¡Hermanos jamás! (Kellic Quentes)

Capítulo 17

Capítulo 17: Llueve sobre mojado.

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—¡Vamos! Tenemos que hablar, Ángela —Era la milésima vez que Kellin le pedía a su hermana hablar con él, pero Ángela no quería hablar.

Estaban a fuera del colegio de Ángela, todos miraban su escena.

—No tengo nada que hablar contigo —Contestó Ángela volviendo a su teléfono.

—Te amo, y amo a Andrés, no puedo permitir que te desquites con él sólo porque estás enojada conmigo, él te adora, le gustas desde cuarto grado —Habló Kellin con algo de desesperación, Ángela lo regresó a ver lentamente con el ceño fruncido.

—¿Y quién ha dicho que no lo amo? —Preguntó Ángela, algo molesta con el comentario de su hermano.

—Nunca le hacías caso —Respondió Kellin, Ángela rodó los ojos.

—Porque es tu mejor amigo y yo tu hermana —Contestó ella— Siempre me detuve por ti, el último chico que te presenté terminó odiándome, pero yo amo a Andrés, más de lo que tú me amas a mí.

—Tú... Tú ni siquiera sabes que es el amor —Contestó Kellin, sus ojos comenzaban a aguadarse.

—¿Y tú sí? —Respondió Ángela con tono de ironía en su voz.

—Para mí el amor es... —Él comenzaba a tartamudear— Bueno, para mí el amor se llama Vic Fuentes —Objetó, Ángela mantuvo su expresión seria.

—Para mí el amor no tiene nombre o definición, porque definir es limitar y el amor no tiene límites —Habló Ángela y su mirada se desvió al anillo de compromiso que Andrés le había dado— Ya te dije, por mí que les vaya de puta madre, yo seré feliz de la misma forma con el amor de mi vida.

—¡ERES MI HERMANA! —Gritó Kellin mientras las lágrimas salían de sus ojos— Tienes que estar conmigo ¿Recuerdas? Nuestro amor es ciego, mutuo e infinito, aún tienes que acompañarme a sacar mi cartilla militar, tenemos que ir al Everest a conquistar la montaña más grande del mundo, aún debo cuidarte y alejar a cretinos de ti, aún eres mi pequeña —Dijo Kellin, algunas lágrimas ya se le habían escapado.

—No, ya no lo soy —Murmuró Ángela con los ojos lagrimosos, ni siquiera se había tomado la molestia de regresar a verlo— Ahora vete y déjame estudiar en paz, por favor.

—No voy a irme hasta...—Su hermano intentó hablar, pero ella interrumpió.

—¡SEGURIDAD! —Gritó Ángela, Kellin tan sólo lloró más— Sáquenlo, no quiero verlo. –Agregó cuando 2 de los gorilas que cuidaban a los estudiantes llegaron.

—¡TÚ NO PUEDES HACERME ESTO! —Forcejeaba Kellin con los 2 guardias que lo estaban llevando— ¡TÚ NO PUEDES TRATARME COMO A TODOS! —Pataleaba—, ahora estaba lleno de coraje— TE VAS A ARREPENTIR, LO JURO.