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Mo se despertó un par de horas después, la oscuridad no le permitía ver casi nada, no recordaba donde estaba o que había estado haciendo, pero con su sentido del olfato y la sensación de su cuerpo podía suponer donde se encontraba. Olía a tabaco, la cama era suave, alguien de pecho ancho lo abrazaba por detrás.

He tian... pensó.

Se volteó lentamente para estar de frente a la persona dormida a un lado de él. No podía ver su rostro, estaba muy oscuro, pero podía sentir con su mano la cabellera negra y suave, aunque se sentía como si tuviera un poco de gel seca. Le avergonzaba un poco saber que estaba acosado solo en calzoncillos y He tian con su camiseta desabrochada. Aún estaba en un estado somnoliento así que no ponía mucha atención a su alrededor ni recordaba sus problemas en ese momento, sólo pensaba en este momento tan vergonzoso por el que estaba pasando pero a la vez tan intimo, y no le molestaba esta cercanía, por lo menos no con He Tian. Aún sin tener su memoria clara, Mo se levantó un poco en la oscuridad solo para rozar sus labios cerca de los del otro. ¿Por qué estaba haciendo eso? Ni el lo sabía, sólo sintió la necesidad de hacerlo, en fin, He tian estaba dormido y no lo notaría. O eso pensaba hasta que la figura "dormida" movió su rostro para presionar sus labios juntos.

Se quedó quieto en su lugar hasta que He tian se alejó. Sentía que estaban recostados frente a frente mirándose fijamente en esta oscuridad. No pudo saber que He tian lo iba a volver a besar hasta que ya se había pegado a su rostro. El más grande lo presionó hacia abajo, aplastando su cuerpo contra el colchón mientras se posicionaba encima y lo empezaba a besar con más fuerza y metía su lengua en la boca de Mo. El menor se dejó hacer solo por unos segundos, intentando disfrutar este salvaje y experimentado beso al cual no podía seguirle el ritmo, su boca sabía a alcohol, era un poco extraño, estiró sus brazos para intentar abrazar el cuerpo de He tian pero este era enorme, más de lo que recordaba, eran unos hombros más anchos. Mo se quedó desconcertado.

Pronto sintió las grandes y calientes manos acariciar sin pena su desnudo pecho para deslizarse rápidamente hasta alcanzar el elástico de sus calzoncillos.

Mo empezó a entrar en pánico y pensar;

"He Tian no actuaría tan apresuradamente" "He tian le preguntaría si estaba cómodo con esto" "Esta persona no era He tian."

— ¡Para! —Pidió casi en un grito Mo guan Shan mientras sostenía fuertemente sus calzoncillos para evitar que el mayor lograra deslizarlos por sus piernas.

Afortunadamente la otra persona se detuvo y al parecer se alejó un poco ya que Mo no sentía su cuerpo caliente sobre el.

— Luces. —dijo el hombre con una voz grave que ya conocía muy bien.

En un segundo las luces se encendieron, no alumbraban la habitación completamente, sólo lo necesario para apreciar la forma de su acompañante.

Mo sintió que se ahogaba, ahora recordaba todo. Había llegado a "trabajar", tuvo una pequeña pelea con el americano y después estuvo debajo de regaderas con agua helada. Se concentró en sentir como estaba su cuerpo, parecía que este tipo no le había hecho nada, ¿Solo se acostó con el para tomar la siesta?

Intento bajarse de la cama pero lo sujetaron del brazo con fuerza y lo regresaron a su lugar.

He cheng volvió a posicionarse sobre el pelirrojo, aún con el alcohol por su sistema solo alcanzaba a pensar; "¿Primero me calientas y luego intentas huir? Claro que no lo harás."

Aun medio borracho reconocía que no pensaba lanzársele como un violador, sólo quería tocarlo un poco. Conocer su cuerpo.

— Recuerda que aún tienes una deuda que pagar. —susurró amenazante contra el cuello de Mo quien había empezado a forzarse. Con solo escuchar esa frase perdió la fuerza de sus brazos y los dejó descansando a su costado, cierto, este tipo le había dicho que lastimaría a su mamá si no hacía lo que pedía.

Cheng ignorante a los pensamientos de Mo continuó tocando, acariciando y besando el cuerpo debajo de él, disfrutando como se sentía bajo su palma la piel erizada del otro y ver el movimiento de su pecho al respirar. Había besado desde debajo de la oreja hasta en medio del pecho mientras sus manos recorrían los costados del cuerpo de Mo, sintiendo sus delicadas costillas saltarse en la piel. Cheng se detenía cada poco para respirar y tranquilizarse, su miembro palpitaba dentro de sus pantalones y humedecía un poco la tela, se sentía como un puberto.

Apenas iba a descender un poco más para alcanzar el ombligo del joven cuando un fuerte estornudo lo desmotivó.

Alzó su vista sin ganas, no quería comprobar sus sospechas, sólo se encontró con la cara roja de Mo y su nariz mocosa. Parece que le hizo daño estar bajo esa agua fría y luego ser calentado por su cuerpo. Soltó un leve suspiro molesto. Solo quería disfrutar un poco del momento, pero sería malo si el también enfermara. Se sentó de la cama y empezó a abrochar su camisa. Por el rabillo del ojo podía ver a Mo sentarse en la cama y limpiar su nariz con su antebrazo, ahora ya no estaba seguro si el rostro del chico se encontraba así por un resfriado o por haber estado llorando, pero otro fuerte estornudo le confirmó que si estaba enfermo.

— Toma tus cosas y vuelve cuando te sientas mejor. —dijo Cheng. Realmente quería pasar tiempo con el pelirrojo, terminar de conocer y probar su cuerpo, pero sería un problema si los demás empleados también se enfermaran.

— ¿Me puedo ir ya? —preguntó con duda Mo. No podía creer que hace un segundo tenía a este caliente hombre sobre él queriendo comérselo entero y ahora le pedía que se fuera.

Cheng lo miró con su oscura mirada, si por él fuera lo mantuviera atado día y noche en esta habitación. Con solo pensar eso su miembro volvía a temblar. Estiró su mano hasta alcanzar el brazo de Mo y acercarlo hasta su entrepierna. La palma del pelirrojo tocaba tímidamente el miembro duro cubierto de tela.

Mo tragó grueso, parece que no se iría sin hacer algo sucio antes. Apenas había empezado a descender hacia abajo teniendo en mente que el hombre quería una felación cuando lo detuvieron por el hombro.

— Ya vete. —dijo con su voz ronca.

Mo no esperó a que se lo dijeran dos veces y así (solamente en calzoncillos) salió rápidamente de la habitación.

Cheng soltó un suspiro y se dejó caer de espalda en la cama mientras cerraba sus ojos y pensaba en el trabajo para enfriarse un poco la cabeza. Su miembro amenazaba con quedarse parado por un buen rato, no parecía querer bajar. En verdad deseaba con fuerza ser tocado y tocar a ese chico, pero sabía que si lo dejaba continuar con una felación no le hubiera molestado también enfermarse con fiebre con tal de llegar hasta el final. Sería una acción muy tonta de su parte.

Sacó su teléfono de su bolsillo y se dispuso a marcarle a Qiu. Lo mandaría por algunos medicamentos para el pelirojo. Obviamente sólo quería que se recuperara rápido para que volviera a trabajar, no es que se preocupara por su salud... o eso quería hacerse creer.

— ¿Después planeas adoptar al chico? —dijo Qiu al otro lado de la línea con tono burlón.

Cheng solo cortó la llamada.

En deuda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora