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Mo llegó agotado de tanto caminar a la banca de un parque cercano a la escuela. Quedó con He Tian en verse ahí o si no le torcería las bolas, no tenía mas opción que esperarlo. Aún no era hora de salida de la escuela, así que seguramente He Tian se saltaría la cerca.

- Pequeño Mo~ Te extrañe ahora en la escuela. -Le dijo una conocida voz a la distancia, He Tian acababa de llegar al parque y se dirigía a su banca sonriente.

- Tsk, yo no tenía ganas de verte bastardo. -Mo se cruzó de brazos y se deslizó hacia una orilla de la banca para que He Tian se sentara.

- Mmm ¿Que tenemos aquí? -Le dijo He Tian mientras le jaloneaba la chaqueta negra- ¿Acaso vas a regresarmela? -

- Jodete, ahora es mía. -Mo se alejó del moreno, haciendo que se le estirara el cuello de la chaqueta, dejando ver la pequeña cortada con algo de costra que tenía en el cuello.

Mo evitaba ver a He Tian, ya que le recordaría a la aterradora persona que había visto hace un momento, ¿Será acaso su papá? no le preguntaría eso, sería mejor que He Tian no supiera nada de eso.

He Tian se le quedó mirando intensamente. Él ya sabía que a Mo lo habían golpeado, y le molestaba realmente que el pelirrojo no le contara nada, no le decía quien lo golpeó o por qué. Él quería protegerlo. Quería ayudarlo, pero Mo era tan cabeza dura que pensaba que podía hacer todo por su cuenta.

El moreno acercó su mano a la mejilla de Mo y suavemente lo hizo voltear hacia él y acercó su rostro para verlo de cerca.

- Parece que las marcas están desapareciendo... -dijo con voz baja He Tian mientras observaba detenidamente el rostro de Mo, no solo sus moretes, si no cada detalle de su rostro que tanto le gustaba.

- Si, lo están. -susurró Mo al igual que se tomaba su tiempo para apreciar el rostro preocupado que tenía delante de él. Odiaba que se preocuparan por el, él era un hombre que podía cuidarse solo, no una mujer delicada como seguramente He Tian lo miraba, aún que, ya se estaba acostumbrando. Cerró sus ojos, relajado por el toque.

Estos eran unos de los pocos momentos que había empezado a disfrutar con He Tian.

***

He Cheng iba llegando a uno de los edificios más altos de la ciudad. Donde su jefe esperaba.

- Llegaste a tiempo. -Le saludó el peliblanco en la entrada de ese edificio, el cual era un Hotel.

- Tenia que encargarme de tus problemas. -

- ¿Problemas? -le cuestionó Qiu.

Ambos se encontraban entrando al ascensor y seleccionaban el último piso.

- Me di cuenta que ahora hacemos préstamos a adictos. -le dijo He Cheng cruzado de brazos.

- Sabes que no le hago préstamos a ese tipo de gente, ¿Por que lo dices? -Qui habló con tono molesto.

- Un pelirrojo fue a abonar hoy, dejó dinero suficiente como para comprar del vino más corriente. -Decía Cheng molesto por solo recordar.

- Oh. Recuerdo al pelirrojo, pidió una miseria de dinero parecía que estaba en un aprieto pero cuando fue a pedir el préstamo no se miraba en mal estado, no lleva buen récord en la escuela pero tiene una vida algo pacifica con su mamá en un pequeño departamento, con lo que gana seguro apenas les alcanza para la renta. ¿De verdad lo viste drogado? -preguntó Qiu después de contarle solo un poco de información de la que habían recolectado del pelirrojo.

- Ahora no se miraba en buen estado, quizá me confundí. -

Cheng recordaba aún la pálida y maltratada cara del chico, quizá solo tenía una mala alimentación y se había metido en una pelea, lo juzgó mal... aún que ahora que lo piensa a esa hora del día el muchacho debería andar en la escuela, seguramente tenía un trabajo de medio tiempo.

En deuda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora