Capítulo 1: Política, teatro y caos.

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Me encontraba en un congreso estatal de mi partido, algo que en aquel momento era importante para mi, pero no dejaba de pensar en lo duro que había sido aquel verano... Mi mejor amigo me había dejado al igual que el resto del grupo por mi ferviente dedicación a la política, realmente empezaba a cuestionarme si teniendo dieciséis años era realmente necesario hacer lo que estaba haciendo, poner mi vida y mi alma en la mesa por una revolución en la que ni yo mismo estaba empezando a creer ya. 

-Nunca olvidéis que la revolución es nuestra máxima, que debemos destinar todo nuestro trabajo a hacerla posible - Interrumpió mi reflexión la intervención del Camarada Secretario General. 

Tras la intervención emprendimos el camino a casa, habíamos viajado hasta Madrid para escuchar discursos vacíos e invenciones que empezaban a dejar de convencerme, en el coche viajábamos mis abuelos, mi mejor amiga Lucía y yo.

-¿De verdad crees que todo debemos destinarlo a una revolución que no sabemos en que deparará? - Le pregunté reflexivo.

-No lo se Javi, no creo que debamos seguir, no se que favor le estamos haciendo a la gente y... Nuestro objetivo es conseguir un futuro mejor, no un mañana de caos y revueltas.- Me contestó. 

-Pero... No se si podemos conseguir mejorar el mañana sin lucha. - Dije preocupado.

-Hay mas maneras de luchar. - Me contestó.

Verdaderamente ambos sabíamos que no teníamos ni idea de como seguir, habíamos destinado años de esfuerzo a un partido en el que no encajábamos, era difícil pensar en que hacer.

Pasaron los meses,llegaba Junio, con el el final de las clases, un momento difícil especialmente aquel año en el que yo dejaba el liceo en el que llevaba años, me despedía del primer grupo al que ¨impartí¨ clase de teatro, aprendiendo de uno de mis mayores referentes que también era mi director de teatro, algo complicado pues tanto el como yo sabíamos que no habría continuidad de la extra-escolar tras nuestra marcha y aquellos alumnos parecían no mostrar especial interés en el arte, nunca llegué a saber que opinaba el, pero yo tenía totalmente presente que habíamos fracasado. 

La despedida fue dura, pero finalmente se acabó, ¨Escenario y Acción¨ cerraba sus puertas para siempre, sin mas alternativa que un silencio administrativo de la dirección del centro, sin mas salida, sin mas esperanza para el arte, todo acabó con un portazo. 

Por si el caos fuera poco en aquel entonces se convoca una reunión del partido, en aquel momento también era coordinador de un sindicato estudiantil (Estudiantes Luchadores) en el que mi mejor amiga y yo habíamos cambiado la forma de hacer las cosas, dando clase de teatro, clases particulares y de pintura como medio para empoderar, empleando la ¨pedagogía del oprimido¨ a nuestra manera, la manera de unos chavales aún muy jóvenes para entender el funcionamiento real del mundo, pero eso si con muchas ganas. 

Una vez llegué a la reunión del partido el silencio se cernió sobre mi y solo fue roto por uno de mis camaradas. 

- Estarás contento, cambiar las maneras de iniciar la revolución. - Me reprochó.

-Un sindicato de mierda no va a acabar con una juventud que lleva casi un siglo planeando la revolución. - Interrumpió otro.

-Está claro que hay que dinamitarlo, y como coordinador local o estás con nosotros, o estas contra nosotros, Camarada. - Sentenció el tercero.

En ese momento respiré profundamente, miré hacia el techo , observé el despacho , cerré los ojos y por primera vez en todos los años que llevaba allí... Hablé con el corazón y no con la cabeza. 

-Nadie me va a decir lo que hago  con el sindicato que yo levanté, nadie me va a decir a quien ayudo o no, si queréis cerrarlo porque está en vuestro local adelante, si queréis exterminarlo... Adelante, si queréis quemarlo adelante, pero volveremos y seremos cientos, y os puedo prometer que podremos con vosotros y con los que vengan.- Dije mientras me levantaba y me iba. 

Y dicho y hecho, así fue, cerraron el sindicato, nos echaron a la calle, y nos borraron del mapa como a escoria, mi trabajo de años como el de muchos compañeros había desaparecido.

Días después llegué a mi casa tras una fiesta en solitario pues mi mejor amiga no salía de fiesta, mi mejor amigo y el resto del grupo como ya he dicho no estaba y ya no tenía camaradas con los que salir, en cinco días debía entregar mi matrícula para la Univerisidad de Burdeos, en la que quería estudiar y a la que quería realmente huir, estaba cansado de todo aunque para mi sorpresa al día siguiente alguien interrumpiría mi resaca. 

-¡Hola! - Dijo una voz taladrante al otro lado del móvil.

-¿Cova?- Dije yo reconociendo a una antigua alumna del Liceo.

-¡Si! que habíamos estado pensando que podrías ayudarnos y montar un grupo de teatro fuera del cole, porque nos apetecería seguir. - Dijo para mi asombro.

-No tengo claro ¿Me das unos días? - Dije sorprendido.

-¡Si claro! - Me contestó ella. 

Aquella noche me tocaba volver a salir con unos compañeros de una asociación de ocio y tiempo libre, ¨Abiertos Tol'dia¨, y dedicamos la noche de nuevo a beber y despedirnos por el cierre del curso, algunos no volveríamos más, uno de ellos se suponía era yo.

Bebimos hasta que no aguantamos más y me tuve que ir a casa, pero apenas había llegado cuando sonó de nuevo mi teléfono. 

-Hola. - Dijo entre risas una compañera de ¨Abiertos¨- Que Diego y yo habíamos pensado que si vas a algún otro lado que  podemos ir contigo, que le tienes loquito. 

-Andrea ¿Estás segura de eso?- Dije impactado. 

-¡Si! Confiamos al cien por cien en ti. - Me dijo. 

En ese momento me despedí y colgué el teléfono, posteriormente mandé un mensaje por el grupo de ¨Escenario y Acción¨ diciendo textualmente: 

Actores y Actrices , nos veremos el primer viernes de septiembre para hacer teatro aún no se muy bien donde, pero reservadlo. 

Lo siguiente que hice fue romper los papeles de la universidad, no sabía lo que estaba haciendo pero tenía claras dos cosas, que me iba a quedar en mi ciudad y que iba a reconstruir mi sueño, me marqué como máximo para garantizar que el sueño estaba estable y que existía en si un periodo de 730 días,cogí el contador de ganado que había comprado para una obra de teatro y marqué ¨1¨

Había empezado a perseguir un sueño. 




El contador a cero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora