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*Desconocido*
─Un trabajo increíble ─ hablé mirando el cuerpo sin vida de el. Ese hombre que destruyó lo poco que amaba cada una y otra vez. El hombre que me dejó sin vida, a partir de ahora sólo sería un capo más en una simple historia. Yo tomaría su vida, su imperio y todo lo que el amaba.
─Vamonos.. dejémoslo ahí, pronto se lo comerán los lobo ─ordene a esos hombres que lo traicionaron. ¿Que loco no? Cuando menos piensas y sientes que te engañaran lo hacen, eso duele como la misma mierda.. te destruye, te hace perder poder y fuerza te conviertes en lo que no quieres ser. El día de hoy murió un hombre despiadado, cruel y sin sentimientos. La muerte llega y es una verdadera perra, no te avisa y en un momento te atrapa sin dejarte ni una salida, sin dejarte alternativa y lo más lamentable es que no te deja despedirte. Joel Pimentel necesitaba pagar todas sus traiciones, mentiras, engaños que hizo en esta vida, todo lo que haces lo pagas.
Nos montamos en la camioneta dejándolo tirado sin ayuda y sin familia. No importan los lujos, ni la buena vida por que al fin mueres sin nada ni nadie. Joel se caracterizaba por su desconfianza y vino a confiar en quien menos pensaba.
─Te extrañaré querido hermanito. ¡Vamos por la perra!.
*Tatiayana*
Con el corazón hecho trizas me despertaba. No se a quien quería engañar, mi padre no le importaba lo que yo hiciera para poder agradarle cuando en fin lo único que le importaba era lo que pudiera hacer por él, lo que le hiciera ganar. Creo que ser así fue por la falta del amor, de una figura paterna estable. Nunca en mi vida recibía amor, por nadie, siempre fui yo sola, la que sólo le importaba hacer orgulloso a su padre y demostrarle que podía ser igual a él, incluso si eso incluía hacerle daño a las personas. Querer agradarle a una persona era una base importante en mi vida. Ser igual a mi padre era lo que más anhelaba, antes no comprendía muchas cosas y una de ellas era el por que mi padre siempre quería a los hijos de la mucama, los ponía en un alto más grande que el mío. Los trataba como nunca lo hizo conmigo. Por esa razón quería encontrar ese maldito chip y desaparecer de la vida de mi padre, no quería cumplir más misiones para el, pero el mundo me odia tanto que no puedo conseguir el bendito chip.
Empecé a mirar por toda la habitación a ver si encontraba un lugar que me pareciera un toque raro. Me paré de un salto se la cama sin importarme si llegaba a marearme, empecé abriendo cajones , pero nada. Mientras más avanzaba en mi búsqueda no tenía éxito.. estaba a nada de rendirme, pero vi ese horrible cuadro que tenía Joel en la habitación. Quizás ese cuadro era la llave para encontrar el chip, cuando iba a tocarlo se abrió la puerta de la habitación y por esta entró un hombre, mi primera reacción fue tomar lo primero que vi y eso fue mi tacón de punta fina. Este se volteo y me vio, pero empezó a recoger ropa mías y de Joel.
─¿Qué crees que haces, idiota? ─iba a dirigirme hacia él y clavarle el tacón en el ojo si era posible, pero este vio mi intención y sacó su arma ─ Quieta te ves más bonita, chula ─Que asco de hombre de verdad que si. Me le lance encima mientras le pegaba con mi tacón intentando quitarle el arma, Pero me agarraron de mi cintura separándome de este estúpido. Cuando iba a decir algo me pusieron algo en la boca, no quería oler por que sabía que había algo en ese paño, pero fue imposible y cuando menos lo pensé caí redonda.
