Almas gemelas [ᴘᴛ. 2]

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Se encontraba frente a él la biblioteca más grande que había visto jamás. Parecía ser un edificio de dos pisos de paredes bastantes altas y tenía unas cuantas ventanas. Las paredes eran de ladrillo rojo y tenía pilares de color crema. Parecía un lugar algo antiguo juzgándolo por el exterior. Comparándolo con su pequeño apartamento, este lugar bien podría ser una mansión.

Hinata se sentía algo intimidado por la grandeza de la construcción ante él, pero Naegi había dicho que era una biblioteca pública, así que no debería tener nada de qué preocuparse. Con una biblioteca tan prominente, le sorprendía que pidieran donaciones de libros, pero decidió dejar de darle vueltas a las cosas y entrar de una vez por todas.

En la entrada había tres puertas, una al lado de otra y del mismo tamaño. Todas ellas parecían estar dándole la bienvenida a un lugar que terminaría siendo aún más mágico de lo que creía.

Al entrar a la biblioteca, lo primero que registraron sus ojos fue un mostrador con una gran pila de libros encima y una lampara de mesa. Aunque además de eso, alrededor había decenas, tal vez cientos, de estanterías repletas y rebosantes de libros. A pesar de que el lugar parecía muy anticuado por fuera, por dentro parecía ser un lugar lleno de vida. A diferencia de la mayoría de bibliotecas, esta tenía cierto bullicio, el cual en realidad no era molesto para nada.

La gran cantidad de estanterías que llenaban el lugar hacían que Hinata pensara en un laberinto. Probablemente perderse en un lugar así sería muy fácil. Además, las escaleras hacia el segundo piso se encontraban justo al lado de la entrada y más que un segundo piso parecía un gran balcón.

Había dos largos pasillos que rodeaban la mitad de el segundo piso hasta llegar a un área más amplia donde parecían haber unas cuantas mesas y más estanterías. Tal vez desde ahí podría tener una mejor vista del laberinto que le parecía este lugar.

Avanzó unos pasos más hacia el mostrador, sosteniendo la caja de libros entre sus brazos, y de repente una chica de cola alta y cabello naranja apareció de la nada, asustándolo al punto de casi dejar caer lo que estaba sujetando.

— ¿Oh, lo asusté? No fue mi intención —aunque sus palabras parecían sinceras, también parecían estar mezcladas con risa— Bienvenido a la biblioteca Novoselic ¿En qué puedo ayudarle?

La chica frente a él tenía una brillante sonrisa en su rostro, probablemente era el tipo de sonrisa que debes tener cuando trabajas en atención al cliente. Encajaba perfectamente con la descripción que su vecino le había dado de Chisa.

— Chisa ¿verdad? —el ojiverde dejó la caja en el mostrador— Vengo de parte de Naegi a dejar las donaciones de libros.

— ¿Eso era hoy? —al parecer, Naegi no era el único que lo había olvidado— Bueno, Naegi realmente debe tener algo importante si no pudo venir.

— Dijo que tenía "planes" —Hinata le estaba echando un vistazo a las estanterías cercanas.

— Mmmh... Me parece que esos planes tienen nombre, pero eso no importa ahora —Chisa chasqueó los dedos— ¿Cómo te llamas?

— Hinata —el ojiverde no pensaba que la chica frente a él necesitara su nombre para nada.

— Un gusto, Hinata —la chica de cabellos anaranjados le extendió la mano y él la tomó— Naegi probablemente no te lo dijo, pero él no solo debía venir a entregar los libros, sino también a ordenarlos —la sonrisa de Hinata nunca había desaparecido tan rápido— ¿Yo en el primer piso y tú en el segundo? No te preocupes por cual estantería, cualquiera estará bien —la chica sacó la mitad de los libros de la caja y los puso en sus brazos— Gracias, eres muy amable.

𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘲𝘶𝘰𝘵𝘦𝘴 ♡ [ᴋᴏᴍᴀʜɪɴᴀ]Where stories live. Discover now