Pequeñas memorias de su vida pasada le fueron invadiendo la mente a Louis, poco a poco nublandole el juicio mientras que, sin piedad, quemaba cada vez más la piel del ángel que se encontraba ya con la garganta irritada de tanto gritar. Disfrutaba eso, y mucho; aquellos gritos suplicaban piedad, aunque no lo decía, cualquiera en su sano juicio se daría cuenta.
— ¡No eres mejor que yo y jamás lo serás! — repitió por, quizás, octava o novena vez, el rey del lugar donde reinaban los lamentos y la falta de misericordia a los demás.
Harry empezó a ahogar sus gritos intentando resistirse a las quemaduras que lograban extenderse por su cuerpo mientras que la temperatura iba en ascenso cada vez más rápido, logrando que las llamas que lo envolvían y le hacían tanto daño, empezaran a teñirse de un hermoso pero letal color azul.
El ángel estaba dando su mayor esfuerzo para poder articular, aunque sea, una pequeña palabra que lograra detener el sufrimiento que estaba pasando, sin embargo, entre muecas, gritos y balbuceos de su parte, no alcanzaba despertar a Louis del trance en el que se encontraba.
Los gritos de Harry se habían vuelto pequeños susurros. No podía gritar, su garganta dolía incluso más que las propias llamas del infierno que se encontraban en sus brazos, no obstante, el diablo había descendido la temperatura hasta llegar a apagar por completo su fuego y, con ello, la ira acumulada que poseía.
— No eres mejor que yo y nunca lo serás — volvió a repetir, esta vez en un pequeño susurro, el cual, muy dificultosamente, el ángel había logrado escuchar.
— ¿por qué tanto empeño en demostrarlo? — preguntó el de ojos esmeralda en un intento fallido de que su voz no se escuchara tan desgarrada.
Louis lo miró por largos minutos, estudiándolo. Aquella pregunta realmente le había tocado una herida que creía sanada desde hace muchísimo tiempo.Nuevas memorias empezaron a invadir la mente del rey, al momento que se acercaba y quedaba cara a cara con el sudado rostro del ángel "No es asunto tuyo" simplemente susurró, dejando a la vista del contrario una sonrisa brillante que te hacía flaquear pero de miedo, lo que, justamente le pasaba al dueño de aquellos esperanzadores ojos esmeraldas.
Harry tragó saliva, lamentandose el haber preguntado aquello, bajando la mirada y cerrando sus ojos de manera fuerte. Sabía que no debía mostrarse débil ni tímido ante las provocaciones del rey opuesto, sin embargo, era inevitable para él. El miedo, la angustia y odio junto con la adrenalina que sentía en esos momentos, hacía que sus alas intentaran salir, cosa que le causaba dolor ya que los guardias que lo habían encerrado sabían como presionarlas lo suficiente como para que no pudiera desplegarlas.
"Tsk"Ambas criaturas volvieron su mirada hacia donde provenía aquél chasquido de lengua, el cual había sido omitido por el guardia que había encerrado al ángel en aquél lugar, llegandolo a someter con una brutalidad bastante similar a la del rey, cosa que aún llamaba mucho su atención y lo dejaba pensando.
— ¿Que pasa, Envy? — preguntó el rey, enderezando su espalda, quedando una vez más en la posición dominante que siempre dejaba ver hacia los demás.
— ¿Puedo participar en la tortura? — preguntó el peliverde mientras sonreía ladeante, causando que el terror volviera a notarse en los ojos del ángel.

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El descenso del rey.
Fanfiction"Y es que sí, quizás yo fuí quien causó todo para obtener lo que quería desde un principio: Tu reino".