Por tí lucho contra un león.

Llegada a la academia Seton.

Había estudiado mucho para entrar en la academia Seton. Llevaba meses enteros sin comer más que azúcares y durmiendo cuatro horas diarias para que me admitieran. Una vez aceptado, había empezado a ponerme en forma para tener un aspecto más o menos aceptable. Tras su llegada, observó los diversos clubes a los que los estudiantes podían unirme. Ninguno me llamaba la atención. Aún quedaba un rato para las clases, así que decidí dar un paseo.

Tras unos minutos, observé tres osos rodeando a una chica humana:

Oso 1: Ahora que no hay nadie para interrumpirnos, sigamos con lo de la otra vez guapa.

Chica: De-¡Dejadme en paz!

Oso 2: Sigue haciéndose la difíc...

No le dió tiempo ha terminar, ya que le propiné un puñetazo que lo lanzó varios metros, dejándolo ko:

Dani: Las bestias como vosotros me dan asco.

Oso 3: ¿Y este quién es?

Oso 1: Eso da igual. Peguémosle una paliza.

Entonces, una hiena hembra apareció y le dió un puñetazo al oso, lanzándolo por los aires:

Hiena: ¡Apártate de Hitomi!

Hitomi: ¡Yena! ¡Gracias por venir!

Yena: ¿Estás bien?

La chica asintió, y los tres miramos al último oso, que salió corriendo. Entonces, la tal Yena se giró hacia mí:

Yena: ¿Y tú quién eres?

No respondí, ya que me había quedado embobado mirando a aquella hiena.

Yena: ¿Le pasa algo a tu amigo?

Hitomi: En realidad no le conozco.

Dani: No me pasa nada, tranquila.

Tras esa frase, la hiena me golpeó, lanzándome por los aires:

Yena: ¡Soy un macho idiota!

*

Los tres estabamos sentados en las mesas de una de las aulas. Hitomi me había estado explicando la situación de Yena. Ella al principio pensaba que era un macho, y tras enterarse de que eso no era así, decidió seguir considerándose de género masculino:

Dani: Vaya, siento mucho haberte ofendido.

Yena: Da lo mismo. Supongo.

Hitomi: Que alegría que os llevéis bien. Por cierto Dani, ¿Querrías unirte al club de cocina?

Dani: ¿Club de cocina?- estaba confundido, ya que en la lista de clubes no había ninguno de cocina - ¡Vale, me gusta cocinar!

Tras las clases fuí al club de cocina, donde Hitomi me presentó al resto del club. Lanka, una lobo de Ezo, Jin, un humano, Yukari, una koala, Mei-Mei, una panda y Miyubi, una perezoso:

Jin: Por fin otro chico humano en este antro.

Ranka: ¡Entonces este chico quiere unirse a mi manada?

La loba empezó a lamerme la cara:

Dani: ¿Qué haces?

Yukari: Quiere decir que te acepta en el club.

Dani: Bien, bien.

Jin: No tan rápido. Aún tienes que demostrar que puedes unirte a este club. Cocinarás algo para cada uno de nosotros.

Dani: Ya está

Jin: ¿¡Cómoooo!?

Había preparado platos especiales para cada uno de los integrantes del club antes de que ellos llegaran. Hay que ser listo para sobrevivir en este mundo.

Observaba a los del club de cocina comiendo con ganas lo que había preparado. Me sentía orgulloso de mí trabajo. Derrepente, oí un ruido fuera. Cuando me asomé, vi a Yena luchando con varias leonas y un león enorme. Sin pensarlo dos veces, salí corriendo a ayudarla. Cuando el león estaba a punto de golpear a Yena por la espalda, le di una patada en la cara:

Yena: ¿Uh? ¿Dani?

Dani: ¡Agáchate!

Aparté su cabeza para que no recibiera una patada, y nos pusimos espalda contra espalda:

Yena: No necesitaba tu ayuda.

Dani: Pensé que te gustaría acabar pronto, así que vine a echar una mano.

Juntos acabamos poniendo en fuga a los leones, ambos bastante magullados, y Yena me miró con una sonrisa:

Yena: Peleas bien para ser un humano.

Dani: Gracias, tú tampoco lo haces nada mal.

Yena: Jeje. Oye, algún día tienes que ayudarme a fastidiar un poco a esos leones.

Dani: Me parece bien.

Nos despedimos animados. Cuando se fué, me sonrojé. Sinceramente, me había enamorado.