Bajo la lluvia

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Advertencia: Alto contenido sexual/Sexo explicito/Hard
Ha leer se ha dicho.
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Lluvia...
Mugrosa, asquerosa, dañina y molesta lluvia, ¿Acaso había algo peor?, claro que lo había, tenía que estar atrapado en esa parada de autobuses esperando a que la lluvia se detuviera, por suerte se había bañado con pegamento esa mañana, qué bueno que vio el noticiero terrícola antes de salir de su casa, de lo contrario ahora se vería amenazado por la lluvia y su cuerpo sufriría severas quemaduras por el dañino liquido, pero...¿Qué podía ser peor que estar atrapado bajo un techo que lo protegía de la lluvia?...oh claro, no estaba solo... se encontraba nadas y nada menos que con...
— ¿Qué tanto me ves?, pulga del espacio—. Pregunto de manera molesta ante la insistente mirada del alíen sobre su persona. — ¿Qué acaso nunca habías visto a un humano cubriéndose de la lluvia? —. Pregunto con sarcasmo alejándose un poco de Zim, pero sin salir de la protección de aquel techo que la parada del autobús le ofrecía.
—Yo no te veo, humano apestoso—. Contesto Zim. —Ni que fueras tan importante como para que Zim gaste su VALIOSISIMO tiempo viéndote—. El alíen le dio la espalda y se cruzo de brazos. Dib se le quedo viendo con el ceño fruncido, bonito lugar se fue a resguardar de la lluvia, suspiro con fastidio.
—Te bañaste con pegamento, ¿No es así?, ¿Por qué no te vas y me dejas tranquilo? —. Dijo el humano con un tono molesto, Zim frunció el ceño, se dio la vuelta para encarar al moreno.
—El que me haya bañado en pegamento no significa que me guste el agua—. Contesto enojado. — Y si tienes tanta prisa por alejarte de mi, ¿Por qué no te vas tú?, tu cuerpo tolera muy bien el agua, mejor vete tú y déjame a mi tranquilito—. Zim volvió a darle la espalda al humano.
— ¡Estás loco! —. Grito el moreno. —Con esta lluvia podría resfriarme si me mojo—. Zim volvió a darse la vuelta para encarar al humano, entonces vio como un autobús se acercaba por la orilla, si seguía con el mismo rumbo, ese autobús terminaría empapándolos a ambos. — Yo tampoco soy fanático de la humedad...—. El moreno seguía hablando y hablando sin percatarse de que el autobús estaba cada vez más cerca, Zim simplemente retrocedió un par de pasos, una distancia suficiente como para que el autobús no alcanzara a empaparlo, mas sin embargo Dib seguía quejándose. —...Y no pienso enfermarme por...¡¡AHHH!! —. Dib lanzo un grito, el autobús que había pasado a su lado término mojando toda su espalda.
—Jajajajaja—. Zim soltó una carcajada de burla ante la desgracia de Dib, el moreno lo miro con enojo.
—Pudiste haberme dicho que se acercaba un autobús—. Le reprocho el moreno, Zim tenía una amplia sonrisa de lado a lado.
—Y ¿Cómo porque tendría que haberlo hecho?, me estoy divirtiendo de lo lindo con tu desgracia Dib-gusano—. Dijo con malicia el Irken. Dib frunció el ceño.
— ¿A si? —. Sin que Zim lo esperara Dib salto en un charco cercano a Zim, mojando al alíen y también a él, aunque eso no le importaba ya, de todas formas ya estaba mojado, Zim se miro a si mismo ante lo que había hecho Dib, ese gusano terrícola tenia la osadía de mojarlo a él, a ÉL, al grandioso Zim. — ¿Quién ríe ahora?, extraterrestre, jajajajaja—.
—Estúpida larva humana—. Maldijo Zim por lo bajo y seguidamente salto sombre el mismo charco en el que Dib había saltado, mojando al moreno aun más de lo que ya estaba, Dib frunció el ceño, tomo a Zim por uno de sus brazos y lo llevo hasta la lluvia, alejándolo del techo que los protegía, tanto Dib se dedicaba a salpicar a Zim con cada salto o con cada patada, y Zim en venganza hacia lo mismo, pronto se olvidaron de la protección de aquel techo de la parada de autobús y comenzaron a corretearse el uno al otro entre la lluvia.
Los insultos fueron sustituidos poco a poco por las risas de ambos al mojarse mutuamente, corrían por las solitarias calles como si de dos viejos amigos se tratasen, hasta que llegaron a un parque cercano de la zona, en medio de risas y otras cosas, de pronto, y como un gesto inofensivo, Dib empujo a Zim, con más fuerza de la necesaria.
El alíen al recibir el empujón, y no teniendo de donde sostenerse, no pudo evitar caer de sentón al suelo, Dib cubrió su boca con una mano ante lo que acababa de hacer, Zim frunció el ceño con molestia, eso ya no le había gustado.
— ¿Qué te pasa?, ¿Por qué hiciste eso? —. Pregunto el alíen mientras se ponía de pie, sin quitar su ceño fruncido de su rostro, Zim se levanto del suelo mientras se sobaba su trasero, pues el pobre había recibido todo el daño.
—L-lo siento...—. Dib no se había terminado de disculpar, cuando Zim lo había empujado también, haciendo que Dib cayera de sentón y salpicando agua. — ¡Oye! —. Exclamo el moreno ante la agresión del de piel verde.
— ¡Eso y más mereces por empujar a Zim! —. Dijo el alíen mientras alzaba ambos puños al cielo. — ¡Y yo soy Zim!—. Dib frunció el ceño, pero en un instante una sonrisa maliciosa se acomodo en su rostro.
— ¿Ah sí?—. Dib enredo sus piernas con las de Zim para hacer que el alíen tropezara, cosa que logo hacer, salpicándolos aun mas de agua a ambos.
—Cof, cof—. Tosió Zim, pues se le había metido algo de agua a la boca. — ¡Humano despreciable!—. De la nada Zim se abalanzo contra Dib con la intención de golpearlo, Dib obviamente no se dejo, tener a Zim sobre él no era muy favorable para la defensa de Dib, así que ambos comenzaron a rodar por el suelo, hasta que llego un punto donde Zim ya no pudo defenderse de Dib, el cual, ahora se encontraba sobre él y sosteniendo ambas muñecas a cada lado de su cabeza, Zim intento forcejear pero no podía liberarse. — ¡Quítate de encima, mono-Dib, apestas a humano!—. Dijo Zim mientras aun seguía tratando de liberarse del moreno, al ver que no funcionaba dejo de hacerlo y simplemente se quedo ahí, viendo fijamente los ojos de Dib.
Y Dib hacia exactamente lo mismo que Zim, ver esas lentillas postizas, parecía que tenían un brillo singular que jamás había notado o bien, no había caído en cuenta de que existía, mientras Zim debajo de él yacía perdido en sus obres doradas, opacadas por esos cristales que le ayudaban a ver con más claridad.
De pronto todo quedo en silencio, a excepción del sonido que hacia la lluvia al caer, ellos, humano y extraterrestre, yacían perdidos en los ojos del contrario, mientras sentían una extraña sensación de...¿Excitación?, que se extendía por todo su cuerpo, de pronto sus respiraciones se hacían un más pesadas, sin saber porque... ambos tuvieron el mismo pensamiento...

Mi novio es un alíen /One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora