XII - PARTE 2

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Así es señores y señoras. Así fue como conseguí mis poderes. Ya lo saben. No me gusto obtenerlos de esa manera, pero de esa manera sucedió. Y ahora el destino de dos mundos, o más, recae sobre mí y esta chica de fuego que, al parecer, no recuerda para que se les dio sus poderes. Y sobre otros herederos, también.

Volviendo al presente, porque hay una batalla pendiente. Reubicándonos en espacio y tiempo.

Nos encontramos en uno de los pisos altos de un gran edificio. Una sala rectangular grande cubierta por una capa de hielo, una chica de traje y casco negro está parada en la punta de la sala con ganas de golpearme.

—¿Vas a entregarte y hablar por las buenas o voy a tener que ponerme ruda? —amenazó.

Sigo creyendo que esto es todo muy fantasioso.

—Debes creerme —pedí.

—¿Después de este desastre? Mira lo que has hecho.

—En mi defensa. No sabía dónde estaba y me asuste.

—Te lo vuelvo a preguntar y será la última vez —habló en un tono autoritario—. ¿Vas a entregarte y hablar por las buenas o voy a tener que ponerme ruda?

Literalmente no tengo nada para que me crea.

Comencé a hacer fluir energía en mi cuerpo. Sentía como desde el centro de mi pecho comenzaba a fluir como un río hasta cada parte de mi cuerpo. Una Niebla blanca celesta da comenzaba a salir de mí. Fase 1 lista.

La chica envolvió sus manos en llamas.

Sobre mi piel comenzaron a trazarse caminos de poder. Hasta en mi pelo podía sentir aquella energía que salía desde mi pecho. Aquellos caminos de poder comenzaron a materializarse trazando líneas en mi cuerpo que se unían a un extraño símbolo sobre mi pecho.

El símbolo del dios del frío.

—Te lo advierto. No intentes nada. Esta base está repleta de soldados y cada edificio lo está.

—Lo sé —respondí

Las líneas terminaron de materializarse, las puntas de mi pelo se tornaron blancas y el color se extendió hasta las raíces.

Fase 2 lista. Pelo blanco, el símbolo en mi pecho, líneas azules sobre mi cuerpo.

—Eres un idiota —comentó.

—Lo sé —repetí.

Cruce mis brazos en cruz, ella se puso en guardia con sus puños.

—Poder no me falles ahora— dije en susurros.

Descruce mis brazos extendiéndolos y abriendo las palmas de mi mano dejando fluir la energía y que salga de mi cuerpo, no solo de mi mano, literalmente de mi cuerpo expandiéndose en formas de ondas como corrientes de viento caprichosas.

Unos segundos y aquel flujo de energía terminó. Termine agitado, abrazos al lado. Todo estaba cubierto en hielo, pero no en cualquier hielo, en un hielo mágico que permitía que todo ser vivo y no lo mate.

Hasta la chica terminó cubierta de hielo.

¿Qué fue lo que hice?

Congele toda la habitación, todo el edificio y personas dentro, y todos los demás de alrededor con su personal.

Un truco genial ¿Verdad?

Me acerque hasta la estatua de la chica. Acerque mi mano derecha y toque la estatua.

—Te ordeno que nunca te descongeles y que ella nunca puede salir a menos que yo, el dios del frío, te lo ordene en algún momento en algún día. En caso de necesitar poder te dejo aquí un poco del mío.

Choque De Mundos (RR1) [en proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora