capítulo 2

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Adrien poco a poco iba recobrando la razón, mientras iba recobrando los sentidos lo primero que pensaba era que estaba en su casa y recién despertaba pero casi de inmediato notaba unas voces que no registraba y que el viento lo envolvía, claros indicativos de que no estaba en su casa; procede a abrir los ojos y como supuso; ya no estaba en su casa y la razón por la que le costaba moverse no era la pesadez del cuerpo al recién levantarse si no que estaba atado de brazos y pies. Adrien evalúa su entorno y se da cuenta que esta en una careta y que es llevado por los mismos soldados que estaban en su casa; la careta iba avanzando y lo único que veía era bosque lo que lo mantenía con miedo ya que no encontraba salida de su predicamento.

Al cabo de un rato Adrien notó  la esquina puntiaguda del borde de metal que tenía la careta   y se le ocurrió que podría restregar la cuerda contra la esquina para así poco a poco rasparla.
《Debo tener cuidado de que estos tipos no se den cuenta, aunque con lo idiotas que son, no creo que lo hagan》pensó Adrien mientras estiraba los brazos y con todas sus fuerzas raspava la cuerda sin dejar de prestarle atención a los soldados cuando de repente se detiene la careta.

Soldado #1: -uh...¿porque qué te detienes?.-

Soldado #2: -debo orinar- decía mientras dejaba
                        la careta para situarse a un lado del
                       camino.

En ese momento Adrien se apresura, entiende que esta es su oportunidad, la que no se puede permitir desaprovechar por lo que desesperadamente restrega la cuerda contra la esquina de la careta.

Soldado #3: -echenle un ojo al chico.-

En ese preciso momento en el que a Adrien le faltaba poco para escapar lo descubren los soldados, -pequeña sabandija con que pensabas escapar-, le decía el soldado mientras tomaba a Adrien por el costado y lo cargaba para posteriormente estrallarlo contra el suelo y pisarlo sin levantar el pie de sobre el chico, el cual solo gritaba debido a la presión que el pie de aquel soldado ejercía sobre él.

Soldado #3: ¡Dios!...que ruido más molesto, ¡ya calla a ese bastardo!

Soldado #2: ¿ y qué quieres que haga?...¿quieres que le quiebre la mandíbula?.

Soldado #3: ¡yo no sé que vas a hacer!, solo sé que los gritos de ese pedazo de mierda ya me están cabreando.

Soldado #1: -¿te gustaría ahogar ese horrible sonido verdad?, bueno podemos tirarlo al lago que está cerca de aquí, si tiene las agallas para intentar escapar, me imagino que también las de un pez para sobrevivir a ese lago.

Adrien paralizado por el miedo al escuchar lo que ellos hablaban sobre hacerle a él, temblando del pavor empezaba a llorar desconsoladamente llamando a su mamá. No entendía porque le estaba pasando esto, comprendía que así era el mundo donde vivía pero se negaba a aceptar eso, ya que ninguna persona se merece sufrir de esa manera sin causa justa y que si él tuviera el poder de cambiar eso lo haría pero desgraciadamente no puede.

Los soldados estaban llevando al chico al lago en el que planeaban dejarlo para que muriera, Adrien pataleaba gritando y rogando por ayuda, pero era inútil, nadie aparecía en su socorro, el niño con los ojos hinchados de tanto llorar observaba el lugar donde iba a morir, lleno de impotencia por no poder hacer nada para impedirlo.

Uno de los soldados tomaba al chico del pecho y con una fuerza inhumana lanzaba al chico hasta el centro del lago.

Adrien con todas sus fuerzas trataba de romper sus ataduras mientras se iba hundiendo lentamente en aquel lago, justo en ese momento se dio cuenta que no tenía forma de escapar de ese problema, que no podría regresar a casa y abrazar tanto a su madre como a su abuela, en ese momento en el que tocó fondo del lago dejó ir los que serían sus últimos pensamientos en este mundo, 《maldita sea...mamá perdón, se que te prometí que te daría a ti y a la abuela una mejor vida, que la mierda a la que siempre estuvimos acostumbrados pero creo que ya no podré y te pido perdón por eso...》. Poco a poco Adrien iba cerrando los ojos dando su adiós a este horrible, cruel e injusto mundo en el que vive, antes de quedar completamente inconsciente el chico sonríe ya que siente la mano de su madre tomando la suya.

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