S H I B A

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Entonces, a todos se nos prendió la bombilla.

—¡Claro! ¡La esposa de WenJun! ¿Ella no es extranjera?— Preguntó mi hermano.

—Hasta donde sé, es china, pero sí es verdad que se crió en otro lado.— Contestó HuaHai. —¿No es así?— Me preguntó. Asentí.

—Y WenJun nos dijo a MingHao y a mí que ella no sabe tanto chino, y que por eso el niño habla inglés.

—Entonces, ya lo tenemos.— Dijo mi hermano.

—Alto, seamos lógicos. ¿Por qué ella dañaría de tal manera a MeiYun y todos sus seres queridos? Piensen que todo esto pasó hace 8 años. ¿Siquiera ella y WenJun se conocían?— Mencionó HuaHai.

El alivio de todos se rompió, pero a la vez, todos nos pusimos a pensar.

—Tiene razón. No podemos culparla así como así, no tenemos pruebas. Eso necesitamos. Y de igual manera, ¿atrapar ahora al asesino de cuánto servirá? Hasta donde yo sé, esa persona se entregó ante la policía cuando se reveló en esa carta. Lo único que importa es encontrar a MingHao y contarle lo que sabemos.— Respondió BingBing.

—¿Alguna idea de dónde pueda estar?— Pregunté. Todos negaron con la cabeza.

—Lo buscamos por toda la ciudad y nada.— Contestó ZeRen. ZhengTing y XinChun asintieron, reforzando sus palabras.

—¿QuanZhe? ¿BingBing? Algo debieron averiguar...— Dije.

—Cuando preguntamos por Roseanne, ChengCheng nos preguntó si había pasado algo con ella, ya que al día anterior MingHao había ido a buscarla, pero ella ya estaba en el aeropuerto. No le dijimos que MingHao se ha ido.— Contestó BingBing.

—¿Y si la llamamos?— Preguntó mi hermano.

—Si sabes su número de allá, pues hazlo. No sabemos cuánto tiempo estará en N.Z.. Tranquilamente pudo haberse comprado un número de teléfono nuevo.— Contestó ZeRen.

—Bien. Genial. Estamos como al principio. No tenemos idea de nada. No sabemos del paradero de MingHao.— Se quejó mi hermano. BingBing le dió palmaditas en la espalda para calmarlo. —¿Por qué no dejamos de jugar a los detectives? Nos está yendo fatal...

—Calma. ¿De qué sirve desesperarnos? Sólo debemos seguir intentando. De a poco empezaran a aparecer nuevas pistas.— Le contesté.

Eso. ¡Tranquilos! Las cosas no se solucionan de la noche a la mañana.— Terció BingBing. Todos se quedaron en silencio.

—¿WenJun ya averiguó a quién pertenece ese teléfono?— Preguntó ZhengTing. Negué con la cabeza. —Si resulta ser su esposa, ¿qué pasará? A él no le hará gracia alguna. MingHao es como su hermano.

—¡Que ella no pudo haber sido! ¡Ellos, en el momento en que pasó, no se conocían siquiera!— Dije.

—¿Y qué con eso? ¡La persona del celular misterioso sólo informó, no la mató! Y para ello no necesita haber estado presente en ese momento, simplemente necesita saber de la existencia de la carta, que tranquilamente se lo pudo haber contado WenJun sin malas intenciones. Eso está claro.— Contestó él.

—En realidad... ¡Tiene razón! No hace falta ser conocidos de un momento determinado para informar sobre él. Pudieron haberle contado y ella posteriormente usarlo.— Respondió BingBing, para luego mirar hacia ZhengTing. —廷廷 (TingTing), me impresionas.— Le dijo. ZhengTing le sonrió y le guiñó el ojo.

De repente, el niño en mis brazos empezó lentamente a dormirse.

—¿Volverán hoy a Pekín?— Preguntó ZeRen. Nos encogimos de hombros.

离开以后,有难的方式 ~★Justin Huang y tú★~ (NEXT) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora