Capitulo 2

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Al día siguiente, Hinata tomó posesión del escritorio de Tsunade. Llegó a trabajar a las siete y media y colocó el ordenador en la posición que más le gustaba. También arregló los cajones según su gusto.

Naruro llegó a las ocho y cuarto. Llevaba un traje de chaqueta de diseño y una corbata a juego con sus ojos. Hinata pensó que estaba muy atractivo.

— ¿Tu primer día sola, eh?

— Tengo el número de Tsunadw para llamarla si la necesito. Pero no la necesitaré.

— Me gusta tu confianza — Comentó Naruto y la miró con admiración —. Dame quince minutos y repasaremos la agenda.

—Bien.

Naruto desapareció en su despacho y Hinata se quedó sonriendo como una tonta.

El día prosiguió sin incidencias, al menos no en el puesto de Hinata. Hizo los retoques finales para adelantar la fiesta de despedida de Tsunade para la noche siguiente, para que así Tsunade pudiera salir de viaje con su esposo el domingo, como planeaba.

Naruto pasó casi todo el día solucionando asuntos urgentes.

Tuvo que organizar una reunión de emergencia sobre el hotel de San Francisco. Se suponía que tenía que abrir en septiembre pero los interiores, según el director del hotel, eran un desastre. El diseñador estaba cobrando demasiado y estaba tardando más de la cuenta. Mucho más de la cuenta.

También había problemas con el hotel de Kyoto. El edificio aún estaba en construcción y necesitaba mucha atención. Y había problemas de cuentas, también. Naruto mantuvo una larga reunión con los ejecutivos para hablar sobre la situación.
El viernes, Naruto le dijo a Hinata que iría a San Francisco el lunes y a Japón el jueves.

— Lo más probable es que tengas que cambiar algunas reuniones por mí. Revisa mi agenda y haz las llamadas oportunas. Mueve todo para la semana siguiente, si puedes. El miércoles estaremos aquí en Chicago, así que junta para ese día todo lo que no se pueda retrasar hasta la semana del treinta.

—Sí. Claro.

—Y me gustaría que vinieras conmigo en los dos viajes.

Con él… Hinata se esforzó para no saltar de alegría. Así era la vida para Naruto Uzumaki. Un día en la Costa Oeste, al día siguiente en Japón… Haría las maletas durante el fin de semana, pensó Hinata.
Necesitaba una maleta decente. Una de ésas nuevas con cuatro ruedas. Compraría una el sábado por la mañana. No podían ser tan caras, se dijo.

— ¿Podrás?

— ¿Qué? —preguntó ella, parpadeando.

— Hacer los dos viajes en una semana.

— Eh, sí. Puedo. Estoy contigo. No hay problema — Contestó ella. Bolt seguiría en Vernon la semana siguiente. No tendría que preocuparse por el niño.

— ¿Tienes pasaporte?

— Sí. Me encargué de eso el mismo día que me dieron el trabajo.

— Bien. ¿Y qué más? ¿Tienes todo bajo control para la fiesta de Tsunade esta noche?

— Sí. Acabo de hablar con la empresa de catering. Y he hablado con la gente de la oficina para asegurarme de que sabían que se había cambiado la fecha. Por las respuestas que me han dado, parece que vamos a tener mucha asistencia.

La fiesta de despedida de Tsunade se celebró en un pequeño bar a unas manzanas de la oficina. La mayoría de las mujeres de Recursos Humanos estaban allí, además de algunos ejecutivos del departamento de finanzas y varias secretarias con las que Tsunade había colaborado en los veintidós años que había trabajado en Hanson Media y en Taka-Hanson.

En la cama con el jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora