Capítulo 1: La niña pútrida y el anciano de armadura violeta.

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Era un domingo al medio día. Había un pantano muy oscuro, el sol era cubierto por frondosos árboles, de los que sus ramas llenas de hojas y moho se veían caídas. El lugar tenía varios espacios con agua, un agua de un tono verde muy oscuro. Siempre burbujeaban debido a los gases malolientes o las desconocidas criaturas que se ocultaban para cazar a una desprevenida presa, también se escuchaban en croar de las ranas y el grillar de los insectos, ambientado con el zumbido fuerte de las libélulas y escarabajos.

Los habitantes del pantano no estaban solos, tenían de visita a una jovencita, de unos doce años de edad, llevaba un vestido color crema con faldas rojas de cuadros negros el cual se hubiese considerado bonito, pero por toda la mugre y suciedad que tenía era un completo desastre, todo el cuerpo de la niña estaba sucio, sus cabellos rubios estaban totalmente mugrientos, no era sorpresa pensar que tal vez varios insectos se estén refugiando ahí.

La joven no era una niña ordinaria, de hecho no era humana. Su piel era de un pálido grisáceo y tenía venas negras que se notaban por todo su rostro, brazos y piernas. Sus ojos tenían el iris totalmente negro y también parecían estar muy irritados.

La chica tenía dificultad en caminar por el pantano, el suelo era totalmente fangoso, cosa que la obligaba a levantar muy alto sus botas provocando que el fango salpique en todo su cuerpo al pisar.

Llevaba una red y un gran bolso, necesitaba comer, y uno de los mejores alimentos son los bichos que se encuentran en el pantano. En un momento vio que algo se movía en un tronco caído, la chica fue directo a este y con sus dedos escarbo en la corteza, se dañó mucho pero valió la pena, se topó con un gran botín. Varios insectos, sobretodo larvas de escarabajo, se revolcaban entre si tratando de buscar refugio, produciendo aun sonidos viscosos y húmedos la chica ya los estaba agarrando para ponerlos en su bolso. Cuando ya no hubo nada la joven siguió buscando más comida.

Después de varios minutos de caminata escucho un zumbido en su oreja, la chica giro su cabeza varias veces para buscar al responsable, en eso en el tronco de un árbol se encontró con un gran insecto, parecido a una cucaracha pero de un tamaño parecido al de una gallina, con las justas entraría en la red. La joven sabía que no podía desperdiciar esta oportunidad.

Lentamente la niña comenzó a acercarse, el insecto no se movía, la muchacha siguió caminando con el insecto aun estático, alzo la red preparada para atrapar al artrópodo, bajo la red con una rapidez excepcional, ni siquiera una libélula se hubiese salvado de esa, pero por mala fortuna el insecto escapo, este se quedó volando estático frente a la niña, esta miro con rabia al animal tomando aquel comportamiento como una burla, ataco otra vez, pero fallo, luego lo hizo de nuevo, pero fallo. Todo se convirtió en una correteadera que le hizo la joven al insecto, estaban casi a la mima velocidad pero el animal siempre tenía la ventaja. En un momento la chica noto que estaba suficientemente cerca de atraparlo con la red, la alzo y esta vez lo daría todo, pero justo cuando iba a bajar se tropezó con algo y salió disparada hacia el frente, choco contra el suelo, por fortuna el fango hizo que la caída sea menos dolorosa, pero se ensucio más de lo que ya estaba. Se levantó solo para notar que lo que hubiese sido un contundente almuerzo ya no estaba, se puso de pie, quiso ir a por la raíz con la que se había tropezado para maldecirla y buscar la forma de deshacerse de ese árbol, pero con lo que se topó la dejo sorprendida, aquello no era una raíz, el objeto pegado al suelo tenía una forma casi circular y no parecía ser parte del pantano, miro que estaba lleno de moho y algunas raíces fáciles de romper, la niña se encargó de darle una pequeña limpieza. Cuando termino con su labor noto que se parecía mucho a una trampilla, y era muy grande con un aspecto antiguo y hecho de una piedra que jamás había visto, pensó que tal vez haya algo ahí adentro así que agarro una rama, la más grande que pudo encontrar, vio que había un espacio que separaba a la tapa de suelo, metió el palo por esa parte, sabía que le tomaría mucho esfuerzo no obstante se podría encontrar con algo interesante, debía valer la pena. Respiro hondo, iba a dar todas sus fuerzas, pero una minúscula presión hizo que  la tapa saliera disparada por los aires y provocando un sonido estruendoso, como si una fuerza hubiese querido expulsar esa trampilla, la cual callo después muy lejos de la zona. La chica miro el agujero, estaba totalmente oscuro pero logro visualizar unos escalones que dirigían hacia el fondo, la muchacha tuvo la suerte de haber traído su linterna de vela, la prendió y se fue hacia lo profundo de aquella misteriosa cueva.

El retorno del HeroeWhere stories live. Discover now