Esclavo

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—Necesito que esté resuelto para hoy.

—Así será, mi capo.

Leone Abbacchio no podía desobedecer a las peticiones de su capo, por ningún motivo. Su palabra era absoluta. O, al menos, eso creía y hacía valer.

—Abbacchio -le llamó antes de cruzar la puerta-, olvidas algo -alzó su mano izquierda en su dirección-. Sabes que adoro que lo hagas.

—Lo lamento, Bucciarati -se acercó hasta él y tomó aquella mano, acariciándole fugazmente, para después besar sus nudillos. Contempló  los hermosos ojos de su capo, entonces, aquella expresión lo desencajó; Bruno lo miraba con sorna, disfrutando de su sumisión-. No lo olvidaré otra vez.

—No. No lo harás -le quitó su mano de un tirón-. Ahora vete.

Tras salir de la oficina de su capo no pudo contener la ansiedad, prácticamente huyó del inmueble, excusándose a sí mismo con que era producto de la emoción por la misión, mintiéndose a sí mismo, descaradamente.

¿Cómo seguir negándolo? Estaba siendo usado. Bucciarati sabía de sus sentimientos, que le amaba con locura, y éste sólo recaía en su existencia cuando lo necesitaba.

Era un estúpido por saberlo, por ser realista, y no hacer nada.

¿Cómo hacer algo? Estaba enamorado. Y en el fondo de su corazón, creía que Bucciarati podría llegar a amarlo de la misma manera.

Pero ¿a quién quería engañar? Sólo a sí mismo.

Porque era un esclavo. Un maldito esclavo de su amor por ese hombre.

Without you I'm nothingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora