Existe una leyenda.
Ha existido desde hace tanto tiempo que ni siquiera se sabe de donde salió o quien la hizo pública por primera vez. Lo único que se sabe es que cada cierto tiempo, dos personas pasarán por las experiencias que relata la misma.
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Hinata se consideraba una persona bastante escéptica. Nunca confiaba en alguien que no conocía y cualquiera que formara parte de su vida sabía que era la persona menos crédula del planeta. Por eso, todos sus amigos se sorprendían al enterarse que Hinata creía en todo tipo de leyendas.
¿Sirenas? ¿Hombres lobo? ¿Vampiros? ¿Magia? ¿La vida después de la muerte? Hinata le daba a todas el beneficio de la duda, sin negar la existencia de ninguna de ellas.
— ¿Qué tal... los yokai? —su ya borracho compañero de trabajo intentaba buscar alguna leyenda en la que Hinata no creyera, pero sin importar lo mucho que el joven de cabellos rosados lo intentara, no conseguía la respuesta que buscaba.
— Claro que si —las mejillas sonrojadas del castaño resaltaban el brillo en sus ojos— ¿O acaso tú no crees que existan los Kappa o los Tengu?
Luego de una larga y aburrida jornada de trabajo, Hinata y dos de sus compañeros decidieron ir a un bar que quedaba cerca de la oficina. En una vida tan rutinaria como la suya hasta ir a la derecha en un día que planeaba ir a la izquierda se sentía como una bocanada de aire fresco. Uno creería que la vida de un chico de 23 años sería más emocionante, pero la realidad a veces podía ser como un balde de agua fría.
— ¿Qué les parece si dejan de hablar de tonterías y nos largamos ya de este lugar? Es tarde y Peko me está esperando en casa —por lo menos el más pequeño de los tres parecía tener más suerte que él. Tenía un puesto mejor pagado que el suyo y desde hace unos meses convivía con su novia.
La había conocido una vez que fue a ver a Kuzuryuu al trabajo y le había parecido que eran perfectos el uno para el otro. Ambos tenían esa mirada. La mirada que tienes cuando estás tan flechado por alguien que apenas puedes pensar con claridad.
— Claro, claro, compañero —Souda extendió las sílabas de las dos primeras palabras— De pasada, podrías contarnos tu secreto...
— ¿De qué secreto hablas, dientes de tiburón? —el pequeño se burló, a la vez que pagaba sus bebidas y se dirigía a la salida— La próxima vez invitas tú, Hinata.
— Cuenta con ello —el castaño sabía que el contrario solo decía eso para que así, él no tuviera manera de negarse a su próxima escapada al bar. Aunque, en realidad, Hinata solía hacerse el difícil más por costumbre que por otra cosa.
— ¡No intentes cambiar de tema! Sabes exactamente a lo que me refiero —la voz llorosa y estridente de Souda llenó la vacía y oscura calle por la que caminaban hacía la parada de autobús— ¿Cómo consigues una novia? Demonios ¿Cómo consigues que una chica vaya contigo a una cita siquiera?
Siendo sinceros, Hinata era igual o aún más inexperto que Souda. No era como que nunca hubiera ido a una cita antes, pero nunca había estado en una relación seria. Todas las citas que había tenido sucedieron solo porque la otra persona dio el primer paso. El problema era que nunca había sentido lo suficiente como para dar el segundo. Claro, todas sus citas habían sido con personas que le agradaban, sino nunca hubiera dicho que si en primer lugar. Pero sus sentimientos siempre se quedaban atascados ahí, en el agrado. Nunca había logrado desarrollar sentimientos románticos por nadie más que no fuera aquel al que ya le pertenecía su corazón.
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𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘲𝘶𝘰𝘵𝘦𝘴 ♡ [ᴋᴏᴍᴀʜɪɴᴀ]
FanfictionNo importa el lugar ni la época. El contexto no tiene valor alguno para los dos. Sin importar que, los dos siempre terminan juntos de una manera u otra. Su conexión un lazo irrompible que va más allá de lo que ellos mismos pueden comprender. ¿Pero...