Niall me volteo tiernamente quedando recargada en el espejo, sentí que algo grande había entrado en mi, era aquel enorme miembro de Niall, la verdad es un experto en la cama, lo hace como ningún chico. Gemí un par de veces, Niall aumentaba la velocidad, eso hacía que de mi garganta salieran gritos enormes, acompañados de gemidos, se escuchaba los sonidos de nuestras caderas al momento de chocar, una y otra vez. Quedamos cuerpo a cuerpo, y me besaba sin sacar a willy de mí.
El me acostó en la cama, dejando mi cabello extendido y ahí comenzó lo más tierno, menos fuerte, yo me tocaba mientras el iba de adentro hacia afuera.
-Te gusta? –dijo Niall entre suspiros.
-Demasiado Niall.
-Es mi turno, me haces oral?
-Con mucho gusto.
Niall se acostó, Niall se veía tan sexy acostado, su abdomen, hay, tome su pene antes de que bajara su erección y comencé a hacer lo mío.
Niall tomo de mi cabello haciendo que todo su pene quedará dentro de mí, no me dolía, soy de garganta profunda entonces no me afectaba tanto, pero en realidad su pene es algo grande y fue un placer enorme tenerlo así.
Niall me puso encima del, y comenzamos a hacer de arriba hacia abajo, me sorprendió que Niall fuera tan fuerte y diera muy rápido.
Niall sin dejar de hacer lo suyo, se puso de pie y yo arañaba su espalda, su torso era tan masculino, el tomaba y acariciaba mi espalda hasta llegar a mi trasero, y eh aquí mi posición preferida, el se sentó en una silla y me penetro una vez más.
Niall y yo me beso apasionadamente, besa bastante bien esta vez que hicimos el amor, hizo que fuera la tarde más hermosa, Niall y yo llegamos al orgasmo y la verdad duro más de 3 minutos, el había hecho lo suyo bastante bien, el se vino dentro de mí. Niall me comenzó a besar, el no dejaba de acariciar mis pechos, Niall y yo quedamos dormidos abrazados por la cintura.
-Gracias, por esta tarde, Te amo.-me dijo al oído.
-Sabes que te amo mas amor, eres lo mejor que me ha pasado.
Y ahí, con manos entrelazadas dormimos la tarde y fue hasta la noche que un ruido en la cocina hizo que despertáramos.
-¡Niall! Están robando! –murmuré alterada.
