Ansiedad

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El vino ya se había acabado, y Leone sabía que tenía escondida una botella del mejor whisky barato que podía encontrar, pero no recordaba con certeza dónde; estaba lo suficientemente ebrio como para no desear levantarse.

Mejor esperar un rato.

Estaba sentado en una de las dos sillas que rodeaban la pequeña mesa cuadrada que era su comedor, dos botellas oscuras sobre la superficie plana junto a su condenado teléfono celular, se desvaneció sobre la mesa, mirando fijamente el aparato.

Estaba esperando un mensaje de Bruno.

Bruno era su amigo, o él lo había dicho, y le había ofrecido su amistad en todo momento. Éste era uno de esos momentos. Leone se sentía horriblemente melancólico, triste, solo, sentía que su estómago iba a explotar. Sólo lograba calmar ese tipo de dolores con alcohol, pero apenas había terminado una botella, y no deseaba vomitar o ponerse demasiado mal, siempre podían necesitarlo para alguna misión... Pero, ahora, lo único que Abbacchio quería y necesitaba era a Bruno, palabras dichas o escritas por él, nada más, pero nada menos.

Apartó la mirada del celular y volteó a mirar a la pared. Odiaba sentirse así, tan débil y vulnerable, y peor aún, necesitando.

Bruno era su maldito salvavidas, pero había algo más, lo sabía, pero no lo nombraría, ni siquiera en su mente; porque nombrarlo lo haría real.

Le había enviado un mensaje de texto, porque cuando llamó no contestó, le había preguntado si tenía alguna misión para él. La pregunta, en sí, era una especie de código cuando era formulada; al principio Leone la usaba inconcientemente, pero despés de un tiempo notó el patrón, para ese entonces Buccellati ya debía haberlo notado, pero no dijo nada, al contrario, el pelinegro se obligaba a compartir lo que Abbacchio estuviera bebiendo con tal de que consumiera menos. Siempre amable y dispuesto.

Oh, Bruno. Dulce y lindo Bruno, por favor, contesta.

Su cabeza se relajó debajo de uno de sus brazos y dejó su mente viajar en la embriaguez.

¿Hace cuánto tiempo había enviado el texto? Ya no podía recordarlo, pero sabía que había sido hace bastante tiempo, antes de las dos botellas de vino, de hecho, ése fue el motivo por el que había comenzado a beber.

Bruno siempre había contestado a sus llamadas de auxilio ante una inminente crisis.

Leone supuso que había una primera vez para todo, que Bruno, evidentemente, tiene cosas más importantes que hacer que vigilar su trasero trastornado.

Si, realmente no valía la pena.

Se levantó y se encaminó a buscar esa botella de whisky.

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Un poco de proyección, sólo que yo ya me bebí el whisky.

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⏰ Última actualización: Apr 05, 2020 ⏰

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