Tormento [ᴏɴᴇ-ꜱʜᴏᴛ]

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Con palabras que intentó sonaran serenas, se alejó de un confundido castaño. Lo había dejado solo, luego de haber estado juntos durante toda la investigación. No mentiría diciendo que no sentía una punzada en su pecho, pero esta solo hubiera empeorado de haberse quedado a su lado.

Hinata estaba a punto de ver el mapa que Koizumi había armado con sus fotos, y en él se encontraba la pista que lo vinculaba al caso. En un primer lugar pensarían que él era el asesino y Komaeda dejaría que lo piensen. Ellos eran los estudiantes definitivos, eran más que capaces de llegar a la conclusión correcta. Y si no lo hacían, la batalla de esperanzas habría sido ganada por la más grande, la del asesino de Togami.

Komaeda había armado un plan infalible para dar comienzo a los asesinatos. Con la suerte de su lado, había pensado que nada se interpondría en su curso de acción, pero había estado equivocado ¿Se suponía que el que siguiera con vida había sido obra de su buena suerte? Hubiera preferido mil veces que Togami fuera el que aún respiraba.

Él era mucho más valioso de lo que él jamás llegaría a ser. Komaeda se sentía como un simple escalón hacía una esperanza más grande y sería más que feliz de poder cumplir con el papel que se le había sido otorgado, todo por el beneficio del bien absoluto.

No era algo nuevo para él, ser maltratado por el destino. Mientras saliera el sol después de la tormenta, Komaeda seguiría creyendo sin dudar en lo que había sido su motivo de vida hasta ese momento.

Así debía ser, no había otra alternativa. Lo tenía claro y aún así, había escapado de Hinata, sintiendo miedo de estar a su lado en el momento en que la sospecha hacía él empezara a crecer en su corazón. No quería ver su rostro, la expresión que tendría, pensando que la persona con la que había reído en la arena no era nada más que una farsa.

La persona que había estado a su lado antes que nadie, la que le había brindado apoyo cuando sentía que el mundo se le venía abajo. Hinata hasta llegaría a pensar que era un sucio asesino. Ese pensamiento ponía sus pelos de punta y su boca amarga.

Lo raro es que no había tenido esa reacción cuando había pensado que los demás también lo tildarían de tal. Hinata era especial, no solamente porque era el único que no sabía su talento, pero también por algo más.

Era el único que había llegado al corazón de Komaeda.

El albino creía haberlo escondido bien, lejos del alcance de cualquiera que pudiera salir herido a costa de su felicidad. Lo había puesto bajo siete llaves, intentando alejar a cualquiera, a todos y a nadie. Aún así, Komaeda había sido lo suficientemente egoísta para soñar con el amor.

No le quedaba mucho tiempo. 6 meses, un año, no hacía mucha diferencia cuanto tiempo era exactamente. Lo único que importaba era que en el momento en que se enteró que sus días en este mundo estaban contados, se dio cuenta de lo que realmente había anhelado todo este tiempo.

Ser amado por alguien.

Era la conclusión a la que Komaeda había llegado, pero aún así no se sentía merecedor de un sentimiento tan importante. Aunque era su único deseo, decidió esconder su corazón y evitar desarrollar esa clase de sentimientos. Nada bueno vendría de enamorarse de alguien y nadie se enamoraría de él.

Y si alguien lo hacía, tendría que hacer algo para que se diera cuenta de todas las razones por las que eso era una pésima idea. Estar a su lado era algo que no le deseaba a absolutamente nadie. Era algo que había tenido claro desde el momento en que su suerte causo la muerte de las personas más importantes en su vida.

𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘲𝘶𝘰𝘵𝘦𝘴 ♡ [ᴋᴏᴍᴀʜɪɴᴀ]Where stories live. Discover now