En el presente…
En una húmeda noche de junio, una larga limusina negra aparcó junto al bordillo, frente a un modesto adosado de ladrillos en las afueras de Chicago.
Dentro del lujoso coche, Hinata Hyüga se volvió hacia su tío, a quien había conocido esa misma tarde.
— ¿Te gustaría pasar? Podría…
— Lo siento — Contestó Hizashi Otsutsuki, interrumpiéndola —. Gracias, Hinata. No puedo. Tengo que tomar un vuelo. Quiero estar en Teterboro dentro de dos horas.
Teterboro. Incluso Hinata, que no se movía en los círculos de la alta sociedad, había oído hablar del aeropuerto de Nueva Jersey donde toda la gente rica guardaba sus aviones privados. Los Kennedy siempre despegaban y aterrizaban en Teterboro. Y, por supuesto, su tío lejano también. Hizashi era muy rico. Tenía un piso en la costa noreste, una casa de playa en Miami y un chalet en el sur de California.
Habían cenado juntos y la comida había sido una de las más deliciosas que ella había probado. La langosta había sido sazonada con vapor de jacinto, fuera eso lo que fuera. Y para postre había devorado una tarta de licor espolvoreada con azúcar de Barbados. La carta no mostraba los precios pero ella había tenido la sensación de que lo que había costado la cena hubiera bastado para pagar su hipoteca de todo un mes.
— Gracias entonces — Dijo ella —. Por la maravillosa cena. Y sobre todo por hablarme de ese trabajo en Taka-Hanson. Parece que es justo lo que yo estaba buscando — Añadió, pensando que, además, necesitaba un trabajo.
Hizashi apretó un botón y el cristal que separaba el asiento trasero del chófer se cerró. Se acercó un poco a ella entonces, envolviéndola con su aroma a loción para después del afeitado.
— Lo digo en serio, Hinata. Debes ponerte con ello mañana mismo. Muévete rápido, si no, te quitarán el puesto de las manos.
— No te preocupes. Estaré allí mañana a primera hora.
— Excelente —dijo él y se recostó en su asiento.
— Bueno, te dejo que te vayas. Gracias, de verdad.
— Una cosa más…
— Dime.
Hizashi miró al vacío y, luego, a ella.
— No es que sea muy importante pero… sería mejor que no mencionaras mi nombre en Taka-Hanson.
— Pero ¿por qué…?
— Hinata. Estoy seguro de que sabes que el mundo de los negocios no tiene piedad con nadie. Por desgracia, en el pasado, tuve mis disputas con más de uno de los grandes ejecutivos de Taka-Hanson. Es probable que no pase nada si mencionas que yo te sugerí ofrecerte para ese trabajo. Pero, ¿por qué arriesgarte a que no sea así? — Explicó él y sonrió.
Hinata tuvo la sospecha de que la estaba manipulando.
¿Pero por qué? Su tío lejano no le había pedido nada. Lo único que él había hecho había sido invitarla a cenar y hablarle de un atractivo puesto de trabajo cuando ella había mencionado que estaba en paro.
— Honestamente, tío Hizashi, ¿Qué podría Taka-Hanson tener contra un tipo tan maravilloso como tú? — Replicó ella.
Hizashi se encogió de hombros. Y no contestó.
— Escucha. Si te sientes más cómoda diciéndole a los de recursos humanos que tu tío te sugirió que te presentaras para el trabajo, hazlo — Dijo él y miró su Rolex —. Ahora tengo que irme.
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En la cama con el jefe
Fanfiction[Adaptación NaruHina] [Adaptación hecha por una fan, para entretenimiento y disfrute de los seguidores, la historia, imágenes y personajes no me pertenecen, publicación sin ningún ánimo de lucro]