma de la bruja emergió de su cuerpo y sujetó al niño, tiró y tiró hasta que el alma del niño comenzó a salir.

La bruja no se había dado cuenta, estaba concentrada totalmente en el niño, tenía que extraer su alma, pero una persona había ahí, mirando en la oscuridad lo que estaba ocurriendo. Él observó el cuerpo de la bruja desde atrás, entonces miró al espíritu que quería extraer otro espíritu.

―Ya es tarde para él.

La bruja lo escuchó en ese instante. Miró como estaba acechando su cuerpo, y sin poder hacer absolutamente nada para evitarlo, una mano le perforó el corazón de su cuerpo físico. El espíritu de la bruja comenzó a retorcerse descontroladamente, pero no se irían sin antes terminar su trabajo. El espíritu del niño no estaba completamente fuera del cuerpo, pero bastaría con lo que había conseguido, así que rasgó el arma y se llevó la mitad. Ambos espíritus salieron disparados hacia alguna parte del bosque.

El que había asesinado a la bruja no se molestó en seguirlos, de todas maneras, ya habría nada que pudiera hacer.

―Si hubiera llegado antes, te habría salvado.

El extraño sentía lástima por el chiquillo moribundo. Entonces le surgió una idea, podía ayudarlo, aunque fuese solo un poco, aunque no volviera a ser él completamente, si podía compensar la mitad que se había ido, podría estructurar un nuevo ser.

Pero antes de que pudiera actuar, un destelló cayó del cielo e impactó al niño, el extraño quedó sumamente sorprendido por lo que veía, pero entre más lo veía, de alguna manera se sentía profundamente irritado. La sensación que sentía al ver esa luz era tan repulsiva que le producía un odio insoportable.

―Tienes que ser tú. En ese caso no puedo quedarme de brazos cruzados.

Los guerreros solares estaban en busca del pequeño Liu. Una bruja se había metido en la ciudad y penetró en el terreno del clan Euan, afortunadamente las habilidades naturales del niño lo ayudaron a escapar, pero no sabían nada de él. Los guerreros no podían simplemente esperar que el niño pudiera escapar de las garras de una bruja.

Kávalan, el león blanco.

Mixtli, la gata.

Olaf, la serpiente emplumada.

Los tres guerreros habían estado buscando, ingresaron en el bosque negro esperando que el niño tuviera la grandiosa idea de llevar la persecución a ese lugar, y de pronto Olaf se detuvo, su instinto guió su mirada hacia una dirección en donde pudo distinguir un destello, y los otros dos pudieron sentirlo también. Los tres se dirigieron a toda prisa a ese lugar.

Al llegar pudieron encontrar al niño. Estaba sobre un enorme charco de sangre, tenía la ropa rasgada, pero no había una sola herida en él, en cambio, el cuerpo de la bruja tenía un hoyo en el corazón, estaba muerta. 

La guerra de mil añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora