𝗰𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘂𝗻𝗼

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Un lindo castaño bailaba al compás de la música, sus caderas se movían sensualmente. Tras de él estaba su mejor amigo, tomándolo de la cintura, ambos restregándose y dejándose llevar por aquel buen ambiente, ambos castaños gritaron y rieron como tontos, muchos se acercaban al más alto pero el castaño más bajo solo los alejaba con suavidad, haciendo que su amigo solo riera por su comportamiento, las luces parpadeaban, todos subieron sus manos al cielo, soltando gritos y risas, bastante absortos en el ambiente.

La música paró cambiando, el castaño más alto halo al más bajo para sacarlo de la pista de baile y encaminarse a la barra de bebidas. El menor sonrío y comenzó a bailar frente a su amigo quien solo rodó los ojos para darle un trago a su bebida, mirándole mover sus caderas al compás de la música, era bastante agradable mirarle bailar.

-Vamos, hyung.

-Ya tenemos que volver, tu padre nos matara si sabe que huimos. -El mayor acomodó sus cabellos y miró al menor quien hacia pucheros.

-No se enterará.

-Siempre se termina enterando, si no es él, es tu novio, Jackson.

-Jackson no dice nada -dijo con tono cantarin.

El mayor rodó los ojos y se levantó de su asiento, dejando el vaso en la barra y tomó al menor de las caderas, haciendo que este caminara hacía atrás.

-Iré al baño, quiero encontrarte aquí. ¿Bien?

El menor con molestia asintió y se sentó en el banquillo, dándole un sorbo a su vaso de cerveza, miró como su mejor amigo se iba alejando, dejándole solo.

Su canción favorita sonó, sonrió dejando su bebida en la barra de nuevo, comenzó a bailar, sin importarle no estar en la pista de baile y que la mayoría mirará a su dirección, era una canción demasiado movida así que despeinaba sus cabellos y movía demasiado sus caderas, muy emocionado.

Sintió unas manos en su cintura, no se detuvo, a pesar de que él sabía que no era su amigo, volteó notando unos ojos grandes -como los de un ciervo-, solo eso, pues tenía un cubrebocas.

No le tomo importancia y siguió bailando al compás de la música, sintiendo la presión de las manos de aquel chico, sonrío coqueto siguiendo el ritmo de la música.

La música paró, aquel chico le miró unos segundos, para después irse alejando, dejando al castaño, quien no le tomó importancia y le dio un gran trago a su bebida, notó como su mejor amigo regresaba a con él, para quitarle el vaso y también darle un gran trago.

-Vámonos.

El chico pelinegro se mantenía recargado en una de las paredes de ahí, a su lado estaba un pelinaranja quien hacia leves pucheros, bastante aburrido; al lado de este estaba un chico de cabellos color menta, quien jugaba con una navaja y al lado de este estaba un chico rubio con mechones rosas quien fumaba tranquilamente.

Los cuatro miraban a las puertas de aquella discoteca, esperando a sus victimas.

-¿Estás seguro de que le echaste la droga?

-Sí, ya sabes que nunca me equivoco con esas cosas -habló el pelinaranja, mirando al menor.

-Espero y haga efecto cuando ya estén afuera -murmuro el del cigarrillo.

-¿Este auto es de ellos? -El pelimenta miró el precioso auto rojo frente a ellos.

-Sí, los vi bajar de él -contesto el pelinaranja sonriendo enormemente, sus párpados siendo medias lunas.

-Tienen demasiado dinero, nos ganaremos la lotería con ellos en nuestras manos -habló el pelinegro, comenzando a fumar también.

-Espero y sea verdad -murmuro el rubio el cual ya había terminado su cigarrillo.

Todos dirigieron su mirada a los dos castaños los cuales caminaban torpemente, todos se pusieron sus cubre bocas y se acercaron a ellos a pasos lentos, el de cabellos naranjas y el rubio se pusieron delante del más bajo el cual les miraba con una ceja enarcada, sin entender nada.

El azabache y el pálido enfrente al más alto, quien les miro haciendo un puchero, reconoció al más fornido y sonrió.

-Holis.

-Los llevaremos a un lugar seguro, lo más probable es que no puedan conducir -habló el rubio.

-Si podemos -hablo el más bajo gruñendo.

-No, no pueden -el pálido miró al azabache quien asintió y tomó al más alto en brazos, echandoselo al hombro.

- ¡Déjame! ¡Bájame! -comenzó a patalear el menor, golpeando la espalda del chico que le cargaba sin hacerle caso.

Mientras que al castaño menor se lo llevaban, el mayor intentaba ir por él, siendo retenido por el rubio y el pálido, mientras que el pelinaranja intentaba noquearle.

- ¡Dale con una piedra!

- ¡No! ¡No queremos matarlo! -exclamo el pálido.

El pelinaranja logró golpear al rubio dejandolo caer sobre los brazos del rubio quien se quejó, pidiendo ayuda.

Los otros dos le ayudaron, para comenzar a arrastrarlo, mientras que Namjoon seguía peleando con el azabache quien le dio una nalgada haciendole chillar.

-Si no te quedas quieto, te cosere la boca -gruñó el menor, haciendo que el castaño callara sin chistar.

El castaño miró que detrás de ellos los otros tres arrastraban a su amigo, suspiro y cayo dormido, dejando todo su peso en el hombro del azabache.

"𝘂𝗻𝗱𝗲𝗿𝗮𝗯𝗹𝗲 𝗯𝗼𝘆" 𝖺𝖽𝖺𝗉. 𝗄𝗈𝗈𝗄𝗇𝖺𝗆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora